LIGA FEMENINA ENDESA

El último baile de Vega Gimeno: "Tengo la decisión tomada, no pienso irme a otro lado y quiero acabar mi carrera en Zaragoza"

La capitana del Casademont Zaragoza reflexiona en Relevo sobre sus años en la ciudad y la historia de éxito deportivo y social del club.

Vega Gimeno, durante un partido esta temporada en el Príncipe Felipe. /CASADEMONT ZARAGOZA
Vega Gimeno, durante un partido esta temporada en el Príncipe Felipe. CASADEMONT ZARAGOZA
Mario Ornat

Mario Ornat

En la ciudad sopla un viento inmisericorde, como acostumbra. En medio de la soleada tarde, Vega Gimeno (Valencia, 1991) cruza la explanada de acceso al pabellón Príncipe Felipe con ese gesto de involuntario aerodinamismo que define a los zaragozanos cuando acomodan el cuerpo para caminar contra el cierzo. La escena se habrá repetido un sinnúmero de veces durante los últimos años y Vega ya es, aunque naciera en Valencia, una local más: llegó a Zaragoza con 26 años para jugar en el Mann-Filter Casablanca, en 2017. A los 33, cae en la cuenta de algo evidente: "Es verdad, en ningún otro sitio he pasado tanto tiempo". Ni tan intenso, seguramente.

Esa sorpresa revela la cotidianidad, la implicación espontánea en esta parte madura de su carrera, cuando cada entrenamiento y cada partido adquieren el aspecto de un privilegio que no durará mucho más: "Claro que soy consciente de que el baloncesto se está acabando. Sobre todo porque estoy muy a gusto en Zaragoza y no pienso en irme a otro lado ni en estar en otro sitio. Mi cabeza va ya sólo al día a día, o semana a semana: enfocada al corto plazo. Sólo pienso en acabar aquí mi carrera, tranquilamente, cuando yo quiera…".

Esta frase la dijo la semana pasada en una entrevista con Relevo. Sus palabras, acompañadas de una amplia sonrisa llena de franqueza, invitaban a leer entre líneas. Una situación de lo más natural. La posibilidad de una retirada próxima sobrevuela cualquier conversación con una deportista cuando su carrera ha alcanzado tal grado de longevidad, pero el protagonista tiene el legítimo derecho de sortear preguntas para cuya respuesta aún no se ha cumplido el plazo. "Sí, tengo la decisión tomada -decía Vega Gimeno el pasado miércoles-. Siempre he sido una persona muy cuadriculada y muy ordenada con algunas cosas, rumio mucho los pensamientos. Y llevo mucho tiempo pensando qué hacer y cómo hacerlo".

Falta el último baile: concluir la fase regular frente al Barça CBS, más los playoffs. Todavía suena la música y aún queda una buena cantidad de baloncesto en las manos de una jugadora que ha representado como nadie el espíritu del Casademont femenino de los últimos años. Lo demostró su actuación de este sábado en Lugo, donde Vega Gimeno fue la jugadora más valorada: 16 puntos, 8 rebotes, 7/12 en tiros de campo, una asistencia, un robo… Un partidazo: la victoria número 23 del equipo de Carlos Cantero en la Liga Femenina Endesa (récord histórico del club).

"A veces me noto súper en sintonía con ellos. En el momento en el que yo me estoy cabreando, siento que ellos lo hacen..."

Vega Gimeno

La historia de Vega Gimeno es la historia de un encuentro. De una simbiosis. De una alianza, un enamoramiento y un vínculo trascendentales. Ella ha encarnado en buena medida el eje de la conexión entre el equipo, la grada y la ciudad. "A veces me noto súper en sintonía con ellos. En el momento en el que yo me estoy cabreando, siento que ellos se cabrean; o si les pasa a ellos, entonces me cabreo yo…", decía sobre su relación con los aficionados en el documental Rasmia, producido por Aragón TV: una mirada al fenómeno deportivo y social que ha supuesto en estos años el Casademont.

