BALONCESTO

Helena Oma, 15 meses de trabajo y un menisco bloqueado hasta volver a disfrutar: "Era incapaz de andar"

La jugadora de Terrassa vuelve a sonreír en la cancha tras superar una lesión que la tuvo parada más de un año y por la que tuvo que pasar dos veces por quirófano.

Helena Oma durante el partido ante Araski./FEB
Helena Oma durante el partido ante Araski. FEB
Guillermo García

Guillermo García

Helena Oma ahora mira la cancha y el balón con otros ojos. Los que da la experiencia y, por desgracia, los varapalos y las lesiones. Una suerte del deporte que ella ha vivido en dos ocasiones. Dos frenazos a una carrera que apuntaba a imparable y en la que ha tenido que reinventarse por 'culpa' de sus rodillas.

Primero fue la izquierda la que en 2020 se quebró con una lesión que le tuvo ocho meses en el dique seco. Dos años más tarde fue la derecha la que dijo basta. Un 16 de noviembre de 2023 la jugadora catalana se rompía el ligamento cruzado con afectación en el menisco y tras pasar dos veces por quirófano, tuvo que tirar del freno de mano para parar durante 15 meses.

Ahora todo ese proceso ha quedado en el olvido, aunque no ha sido fácil. Oma ha recuperado la sonrisa en la cancha tras más de un año y medio de gimnasio, trabajo en solitario y alguna que otra lágrima. Aunque ella prefiere quedarse con el aprendizaje que ha acumulado durante todo este tiempo.

¿Cómo están siendo estos primeros partidos después de tantos meses de espera?

La verdad es que ha sido muy distinto de la otra lesión . Lo dura que ha sido la lesión y volver a sentirme bien, tanto a nivel de sensaciones como jugadora y físicamente, pues me motiva para seguir y sobre todo para afrontar este último tramo de tiempo.

¿Cómo recuerdas ese momento en el que tu entrenador, Carlos Cantero, te dice «Helena vas a salir» ese primer día tras 15 meses de lesión?

Muy nerviosa. Es cierto que lo soñé muchas noches, el cómo sería. Pero sí es cierto que los momentos previos a salir estaba muy nerviosa a pesar de saber que ya lo teníamos gestionado para que no me pillara de sopetón. Estar preparada mentalmente. Lo recuerdo con mucho nerviosismo, pero a la vez también muy concentrada para estar enfocada en el partido y que esas sensaciones no me pasaran factura.

En esas charlas previas al primer partido, ¿qué te decía tu entrenador?

Al final, me decía de ir poco a poco. Todos somos conscientes de que no puedo ser la Helena Oma de antes de un día para otro. Después de tantos meses mi cuerpo tiene que ir asimilando e irse adaptando a la carga de los entrenos, a las situaciones de partido… Yo me centro mucho en los básicos, en defender bien, en ayudar al equipo en el rebote y a partir de ahí, pues si tengo opciones de tiro o de penetrar, sacarlas. Pero sobre todo, intentar aportar al equipo el máximo posible.

"Todos somos conscientes de que no puedo ser la Helena Oma de antes de un día para otro. Después de tantos meses mi cuerpo tiene que ir asimilando e irse adaptando"

Más allá de tus propios nervios, ¿cómo viviste el recibimiento de compañeras y afición?

Fue un poco confuso porque una parte de mí lo vivió desde la perspectiva de estar superconcentrada y metida en lo que tenía que hacer. Una parte de mi cabeza no me dejó pensar mucho en lo de fuera, pero segundos antes de salir a pista el recibimiento y el cariño de la gente me puso los pelos de punta. Pero eso hizo que me motivara más, el sentir el cariño de la gente y sentir que me apoyaban me hizo sentir mucha energía.

En estos primeros partidos, ¿en algún momento has tenido miedo de que te fallara la rodilla? ¿Te has reservado por falta de seguridad?

