TORNEO CENTENARIO DE LA FEB

Cartojal y alley-oops o cómo "la excusa perfecta" trasladó el baloncesto a la Feria de Málaga

La Familia se da un baño de masas en la Costa del Sol durante el triangular ante Eslovenia y EE.UU..

El Martín Carpena, lleno, durante el España - EE. UU. /FEB
El Martín Carpena, lleno, durante el España - EE. UU. FEB
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Málaga, feria, playa y baloncesto de primer nivel. ¿Puede haber un combo mejor? Lo que se ha vivido estos tres días en la Costa del Sol ha vuelto a poner el foco sobre una ciudad que, sobre todo en el último año, ha crecido baloncestísticamente hablando de una forma exponencial. "Venimos de Bilbao. Cuando vimos que el torneo era aquí, que coincidía con la feria y todo, no nos lo pensamos. Dijimos: para allá que nos vamos. Y aquí estamos, claro", aseguraba Jon, un aficionado que, junto a varios amigos, el sábado noche hacía cola en una de las casetas del Real de la Feria. Eso sí, no sin antes haber ido a ver el Eslovenia - EE.UU..

"Ha sido un espectáculo. Esos mates, los alley-oops… Todo. Pero ver a Doncic ayer contra España nos gustó más", aseguró, todavía en la cola. "Dicen que Augusto Lima (jugador de Unicaja) está aquí y por eso queremos entrar", confesaba Iñigo, otro de su grupo. Y así era, pues hubo algún que otro periodista que hasta acabó echándose una foto con él. Ese era el claro ejemplo de lo que decía al principio: un combo perfecto.

Si este año Málaga ya ha dejado claro que tiene un aura especial con esto del deporte de las manos gracias a la gran temporada de Unicaja, a ser sede de la final four de la Basketball Champions League (BCL) y quedarse con la Copa ACB 2024, el torneo con motivo del centenario de la FEB ha terminado por poner la guinda. Porque la realidad es que ver a tres de las mejores selecciones del mundo medirse en el Martín Carpena fue espectacular.

Rudy Fernández y Luka Doncic, durante el España - Eslovenia.  FEB
Rudy Fernández y Luka Doncic, durante el España - Eslovenia. FEB

"Venimos al recibimiento y todo, claro. Nosotros de principio a fin para apoyar a España", aseguró Marina, el viernes, antes del partido ante Eslovenia. Aunque lo cierto es que el llamado recibimiento quedó algo deslucido… O más bien tapado. Porque los cristales tintados del autobús de la Selección no dejaron ver a los jugadores, salvo a Sergio Scariolo que iba el primero cual capitán de barco. Lo que es, vaya.

"Nosotras el próximo partido venimos de flamencas", reconoció Mari Ángeles, la madre de la que posiblemente fue la familia más divertida de esos días. Y cumplieron. Porque si el viernes, tanto ella como su marido, Juanjo, y sus dos hijas, Elena y Marta, iban ataviados y pintados para la ocasión con los colores de España, puedo dar fe de que al día siguiente las dos peques aparecieron, como dijeron, vestidas con sus trajes de flamenca.

Porque si algo han tenido claro en Málaga estos días, propios y ajenos, es que la ruta empezaba en la playa, seguía en la feria de día, luego en el Carpena… Y otra vez a la feria. Si hasta el exjugador del Real Betis y Valencia Basket Shannon Evans puso en Twitter que hubiera dado lo que fuera por estar en Málaga

Y a eso se le suma que más de un jugador se dejó caer el sábado por el ferial para ver el pregón de un Alberto Díaz que dejó claro que, como buen malagueño, de toda la vida si el baloncesto le impedía ir a la feria, "la feria iba a Alberto", aunque sea vía wifi. "Ser malagueño se lleva dentro y se contagia, la feria también", reconoció durante su discurso el base del Unicaja y de la Selección. Una frase que bien puede aplicarse también al baloncesto.

Así lo comprobaron Fran y Cristina, que se desplazaron desde Madrid para la ocasión. "Es que es la excusa perfecta para tener todo lo bueno a la vez", reconocían el domingo, botella de Cartojal en mano, mientras hacían "la previa" a mediodía en la feria de día de la Calle Larios, antes de vivir el plato fuerte, un España - EE.UU. que nadie se quiso perder. "Casi no llegamos", dijo Tyler, un neoyorquino al que, como a muchos, le costó encontrar un taxi para desplazarse (fue el pero de juntar tanto evento a la vez). Pero al final todo el mundo estuvo en la gran cita.

Fiesta en el Carpena durante un tiempo muerto del España - EE. UU. RELEVO/NOELIA GÓMEZ MIRA

Como un día antes de que arrancara el torneo, la FEB celebró su IV Gala anual, grandes nombres del mundo de la canasta aprovecharon y se quedaron durante el fin de semana. Como Sergio Rodríguez (el Chacho), Amaya Valdemoro, Álex Mumbrú, Carlos Cabezas, Berni Rodríguez, Fernando Romay, Laia Palau o Lucy Pascua, por citar a algunos. Y también de cartel internacional como el exjugador estadounidense de la NBA Grant Hill, que, como los anteriores, se dio un baño de masas en el Carpena.

Y hasta en el AVE de vuelta a Madrid ya la mañana de este lunes. Porque a la internacional con la Selección y jugadora de Valencia Basket, Alba Torrens, que recibió el premio especial durante dicha gala, nada más bajarse en Atocha, le tocó complacer a varias seguidoras que se le acercaron para pedirle una foto.

Al Torneo de Málaga no le ha faltado detalle. Ni a nivel deportivo ni extradeportivo. Si hasta se le puso la guinda con la retirada de Daniel Hierrezuelo, que tras más de tres décadas se vistió de árbitro, de forma oficial, por última vez para el España - EE.UU. y acabó ovacionado. El fenómeno generado por La Familia suma y sigue. Y ahora pone rumbo a Granada para cerrar su preparación de cara al Mundial. Que siga la fiesta y el baloncesto.