Porque la dimensión alcanzada por este equipo rebasa la competición y la victoria. En un momento de expansión del deporte femenino, resulta casi imposible no interpretar la historia reciente del Casademont Zaragoza como un caso de éxito, una avanzadilla y, en cierto modo, un ejemplo. "Aquí se nos han dado medios, una infraestructura preparada para crecer, para apostar… Yo nunca he tenido una pista disponible para mí, para entrenar; nunca he tenido una máquina de tiro, el vestuario que tenemos, con todo lo necesario, o el cuerpo biomédico del que disfrutamos. Todo eso hace que, si tú quieres, puedas mejorar y crecer". Algo así, en la parte final de tu carrera, puede fácilmente interpretarse como un regalo. Vega lo ha devuelto, día a día.

Un equipo especial

Si algo no le ha faltado a Zaragoza en los tiempos del basket moderno han sido los equipos de baloncesto de éxito. Con su reverso algo más sombrío, claro: desapariciones, conversiones de unos clubes en otros, recesiones económicas y hasta el golpe de una pandemia. Pero de cada oruga ha surgido una crisálida… El CAI Zaragoza de la explosión ACB, las dos copas del Rey y la final europea en Ginebra. El Banco Zaragozano campeón de la Copa de la Reina en 1990 y finalista otro año. El Mann-Filter femenino, en sus dos versiones: la primera, un conjunto ascendido a la máxima categoría desde la sección de baloncesto del CN Helios en 2000 y luego convertido en el Club Deportivo Basket Zaragoza: con Pilar Valero, Cristina Ouviña y Lucila Pascua, entre otras, llegaron a ser subcampeonas de Liga y Copa. La segunda versión, con el mismo patrocinador, surgió en otro de los grandes centros generadores de deporte en la ciudad, el Stadium Casablanca, y devolvió a Zaragoza a la máxima categoría femenina en 2013.

Saludo del Casademont Zaragoza.  C. Z.
Saludo del Casademont Zaragoza. C. Z.

A ese equipo llegaría, en 2017, Vega Gimeno. Seguía Lucila Pascua. Se incorporaron Paola Ferrari, Gaby Ocete y Tamara Abalde. Y el Mann-Filter alcanzó la tercera plaza en la Liga. Cuando la firma abandonó su esponsorización, el club se asomó al abismo. Estalló el COVID, el confinamiento vació el mundo y Vega fichó por Lugo. Tal vez la dimensión de los acontecimientos no sea la misma, claro, pero todos coincidieron y, en cierto modo, contribuyeron a este relato. En medio de la incertidumbre expandida por el virus, Casademont tomó una decisión de imprevisible resultado: rescató a un equipo abocado a la desaparición, lo integró bajo su estructura, armó una plantilla con los plazos muy ajustados y salió a competir. Además, se arriesgó a dejar de jugar los partidos en un pabellón de mediana capacidad para pasar al escenario emblemático del Príncipe Felipe. En ese momento arrancó una historia que diferencia al actual Casademont Zaragoza de todos los equipos precedentes en la ciudad.

"Me llamaron para firmar justo cuando estaba en el confinamiento y les dije que no porque me había comprometido con Lugo"

Vega Gimeno

Vega Gimeno vivió todo el proceso en primera persona, con el paréntesis en Maquinaria Ensino por el medio: "El club nació durante el COVID, de hecho a mí me llamaron para firmar aquí justo cuando estaba en el confinamiento: les dije que no porque ya me había comprometido con Lugo". Había jugado tres temporadas en el Mann-Filter. Su despedida de esos días ha adquirido con el tiempo pleno significado.

Vega exteriorizó su devoción por Zaragoza en un emotivo vídeo publicado en las redes sociales: "Es hora de cerrar esta etapa, lo hago con muchísima pena, es un club que me llevo en el corazón y ha sido mi segunda casa. Sigue siendo mi segunda casa". El "hasta pronto" no fue una mera fórmula de cortesía. Contenía un deseo y tomó forma enseguida: sólo un año más tarde, Vega Gimeno estaba de vuelta en la capital aragonesa para capitanear el proyecto de Casademont.

