Amenazas, robos y sospechas: la punta del iceberg que amenaza el Titanic del deporte estadounidense
Las apuestas deportivas son un problema para las grandes ligas estadounidenses con estrellas como Ohtani en el punto de mira.

De la permisividad al problema hay una fina línea que muchas veces se cruza casi sin querer. Es el límite difuso entre lo éticamente correcto y lo legalmente permitido. Una recta que despierta más dudas que los fueras de juego del VAR. Una frontera que se ha cruzado en Estados Unidos, generando la última gran polémica en torno a la relación cada vez más estrecha entre las apuestas y el deporte profesional en el gigante norteamericano.
Sólo hay que echar un vistazo a lo que viene ocurriendo en los últimos días en un entorno tan poco nítido y controvertido como este. Por ejemplo, el pasado 20 de marzo la NBA anunciaba que los suscriptores a su 'League Pass', la plataforma en la que emite todos sus partidos, podrán realizar apuestas a través de los patrocinadores de la liga FanDuel o DraftKings mientras se mantienen al día con los diferenciales y las probabilidades en sus pantallas a través de una nueva integración "emBet" que ha desarrollado el distribuidor de datos Sportradar.
No es la primera puerta que la NBA abre a la industria del juego. Hay que recordar que en 2018 el Tribunal Supremo declaró inconstitucional la prohibición federal de las apuestas deportivas. En otras palabras, legalizaba las apuestas deportivas, dibujando un nuevo panorama para las grandes ligas que abrazaron esta norma como una nueva vía de negocio. Así lo hizo la NBA, que en su último convenio colectivo de la NBA permitía a los jugadores invertir en compañías de apuestas (hasta un máximo de un 1%) y promocionar empresas del sector sin hacer explícitamente publicidad de apuestas relacionadas con la NBA.
Según la Asociación de Apuestas de EE.UU. (AGA), se pueden hacer apuestas deportivas de forma legal en 38 estados y el Distrito de Columbia y el negocio es absolutamente mastodóntico: casi 120.000 millones de dólares se apostaron en 2023, lo que supuso un 27,8 % de incremento respecto a 2022. Ese gigantesco volumen podría ser aún mayor si incluyera a los dos estados más poblados de EE.UU., California y Texas, en los que por ahora no son legales esas apuestas.
"Algunos de esos apostadores deportivos consiguieron mi número de teléfono y me enviaron mensajes de texto sobre dónde vivo, mis hijos y todo eso. Este un juego peligroso"
Con ese incentivo económico y la permisividad estatal, el negocio de las apuestas ha entrado en una nueva dimensión gracias también a las redes sociales y a las interacciones de los usuarios con entrenadores y jugadores durante los partidos. Tyrese Halliburton, estrella de los Indiana Pacers, habló tras su último partido sobre cómo afectan las apuestas de los usuarios a los jugadores y los comentarios que les generan en redes sociales. "Para la mitad de la humanidad sólo les estoy ayudando a ganar dinero a través de 'Draftkings'. Sólo somos utilleros", se lamentaba el base de Wisconsin sobre las apuestas que se realizan y que llevan a muchos usuarios a insultar y menospreciar a los deportistas por los resultados obtenidos.
#Cavs head coach J.B. Bickerstaff makes a startling revelation in explaining why he feels sports gambling has already gone too far even though he understands the business reasons behind it now being embraced by professional leagues. pic.twitter.com/O5QX6snjuE
— Daryl Ruiter (@RuiterWrongFAN) March 20, 2024
Más duro en sus denuncias fue el entrenador de los Cleveland Cavaliers JB Bickerstaff. El extécnico de Ricky Rubio no ha dudado en poner el grito en el cielo y avisar de lo que puede venir por la 'cercanía' de los usuarios con los deportistas. "Algunos de esos apostadores deportivos consiguieron mi número de teléfono y me enviaron mensajes de texto sobre dónde vivo, mis hijos y todo eso. Este un juego peligroso y es una fina línea sobre la que estamos caminando, sin duda", advirtió antes Bickerstaff antes de un partido ante los Heat la semana pasada.
"Supone una presión adicional y una distracción al deporte que puede ser difícil para jugadores, entrenadores, árbitros y todo el mundo involucrado. Y creo que tenemos que ser muy cuidadosos con cómo de cerca dejamos que se meta el tema de las apuestas a este deporte y con la seguridad de todos. Muchas veces la gente que apuesta, ese dinero paga su factura de electricidad o su alquiler y las emociones vienen de eso. Así que pienso que estamos caminando sobre una línea muy fina y tenemos que ser extremadamente cuidadosos protegiendo a todos", agregó el técnico de Colorado.
Porter Jr, primer investigado
La advertencia de Bickerstaff no ha caído en saco roto y parece que ha tenido sus primeras consecuencias en forma de investigaciones y sospechas. El jugador de los Toronto Raptors Jontay Porter está siendo investigado por la NBA por varias instancias de irregularidades en apuestas durante los últimos meses, según ha publicado Adrian Wojnarowski en ESPN. Específicamente, la NBA está analizando los partidos del 26 de enero y 20 de marzo, en los que Porter pudo haber amañado su actuación para que las apuestas de más/menos en sus estadísticas fueran ganadoras.