No, en ningún momento. Sí que es cierto que antes del partido o en las primeras semanas antes de empezar a trabajar con el equipo, sí que podía tener ese vértigo o esa pequeña tendencia a pensar que no estoy preparada. Pero a la hora de jugar no lo pienso. Además, eso también me ayuda, el no pensar en eso y atreverme a hacer cosas que antes hacía, para darme cuenta de que la rodilla ya está preparada. En estas lesiones necesitamos pasar por ese tipo de situaciones. Ya sea de caerse, de tirarse a por un balón o hacer una entrada con contacto. Poco a poco tenemos que ir perdiendo ese vértigo y esos pequeños fantasmas que aparecen. Y como yo solo me centro en el juego, en ir a por todas, no me da tiempo a pensar en la rodilla.

¿Cuántas veces has vuelto al 16 de noviembre de 2023?

Pues no sabría decirte un número, pero es cierto que fue un día muy duro. Es un recuerdo malo y con pena porque es un día triste por la lesión, pero también me hace pensar en todo lo que hemos conseguido durante todos esos meses. Ahora mismo mientras te cuento esto es un momento que se ve muy cerca porque es muy duro, pero ahora mismo lo recuerdo y digo 'ostrás, ha pasado muy rápido'. Durante la rehabilitación sí piensas en lo duro que se está haciendo todo el proceso y qué pesado, en el sentido de que los meses pasan muy lentamente y ves el objetivo muy lento. Pero ahora, mirando atrás, sí que veo que ha pasado todo muy rápido. Le doy mucha importancia a que todos estos meses, a pesar de tener altibajos y de verlo muy lejos, he seguido luchando cada día.

Las jugadoras del Casademont Zaragoza con Oma en el centro. FEB
Las jugadoras del Casademont Zaragoza con Oma en el centro. FEB

¿Qué papel juega Vega Gimeno ese día? Importante, ¿no?

Sí. Yo en el momento que me lesiono, mi pareja no pudo estar porque estaba de viaje de trabajo, esa noche la iba a pasar sola. En ese momento Vega me dijo: "No te preocupes, te vienes a mi casa y ya mañana cuando venga tu pareja, ya te llevo". Recuerdo esa noche, que pedimos sushi. Fue una muestra más de cómo mis compañeras, el club y los aficionados me arroparon. Fue un golpe dura y Vega lo sintió más porque desgraciadamente ella también sufrió este tipo de lesiones, así que le agradecí mucho el poder estar acompañada en esos momentos de incertidumbre.

Fue el inicio de un proceso que no fue nada fácil. De hecho tuviste que volver a empezar cuatro meses después de la lesión.

El primer mes lo recuerdo con mucha energía en el sentido de querer afrontar la lesión lo mejor posible y aprender de la otra lesión que tuve en la otra rodilla. Pero sobre todo con mucha motivación de afrontar lo que venía. Para ello también me ayudó estar en casa, que era época de Navidad y siempre ayuda, tener el cariño de tu familia y amigos. Al volver a Zaragoza ya empezamos a ver que las cosas no funcionaban y en ciertos días me sentía un poco sola en el gimnasio. Fueron momentos muy duros. Recuerdo llegar a casa y llorar con mi pareja y decirle que algo no iba como debía ir. Fueron meses duros porque además intentamos seguir un tratamiento que no acabó funcionando y eso hizo que todo se retrasara un poco más, hasta los cuatro meses y medio, cuando ya intentamos todo y vimos que no avanzaba.

¿Por qué?

Yo me hice una rotura del ligamento cruzado anterior y el menisco y en la primera operación me suturan el menisco, que es una cosa que pasa más de lo que pensamos. Por eso creo que es importante darle visibilidad porque durante todo este proceso, una cosa buena que he tenido que pasar es que he podido ayudar a muchas chicas que pasan por lo mismo y también he visto que a muchas de ellas también les ha pasado lo mismo y nos hemos servido de mutuo apoyo.

Entonces, una parte del menisco no había logrado enganchar, pero en esa segunda operación fue media hora quitar esa parte del menisco que nos hacía que no tuviera toda la extensión y que a la hora de andar y de entrenar nos complicaba un poco las cosas. A la mínima que hacía esfuerzos o subía de peso, se me resentía mucho la rodilla y era incapaz de andar. Todo venía dado de esa parte del menisco, que me bloqueaba a la hora de seguir.