Desde entonces hasta hoy ha contribuido a darle forma a un caso de éxito con escaso parangón en el baloncesto español y europeo. "La evolución del club ha sido muy rápida y siempre en línea ascendente: el segundo año estuvimos cerca de descender, al siguiente fuimos quintas, al otro jugamos en Eurocup, el año pasado ganamos la Copa de la Reina y este ha sido Euroliga y otra final de Copa…", repasa Vega Gimeno, antes de analizar: "Creo que más allá de ganar partidos lo importante es que desde el principio se creó un proyecto muy sólido: Casademont ya tenía la estructura y experiencia del masculino y sabían de qué va la película. Eso al femenino nos ayuda mucho: es algo que yo al menos no he vivido en otros clubes. Aquí tenemos las instalaciones que nos merecemos y las que debería tener cualquier club de baloncesto femenino".

"Más allá de ganar partidos, lo importante es que desde el principio se creó un proyecto muy sólido"

Vega Gimeno

Casademont se ha consolidado en estas dos últimas temporadas como el tercer gran poder de la Liga, por detrás de Valencia y Perfumerías Avenida. A falta de la última jornada de la fase regular, el equipo de Carlos Cantero tiene asegurada la tercera plaza. Ante los playoffs, Vega Gimeno fija con rotundidad el escenario: "Asaltar la final y el título lo veo muy difícil. Ahora mismo veo a Valencia dos pasos por delante a nivel de todo. Y Salamanca, también un paso por delante. En un partido como en la Copa puede pasar cualquier cosa: nadie juega en su campo, es otro ambiente y eso hace todo mucho más imprevisible. En un playoff a sólo dos partidos, los viajes, jugar fuera, se hace mucho más difícil darle un susto a un grande". La dureza competitiva de Valencia en la final de la Copa de la Reina mostró hasta qué punto es tomado en serio el Casademont: "Yo veo en esa actitud una gran muestra de respeto hacia nosotras, aunque nos pasaran por encima (risas). Son conscientes de que si no salen así podemos ganarles y ya lo hemos hecho".

"Tras ganar la Copa dije que era un error jugar Euroliga porque nos estábamos saltando varios pasos"

Vega Gimeno

El realismo no implica huir de la ambición deportiva, algo impensable en una jugadora con el carácter competitivo de Vega Gimeno; y en un equipo acostumbrado a crecer sacando la cabeza por encima de cualquier techo. Pero esa coherencia no siempre resulta bien entendida desde la emoción de la grada: "Después de ganar la Copa de la Reina yo dije públicamente que me parecía un error jugar la Euroliga, que nos estábamos saltando varios pasos en el crecimiento del club. Y me decían: ¡Si es la Euroliga! Sí, nos ha ido muy bien, pero había que hacerlo con cuidado porque lo que queremos es que esto tenga recorrido", defiende la jugadora.

El caso sirve de muestra del delicado equilibrio sobre el que ahora mismo gravita el Casademont: entre el anhelo de llegar a la cima y la necesidad de hacerlo sin comprometer la viabilidad del proyecto: "Llegar a donde hemos llegado es difícil, pero ya estamos ahí: tenemos un estatus en España. En la Euroliga aún nos falta. Lo complicado, y más tal y como está la liga española, va a ser mantenerse arriba y hacerlo de forma sostenible para el club".

Construir sobre el éxito resulta, aunque suene paradójico, más complicado todavía que hacerlo desde la derrota. El salto a la Euroliga necesitó de la renovación de la columna vertebral del equipo campeón de Copa: Leo Fiebich, Mariona Ortiz, Serena-Lynn Geldof y Helena Oma ampliaron sus contratos. Vega y Lara González tenían firmado hasta este 2024. Llegaron Tanaya Atkinson, Christelle Diallo, Petra Holesinska, Aleksa Gulbe, Ainhoa Gervasini y Nerea Hermosa. "Algo que el club está haciendo bien es renovar el bloque año a año e incorporar jugadoras nacionales", reconoce la capitana. "Como club no se nos ha subido la fama a la cabeza. Es algo que yo temía: que nos viniéramos demasiado arriba".

