OPINIÓN

No es la mejor generación, son las mejores generaciones de nuestra historia

La selección española sub-18 tras conseguir la plata en el Eurobasket./FIBA
La selección española sub-18 tras conseguir la plata en el Eurobasket. FIBA

Hemos normalizado algunas imágenes del baloncesto español que no deberíamos, porque hablamos de algo de un nivel exagerado y único en el mundo.

Este fin de semana veíamos un vídeo de la Selección absoluta entrenando, en los primeros días de la preparación para la Copa del Mundo. Un 5 contra 5 de entrenamiento que compartía la federación española en sus redes en el que se ve a Izan Almansa poner un bloqueo a Sergio Llull, recibir un pase del menorquín y asistir para la continuación de Joel Parra, defendido por los dos hermanos Hernangómez.

Nada fuera de lo común hasta el momento en el que nos ponemos a pensar lo que estamos viendo en la pista. Izan Almansa tiene 18 años y viene de ser MVP del Mundial U19 hace menos de un mes. Y ahí le tenemos, jugando con estrellas del baloncesto europeo y jugadores NBA como si nada. No nos llama la atención porque hemos normalizado que en el baloncesto español pasan estas cosas. Se dan con naturalidad. Pero no son normales.

No es normal que siendo vigentes campeones del Mundo y de Europa aparezca otro chico de 18 años (Izan Almansa) y sea MVP del Mundial sub-19, sub-17 y del Europeo sub-18. Vuelvan a leer la frase. Somos vigentes campeones del Mundo y de Europa y acabamos de ganar un Mundial U19 y una medalla más en el Europeo U18, veremos de qué color.

Izan Almansa y Rudy Fernández. FEB | Alberto Nevado
Izan Almansa y Rudy Fernández. FEB | Alberto Nevado

Estamos viviendo una transición ante nuestros ojos en la que se mezclan diferentes factores. La generación de talento constante, reforzada por un gran trabajo de formación en clubes y federaciones territoriales, que se desarrolla y traslada a categorías superiores. Y ahí entra en juego un proyecto, una estrategia para que todo esto continúe

El objetivo es claro y, al mismo tiempo, complejo. Se busca la continuidad del éxito, trabajando sobre diferentes herramientas. Se intenta favorecer la transición y el relevo, mientras se construye un compromiso. Un compromiso con el proyecto que es clave y complicado en un momento de calendarios exigentes, poco tiempo para trabajar en verano e intereses contractuales con los que lidiar. Un punto determinante para el futuro que va más allá de lo técnico o táctico.

Para algunos puede ser naif hacer concentraciones de 20 jugadores, completándolas con jóvenes talentos. Nada más lejos de la realidad. A esas promesas las estás exponiendo a experiencias vitales y personales únicas, a un nivel de exigencia altísimo y estás ayudando a acelerar su formación y desarrollo poniéndoles a trabajar con la élite. Y al mismo tiempo, aumentas la competitividad, abres las oportunidades y generas una trayectoria en el grupo.

Prueba de que esto funciona es que cada vez más selecciones trabajan con diferentes grupos alrededor de la selección absoluta, que orbitan entre jóvenes talentos o sparrings para completar el trabajo. Esto no es una novedad, obvio, pero en el caso de España es una parte clave del éxito y de ese relevo generacional que se construye poco a poco.

El caso de Izan Almansa es simplemente un ejemplo anecdótico de un trabajo profundo y exitoso que nos lleva a un horizonte ilusionante. Tenemos el talento y el trabajo táctico y técnico de base y ahora, cada vez más, tenemos el físico, gracias al mestizaje y las nuevas generaciones de españoles, normalizando físicos que hasta ahora eran casi excepcionales y que ahora encontramos en muchas de nuestras categorías inferiores.

La selección sub-19 campeona del mundo. FIBA
La selección sub-19 campeona del mundo. FIBA

La lista es enorme y llevamos años avisando. A los Aldama y Garuba se une por detrás un núcleo de jugadores de diferentes generaciones, escalonados, como nunca hemos tenido hasta ahora. No hablamos de la mejor generación de nuestra historia. Hablamos de las mejores generaciones de nuestra historia.

Habrá decepciones, proyectos que no lleguen y medallas que se escapen. Y vivimos un un problema del salto al profesionalismo en una liga ultracompetitiva como la Liga Endesa del que el propio mercado se aprovecha ofreciendo alternativas a los jóvenes talentos (Australia, G-League, Overtime, etc..). Que no nos gustan, pero ahí están y son comunes a todos los viveros formativos y a los que acuden talentos de todas las partes del mundo.

Almansa, Baba Miller, De Larrea, Aday Mara, Langarita, Hugo González, Saint-Supery… Si fueran de otro país, alucinaríamos con lo que está por venir. Y esto, en chicos… pero este mismo artículo podría escribirse de arriba abajo en femenino. Aquí, a veces tengo la sensación de que hemos normalizado lo que estamos viviendo. Y no deberíamos, porque es algo único e histórico. Las mejores generaciones de nuestra historia.