En esa segunda operación, fue media hora y como nueva. De hecho, ya en el momento de estar en la habitación ya noté una liberación impresionante.

"En la primera operación me suturan el menisco, que es una cosa que pasa más de lo que pensamos. Todo venía dado de esa parte del menisco, que me bloqueaba a la hora de seguir"

¿Llegaste a pensar en tirar la toalla?

No. Pero sí lo pensé luego más tarde, pero ese tirar la toalla desaparecía enseguida. Mi pareja me decía: "Estás tonta, ¿cómo puedes decir eso? Esto es una parte del proceso y el tiempo pondrá todo en su sitio". Y así ha sido. Es cierto que tienes altibajos y semanas en las que avanzas mucho y otras que no. Es cierto que en mi caso yo lo sabía porque ya lo había vivido. Lo que pasa es que estar tantos meses con el problema del menisco y que empezar a correr me costó muchísimo y en esos momentos empiezas a mirar atrás y te preguntas por qué. ¿Por qué si estamos trabajando bien no salen las cosas?

En mi caso el estar tantos meses, que el cuerpo deja de hacer ciertas cosas, a nivel físico y neuromuscular, todo necesita tiempo. Desgraciadamente vemos que es una lesión que sufren muchos jugadores y, a veces, te tiendes a comparar. Piensas, 'esta compañera ya está haciendo esto y yo aún no' y ese también es el error que cometemos. Cada uno tiene un cuerpo.Cada uno es de su padre y de su madre y con el cuerpo es igual. No es lo mismo que me operen a mí que a otra jugadora. Todo es un mundo y todo forma parte del proceso, pero si una cosa he aprendido es que el tiempo todo lo cura. Aunque en este caso, conmigo ha tardado más.

¿Cómo ha llevado todo este proceso también a nivel mental?

Es cierto que los primeros meses sí que fueron más duros, pero yo intenté buscar el lado positivo, para poder enfocarlo de otra manera y aprovechar para sacar tiempo para mí, trabajar de otra manera o aprovechar ese tiempo para trabajar cosas que no me permitía la lesión. Me enfoqué más en trabajar el tren superior y buscar otras salidas. Pero sí que el aspecto mental y el haberlo trabajado junto con mi psicólogo me ha ayudado también durante todo el proceso, pero sobre todo para darle importancia a cada pasito que daba. Y, sobre todo, después de haber estado tantos meses, me ha ayudado a apreciar todo el camino, que a pesar de que haya sido muy duro, me ha enseñado muchísimo y me ha permitido crecer a nivel personal. Y también ayudar a otra gente, pensarlo de esa manera me ha ayudado mucho.

¿Tener la Copa de la Reina te ha servido como acicate, sobre todo en estas últimas semanas?

Me ha dado mucha energía y sobre todo, marcarme un objetivo. La recuperación, es cierto que también ha hecho que fuera más dura porque cuando te lesionas, marcas unos tiempo. Te dicen que tienes que estar tantos meses de recuperación y vemos que los tiempos de hace unos años hasta ahora son diferentes.

Helena Oma. FEB
Helena Oma. FEB

¿Y cómo fueron tus tiempos?

A nivel de timing, de primeras, yo pensaba que iba a empezar la pretemporada y luego no fue así. Luego esperaba volver en diciembre, más o menos. A partir de ahí nos hemos ido marcando objetivos y el ver que llegaba ese día y no estar preparada o no estar al 100%, hacía que eso fuera como un chasco más. Entonces, ya verme muy cerca del objetivo final y ver que está la Copa de la Reina, eso también me ha ayudado mucho porque ahora 100% sé que voy a poder estar allí y volver a vivirla en casa como lo hicimos hace dos años, me hace una especial ilusión.

El año pasado la viví lesionada. Recuerdo que el equipo se clasificaba para la final y ponerme a llorar un poco de la impotencia, de no poder disfrutar una final.

