Aday Mara, la joya española de 2,22, ya deslumbra en EE.UU: "Hay tantas cosas que este país no ha visto..."

Con Aday Mara el tiempo se relativiza. No hay prisa por mucho que su baloncesto diga que se puede correr. Él y quienes le rodean tienen bien trazada la hoja de ruta y por ello no quieren precipitarse, aún cuando lleva el cartel de gran promesa del baloncesto colgado al cuello. Una etiqueta que no ha tardado en demostrar en su primera temporada en la NCAA.

Sólo ha necesitado tres partidos oficiales para conseguir la titularidad en una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos. Y la gran joya del baloncesto español y sus 2,22 de estatura no han desaprovechado la oportunidad y ante Long Island (78-58 para UCLA) firmó su primer gran partido ante los ojos de los scouts de la NBA que escrutan cada movimiento del jugador español.

Mara se fue hasta los 14 puntos (6 de 9 en tiros de 2 y 2 de 2 tiros libres), 4 rebotes y 2 asistencias en 24 minutos de juego. Sin embargo, la estadística que más llamó la atención fueron los cuatro tapones que colocó en ese lapso, demostrando su capacidad de intimidación gracias a una envergadura de 2,31.

El pívot demostró su calidad en apenas dos minutos en la segunda mitad con tres acciones que levantaron el aplauso del público. Primero con un tiro de media distancia en el que demostró su buena muñeca, después palmeando un balón suelto en el aro rival y por último con un pase entre dos defensores para que anotara el exmadridista Jan Vide.

Una actuación que le valió los elogios de sus compañeros como Adem Bona, al que suplió como '5' titular de los Bruins. "Todavía hay mucho por venir de él. Hay tantas cosas que este país no ha visto de él. Es un jugador increíble. Seguirá creciendo y haciendo cosas increíbles". Por su parte Vide también se refirió a Mara por su complicidad con él: "Es fácil jugar con Aday. Un jugador de 2,20 metros que lo ve todo. Le dije: 'Cuando recibas el balón en el poste bajo, voy a cortar'. Así que corté. Estaba tratando de moverme sin el balón y él me encontró como tres veces".

El último en rendirse a la calidad del español fue su 'jefe' Mick Cronin. El entrenador de UCLA es otro de los que no tiene prisa con el joven talento español. Sabe cómo hay que cocinar un producto de esta calidad. Pero cuando tiene la oportunidad presume de él. "El tipo mide 2,22, pero la gente no está acostumbrada a ver a alguien como él". Eso sí, Cronin le pegó un pequeño tirón de orejas y señaló que tiene que hacerse más fuerte en el rebote y olvidarse de las faltas que le señalan los árbitros, su gran lunar en estos primeros partidos en un país que está descubriendo a otro unicornio.