MUNDIAL DE BALONCESTO

República Dominicana, la filosofía 'happy life' que se abre paso en el Mundial

La selección dominicana se pone líder del Grupo A y confirma su pase a la segunda fase tras vencer a Italia (82-87)

Eloy Vargas y Karl Anthony Towns durante el partido de República Dominicana ante Filipinas. /FIBA
Eloy Vargas y Karl Anthony Towns durante el partido de República Dominicana ante Filipinas. FIBA
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Hay una selección que incluso antes de que arrancara este Mundial ya apuntaba maneras para ser la revelación del torneo. Y aunque aún queda mucho por delante, lo visto durante la primera jornada refuerza la idea de que pueda ser así. República Dominicana lo tiene todo para triunfar. O al menos intentarlo. Y si ante Italia (82-87) lo ha vuelto a demostrar, también lo dejó claro durante su debut ante 35.115 personas -cifra récord de asistencia a un Mundial- en el Philippine Arena de Manila ante la anfitriona (Filipinas). Pero la historia -o el trasfondo- de lo de Dominicana va mucho más allá y tiene que ver con lo que puede denominarse una filosofía baloncestística feliz (y no precisamente por el apellido de su base). O lo que es lo mismo, la happy life dentro del baloncesto.

Cuando la quisqueyana certificó su clasificación para este Mundial tras tumbar a Argentina, hubo muchos que comenzaron a seguir de cerca a la selección entrenada por Néstor García. Entonces no había grandes nombres, pero un joven Jean Montero, que ya había dejado claro en la Liga Endesa, que divertirse en la cancha sabe un rato, había mostrado su mejor versión y liderado a los suyos para certificar su regreso a una Copa del Mundo. La tercera participación en la historia del país tras las de 1978 y 2014.

"Yo simplemente hago lo que me diga el entrenador y me salgo a divertir a la cancha, a competir y a lo que salga", dijo unas semanas después de esa gesta Jean Montero en una entrevista con Relevo. Y lo cierto es que este verano se ha podido ver que esa diversión no sólo es cosa suya, sino que también es algo que se transmite al resto de su selección y que está presente hasta en los entrenamientos.

Jean Montero, durante la citada entrevista con Relevo. EDICIÓN: SALVADOR FENOLL

Hace semana y media, cuando Dominicana se trasladó a Granada con motivo del triangular ante España y Canadá, Relevo pudo acceder durante un rato a uno de los entrenamientos. Y más allá del trabajo serio -que obviamente lo hubo- el humor, la diversión y esa mentalidad positiva y feliz de la que eran partícipes del primero al último lo impregnaba todo. Las risas, la música y el buen rollo entre los jugadores e incluso los miembros del cuerpo técnico eran protagonistas. Era como un aspecto clave dentro de la preparación unido a la pizarra, la táctica o los sistemas. Pero eso no sólo se había visto de forma privada en Granada.

Unos días antes de aquello, se confirmó que Karl Anthony Towns regresaba a la selección. Y cuando se unió al resto de sus compañeros, estando estos aún de concentración en Málaga, en The Embassy, antes de poner rumbo a la ciudad de la Alhambra, incluso hubo una minifiesta dentro del propio entrenamiento de la quinqueyana.

Aquello no era más que otra muestra de la forma en la que se entiende el baloncesto en Dominicana. Esa filosofía que, unida a la preparación del Ché García y su pizarra, hizo que el viernes más de uno tildara de "baloncesto champagne" lo que hicieron ante Filipinas durante su debut mundialista. Porque además de mostrar un gran físico, un juego rápido, de que Towns se vistiera de líder, arropado por una gran actuación del base del Joventut Badalona, Andrés Feliz, y por Víctor Liz, lo que se vio fue un juego divertido que también se trasladó a la grada para el disfrute de aquellos que in situ o a través de las pantallas siguieron el partido.

Por eso hoy había muchos que no se quisieron perder ese choque ante Italia, el cual, tras ganarlo, le ha dado la primera plaza del Grupo A y el pasaporte directo a la segunda fase. Un paso de gigante para una selección "pequeña, pero que llena de orgullo a su país", como reconoció Suhail, una dominicana que no deja de disfrutar junto a los suyos.