El poder vivirla otra vez en Zaragoza y tener a mi familia y amigos cerca me motiva y va a ser muy especial. Y pase lo que pase va a ser muy especial porque después de todo lo que he pasado a lo que más valor le doy es el poder acabar todos los entrenos sin ningún dolor y poder acabar el partido sana, que creo que a veces nos olvidamos de eso. Le damos más importancia al ganar o al perder cuando verdaderamente tenemos que estar satisfechos con el estar bien físicamente y tener salud para poder desarrollar lo que más nos gusta.

¿Dónde se sufre más, en el gimnasio trabajando sola o en el banquillo sin poder ayudar a tus compañeras?

Sin duda en el banquillo. Es cierto que el trabajo en el gimnasio ya me gusta. Es verdad que estás sola en el gimnasio y que puede ser aburrido, pero ahora es una rutina que me gusta y es un momento también de hacer crecer el cuerpo para poder desarrollar tu trabajo lo mejor posible. Así que eso ahora ya no lo encuentro tan mal. Pero sin duda el estar en el banquillo y ver que no puedes ayudar a tus compañeras. Ver que con pequeñas cosas se van desgastando y a lo mejor necesitan un empujón más a nivel de rotación o a la hora de animarlas. Eso lo he llevado peor. En esos momentos sí que lo he sufrido más.

En estos meses que has estado fuera dices que también te has dedicado tiempo a ti. Has participado en proyectos sociales como es 'la brecha de los sueños', una iniciativa que busca romper las barreras que limitan a la juventud española racializada o de origen extranjero.

Sí, a ver, está claro que antes de ser jugadora somos personas y el día de mañana, cuando dejemos de jugar, tendremos que dedicarnos a otra cosa. En mi caso, este tiempo me ha ayudado a conocerme y ver realmente lo que quiero hacer. Es cierto que una parte de ese tiempo lo dediqué a formarme a nivel de entrenador, que eso también me dio la oportunidad de vivir en verano el 3x3 en el club que creamos con Paula Estebán y otros socios de Central, pero también tuve la oportunidad de estar con la Selección española de formación, sacándome el curso de entrenadora, gracias a Pedro Meléndez y a la Federación Aragonesa.

Fuera del baloncesto, me ha permitido seguir formándome. A mí me gustaría trabajar en el aspecto social y relacionado un poco con esa iniciativa, que hace apenas unos pocos meses lo sacamos para que la gente racializada tuviera referentes también en los que fijarse y, sobre todo, como los que quieran ser algún día. Tener la oportunidad a través del deporte de poder formar parte de su crecimiento y ayudarlos a crear su camino me llena mucho y la verdad que soy muy afortunada por tener este papel.

"Le damos más importancia al ganar o al perder cuando verdaderamente tenemos que estar satisfechos con el estar bien físicamente y tener salud"

¿Tú has tenido problemas de xenofobia durante tu carrera?

Directamente, yo personalmente no he tenido. Sí que he sufrido a nivel de equipo, porque compartí con más compañeras el hecho de ir a un pabellón, ir a jugar una competición y escuchar comentarios racistas y además de gente que han tenido a toda esas jugadoras en sus equipos. Te hace ver cómo está la sociedad.

Esto pasó hace cinco años. Desde entonces no he vuelto a escuchar comentarios de ese tipo, pero obviamente son comentarios que de una forma directa o indirecta se siguen encontrando en muchos escenarios deportivos y ya no te quiero contar fuera de esos escenarios.

¿Te obsesiona volver a ser la Helena Oma de antes?

No, no me obsesiona porque siempre he pensado, y fue una cosa que me ayudó mucho en la primera lesión, que todo tiene su tiempo y si no vuelvo a ser exactamente la que era, trabajaré para hacerlo de otra forma.

Volver a ser la que era ya no porque físicamente tu cuerpo cambia, pero sí estoy segura de que puedo volver a estar a un muy buen nivel o incluso mejor, porque es cierto que ya empiezas a conocer más a tu cuerpo, empiezas a trabajar de una forma más específica y la adaptas más a tus necesidades. Entonces, me deja muy tranquila que el tiempo pone todo en su sitio. Yo estoy muy tranquila con el trabajo que estoy haciendo, pero lo más importante es que físicamente esté bien y que eso me permita disfrutar en una pista de baloncesto.