MUNDIAL | ITALIA - EE.UU.

Un duelo mundial por el honor de una nación con Paolo Banchero como protagonista

Italia y EE.UU. son el plato fuerte de esta primera jornada de cuartos de final, en la que también lucharán por el pase a semifinales Lituania y Serbia.

Paolo Banchero durante el partido entre EE. UU. y Montenegro. /FIBA
Paolo Banchero durante el partido entre EE. UU. y Montenegro. FIBA
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Hace unos meses, cuando todas las selecciones parecían aún en stand by mientras se desarrollaban las ligas de clubes, comenzó una historia que puso en jaque a todo un país. Y es que, parafraseando a la famosa canción que popularizaron David Bustamante y Alex Casademont hace ya dos décadas en Operación Triunfo, había dos hombres (o países, en este caso) con un mismo destino: conseguir a Paolo Banchero. Y es pugna, hoy, con el jugador de los Orlando Magic en pista con el que al final ganó la llamada batalla nacional (el Team USA), estará muy presente durante el Italia - EE.UU., el plato fuerte de esta primera jornada de cuartos de final del Mundial (14:40 horas).

Empecemos por el principio. Paolo Banchero nació en Seattle, Estados Unidos, en noviembre del año 2002. Hijo de una estadounidense y un italiano, Banchero tiene las dos nacionalidades después de que con sólo 17 años, una llamada de la Federación italiana de baloncesto lo hiciera posible. Era el año 2020 y Banchero, que entonces estaba acabando el instituto, no quiso dejar escapar la oportunidad ante la falta opciones que había tenido en las categorías inferiores de la selección estadounidense.

Sin embargo, la llegada de la Covid-19 frustró lo que apuntaba a ser el debut de la máxima esperanza de futuro del baloncesto azzurri. Quizá fuese cosa del destino que aquel debut no se diera, porque tras ello, firmó con la Universidad de Duke donde jugó una temporada con los Blue Devils en la NCAA, para finalmente declararse como elegible en el Draft de 2022. Y fue número uno.

Los Orlando Magic se hicieron con sus derechos y apostaron por el italoestadounidense, mientras que ninguna de la dos federaciones le perdía la pista. No era para menos. Al acabar su primera temporada en la NBA, Banchero fue elegido rookie del año, lo que hizo aún más codiciable su convocatoria nacional. Hasta entonces, lo único que había dicho el ala-pívot era que jugaría con Italia, pero claro... Si la máxima favorita al oro llama a tu puerta, ¿cómo se le dice que no?

A sólo unos meses del Mundial, con la NBA ya acabada y las selecciones elaborando su lista de convocados, Banchero dio el sí al Dream Team, para sorpresa (y enfado) de la Federación italiana. "Fue una decisión legítima, pero podría haber llamado para comunicárnoslo. En cambio nos enteramos por los periódicos", dijo a La Gazzeta dello Sport el presidente de la Federación italiana, Gianni Petrucci, que incluso aseguró que se había convocado una reunión entre el seleccionador, Gianmarco Pozzecco, y él.

"En los últimos días había estado en Milán y, pese a que llegamos a un acuerdo con su agencia, se saltó la reunión que tenía con el entrenador Pozzecco. Las situaciones como éstas ocurren y, desde un punto de vista personal, estoy acostumbrado. Pero nos ha vacilado, esto ha sido una broma. Estábamos planeando una buena estrategia comercial sobre él", dijo el máximo mandatario del baloncesto italiano. Mientras que Banchero se acogió al pasado de su madre en el mundo de la canasta para justificar su decisión.

Lo cierto es que Rhonda Smith, su madre, fue jugadora profesional de baloncesto, tanto en la WNBA como fuera de EE.UU. e incluso internacional con el Team USA. Precisamente, una foto de Rhonda con la selección estadounidense en la FIBA AmeriCup femenina de 1997, que cuelga en el sótano de su casa, fue la que hizo que, desde pequeño, soñase con representar los mismo colores que su madre.

Y esto lo hará, precisamente, este martes ante la que pudo ser y no fue su selección. Una Italia que tiene muy presente lo ocurrido y que, 25 años después, vuelve a estar en cuartos de final de un Mundial. El gran duelo de una lucha por pasar a semifinales (14:40 horas) que arrancará a las 10:45 horas con el Lituania-Serbia.