Los 'lujos' con los que la NCAA capta el talento europeo: "Es lo más profesional que van a tener salvo que lleguen a la NBA"
Desplazamientos en jet privado, sensores durante los entrenamientos, nutricionistas y tutores académicos dentro del staff son algunos de los servicios en la liga universitaria.
La NCAA ya ha echado el balón al aire. Al otro lado del charco, mientras cursan alguna carrera universitaria, varios nombres de jóvenes promesas del baloncesto español que buscan crecer y aspirar a lo más alto ya empiezan a sonar fuerte en distintas universidades. El ejemplo más sonoro es el de Aday Mara, enrolado en los UCLA Bruins desde este verano. Pero, como él, hay más. Chicos y chicas, claro. De hecho, hay una universidad que se lleva la palma en cuanto a lo que es tener españolas entre sus filas. Se trata de South Florida, donde las USF Bulls cuentan con Marina Asensio, Carla Brito, Judit Valero y Judith Rodríguez, además de con la catalana Gina Cerezuela como entrenadora asistente. Pero, ¿por qué la NCAA logra captar tanto talento europeo (y español)? La respuesta podría resumirse en lo siguiente: porque, salvo aquellos (chicos) que logren llegar a la NBA, lo que le ofrecen al jugar en la NCAA es "lo más profesional que van a tener en sus carreras".
Basta con conocer lo que cuenta la entrenadora asistente de las Bulls de South Florida en la División I de la NCAA, Gina Cerezuela, para entenderlo. "Aquí se viaja en jet privado a todos los partidos excepto cuando vamos a las Islas Vírgenes para un torneo. O sea, de treinta y pico partidos solo habrá dos que viajaremos en comercial. En España, lo normal es coger la furgoneta o el bus y cargarte seis horas a la espalda", explica Cerezuela. Si bien, los desplazamientos no son lo único.
"Antes de viajar, cuando salen del vestuario tras el entreno, tras ducharse, tienen una mesa llena de snacks para el viaje, para que cojan los snacks de recuperación que ellas quieran", relata la entrenadora. "Cuando acabamos el entrenamiento, tenemos catering para coger comida sana. Viajamos, como he dicho, en jet privado, llegamos al hotel y son hoteles de cuatro o cinco estrellas muy guays", explica Cerezuela. Y es que si algo ha quedado claro durante años es la gran cantidad de dinero que mueve la competición universitaria. Eso sí, no ha sido hasta esta temporada cuando los jugadores y jugadoras han comenzado a percibir también ingresos por su imagen. Y esas grandes cuantías que se mueven hacen que prácticamente no haya límite de presupuesto para dar a los deportistas lo que necesiten.
"Me acuerdo hace cuatro años con mi entrenador jefe, José Fernández, que estábamos un día viendo un entreno en España, en Segle XXI. No sé por qué le pregunté: José, ¿cuál es tu 'budget' [presupuesto] cuando vas a comer con las jugadoras? Se me quedó mirando y me dijo: mientras no sean fritos, como si quieren comer langostas. Ahí ya vi la magnitud de la situación", explica Cerezuela. Es más, incluso la distancia con equipos ACB o Euroliga es notoria. "James Nnaji, del Barça, es mi mejor amigo. Es como mi hermano pequeño. Yo le explico lo que hay aquí y me dice: Gina, es que esto no lo tenemos nosotros", cuenta la entrenadora.
Asimismo, durante los entrenamientos también se cuida hasta el más mínimo detalle. "Las jugadoras entrenan con un sensor, les miramos todo. Tenemos una nutricionista dentro del staff. ¿Que acaba el entreno? Batido de proteínas para cada jugadora, con atención individualizada: la intolerante a la lactosa, la sin gluten, la que necesita engordar…", mantiene Cerezuela. Por eso, considera que es "lo más profesional que van a tener muchas jugadoras. En el caso de los chicos, si pueden llegar a la NBA, pues no, pero es que en la WNBA las jugadoras no viajan en jet privado", explica. Es más, un ejemplo de ello se ve en el tuit que lanzó hace no mucho la jugadora Te'a Cooper, que jugó para Los Ángeles Sparks, en el que ella misma contaba cómo en college [en la universidad] viajaba en jet privado y en la WNBA, en cambio, no.
Compatibilidad real entre estudios y baloncesto
"Como jugadora, venirte a EE. UU. es lo más profesional que vas a tener. Aparte, tendrás unos estudios y un idioma, porque en España sabemos lo que es estudiar online, intentar sacarte una carrera aparte. Aquí, por ejemplo, dices: quiero ser ingeniera biomédica y en el caso de South Florida, lo adaptamos para que la jugadora pueda compaginarlo", confiesa Cerezuela. Es más, un ejemplo real se encuentra este año en las Bulls. "Normalmente entrenamos a la una. Pues hay dos días que entrenamos a las 3:45 PM porque una jugadora, por horarios, no puede estar a la una y todo el equipo se adapta".
De hecho, existe una figura específica para velar por el progreso académico de las jugadoras. "Tenemos una 'academic advisor' [supervisora académica], Tatiana, que es una persona que sólo mira el tema académico de las estudiantes del equipo. Ella se dedica a mandar emails a los profesores y de avisar si alguna no puede acudir a una clase. Cada semana, como staff, nos reunimos todos, desde el entrenador jefe hasta los asistentes, y vamos una a una con la academic advisor comprobando qué tiene que hacer cada jugadora esa semana, si hay algo importante, si no han hecho los deberes, todo".
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— LSU Women's Basketball (@LSUwbkb) October 31, 2023
Es decir, que el control es absoluto para velar también por la educación de las jugadoras. "También hay coaches. Cada jugadora tiene asignada a una persona del staff que se queda con ella 15 minutos a la semana para hablar de cómo va. Si una jugadora dice que en una clase tiene un aprobado y quiere ir a por el excelente, la academic advisor le busca tutores o profesores particulares. Se pagan todos los que hagan falta para que saque el excelente. Eso en España o Europa no lo hay".
Y todo esto influye a que cada vez más talento español y europeo opte por saltar el charco con 18 años, ya que la filosofía que mantienen en la NCAA es de captar talento sea de dónde sea sin, a diferencia de en el baloncesto español, tener cupos que impongan un número fijo de jugadores nacionales. Por todo ello, la liga universitaria de EE. UU. cada vez es una opción más fuerte para muchos jugadores jóvenes.