Las compañías de apuestas registraron una ganancia extraordinaria en ambos encuentros por apostar al "under" de Porter. ESPN, citando una fuente del sector, aseguró que hubo "múltiples" intentos por apostar más de 10.000 y 20.000 dólares en el partido contra los Clippers cuando las restricciones para esas apuestas de rendimiento individual suelen estar entre los 1.000 y los 2.000 dólares. Al día siguiente, DraftKings, una de las casas de apuestas más grandes en Estados Unidos, reportó que los menos de Porter en triples habían sido la apuesta que más dinero había aportado a los ganadores esa noche entre todos los jugadores NBA.
Según el convenio colectivo, los jugadores NBA tienen prohibido hacer cualquier tipo de apuesta relacionada con la liga, al igual que trabajadores de la NBA o cualquier franquicia. Violaciones de la política podrían acarrear sanciones económicas, suspensiones e incluso, en casos extremos, la terminación de un contrato.
El caso Ohtani, más sombras que luces
Si en la NBA las sombras han comenzado a teñir de duda la actividad deportiva, en el mundo del béisbol las tinieblas son todavía mayores. Sobre todo por la dimensión del deportista involucrado en las investigaciones. Se trata de Shohei Ohtani, el deportista mejor pagado del mundo después de haber firmado un contrato con los Dodgers por 700 millones de dólares y 10 temporadas. La gran estrella de la MLB que se ha visto involucrado en un escándalo de apuestas.

El pasado miércoles por la noche, mientras Ohtani debutaba con los Dodgers en Corea del Sur, ESPN desvelaba que la franquicia angelina había despedido a Ippei Mizuhara , amigo personal de Ohtani e intérprete del jugador, por un escándalo de apuestas en el que habría sustraido hasta 4,5 millones de dólaresde las cuentas bancarias del jugador, según la cadena ESPN, fueron a parar a un corredor de apuestas ahora investigado por autoridades federales. Mizuhara aseguró en primer lugar que sus deudas en el juego las había pagado el jugador, pero posteriormente sostuvo que Ohtani no sabía nada de aquello y que no hizo las transferencias.
"Nunca aposté en el béisbol o en otro deporte y nunca le pedí a nadie que hiciera eso en mi nombre. Ippei ha estado robando dinero de mis cuentas"
Un escándalo que está siendo investigado por la MLB y que ha obligado a Ohtani a salir a desmentir cualquier vinculación con el juego. Lo hizo en una rueda de prensa en la que se limitó a leer un comunicado y no admitió preguntas de los periodistas.
"Nunca aposté en el béisbol o en otro deporte y nunca le pedí a nadie que hiciera eso en mi nombre. Ippei ha estado robando dinero de mis cuentas y ha contado mentiras". Un escueto comunicado que ha dejado más de una duda en el ambiente. Por ejemplo, ¿cómo tenía Mizhuara acceso a las cuentas de Ohtani? ¿Cómo no notó la estrella de los Dodgers los continuos movimientos de medio millón de dólares de sus cuentas? Dudas que no han quedado aclaradas.
Regulación de las apuestas deportivas en España
En España las apuestas deportivas vieron luz verde como actividad legal en 2007 cuando se aprobó la Ley de Medidas para el Desarrollo de la Sociedad de la Información. Aunque, realmente, fue en 2011 cuando los operadores recibieron las licencias de juego necesarias para poder operar en el mercado de nuestro país. En España es el Estado, a través de la Dirección General de la Ordenación del Juego, el que vigila y regula el juego online.
En 2021, el entonces ministro de Consumo Alberto Garzón modificó la Ley 13/2011 ("Esta Ley establece la regulación de las actividades de juego que se realizan a través de canales electrónicos, informáticos, telemáticos e interactivos y en las que los medios presenciales deberán tener un carácter accesorio, salvo las actividades presenciales de juego sujetas a reserva desarrolladas por las entidades designadas por la ley que, por su naturaleza, son exclusivamente de competencia estatal") para prohibir la difusión de bonos y promociones, además de la publicidad de los servicios de los sitios de apuestas deportivas fuera del rango de la 1 a.m. – 5 a.m.