La comunión con la grada

Algo así no habría resultado extraño en un conjunto rodeado por un entusiasmo poco común. El afecto mutuo entre Zaragoza y el Casademont cristaliza en la escena que se vive en la pista del Príncipe Felipe después de cada partido. Las filas más bajas de la grada lateral y la de acceso a los vestuarios se llenan de niños, niñas y adultos para acercarse a las jugadoras. Y todas participan en la rueda de autógrafos y fotos: "Desde el principio percibí que debíamos quedarnos después de los partidos y alimentarlo, porque podía hacer que viniera más gente", cuenta Vega Gimeno. "No es una orden del club. Es algo que sale por completo de nosotras. Lo he dicho muchas veces en el vestuario: tenemos esa responsabilidad, los críos vienen con su camiseta, te traen un poster que han hecho para ti… Todo ese rato han estado pensando en ti. ¿Qué menos que corresponderles? Veinte minutos, media hora, lo que haga falta".

Ambiente en el Príncipe Felipe.  CASADEMONT ZARAGOZA
Ambiente en el Príncipe Felipe. CASADEMONT ZARAGOZA

Una identificación con un punto trascendental y que genera una penetración de primer orden en los medios. "Ellos estaban necesitados de cariño deportivo y nosotras hemos sido inteligentes a la hora de identificar que eso iba a hacernos crecer, nos iba a dar más relevancia". El apoyo de Aragón TV, la televisión autonómica, amplifica la resonancia del equipo y alimenta su seguimiento: "Me parece que ha sido fundamental -dice sin duda Vega Gimeno-. Nos ha dado muchísima visibilidad. El documental que hicieron, viajar con nosotras, estar siempre al final de los entrenamientos, todos los partidos. Eso no pasa en el deporte femenino en ningún lado".

El fenómeno lo sustenta, por supuesto, el rendimiento deportivo del equipo. "Ganar, obviamente, ayuda a todo. Pero aquí se ha apostado por ello y se ha demostrado que funciona: a la gente le gusta, consume y compra el deporte femenino, la televisión percibe que es un producto chulo que vender y todo suma", puntualiza Vega. Zaragoza está educada en el gusto por el juego y la candidatura a la victoria. Se sabe la cuarta ciudad de España y espera de su deporte un rendimiento acorde. El Casademont satisface esa necesidad. "Aquí hay algo, una relación especial con la ciudad -celebra la jugadora valenciana-: creo que la diferencia está en la gente de Zaragoza, que es muy noble y encantadora, la verdad. Tengo la impresión de que llevan años desanimados con sus equipos de baloncesto, de fútbol… No había un conjunto que les ilusionara, que pudiera ganar títulos y del que además se pudieran sentir tan cerca", dice Vega Gimeno.

"Me siento muy orgullosa y muy partícipe del crecimiento del club"

Vega Gimeno

Han sido siete años y muchos partidos. Cada uno de ellos ha impulsado la locomotora de un club reconocido el pasado fin de semana con el premio a la Excelencia por la Euroliga. Leo Fiebich integró el quinteto ideal de la competición continental. Carlos Cantero fue nominado entre los mejores técnicos de la Euroliga (aunque finalmente no fuera elegido). La tiradora alemana y Mariona Ortiz aparecen en el mejor cinco de la Liga... Síntomas individuales de un triunfo colectivo: "Me siento muy orgullosa y muy partícipe del crecimiento del club. Eso me hace muy feliz", reconoce Vega Gimeno.

Si el momento de alimentar la nostalgia ha llegado, la jugadora valenciana puede hacerlo con legítimo orgullo y la satisfacción de haber contribuido a un episodio memorable del deporte femenino y el de esta ciudad: "Si miro atrás me vienen dos imágenes: el primer partido que jugué aquí en casa, en el que había 300 o 400 personas en la grada. Y después la imagen del pabellón Príncipe Felipe lleno con casi 11.000 personas en la Copa de la Reina". ¿Y si se enfoca en el futuro? "Pues espero que esto a lo que hemos llegado se pueda mantener. Nada me haría más ilusión". Y sonríe.