Anthony Edwards roza el triple-doble y emplaza a Doncic a un quinto partido tras evitar el rosco

Nunca en la historia de la NBA se ha remontado un 0-3 en contra. El dato se ha repetido hasta la saciedad, y pesa como una losa insuperable. Nunca se ha conseguido, hasta que alguien lo haga. Con ello sueña Minnesota, que ha dado el primer paso asaltando Dallas (105-100) y alargando la serie al menos a un quinto partido de la mano de Anthony Edwards y Karl-Anthony Towns. En otro triple-doble de Luka Doncic que no estuvo bien acompañado y que tendrá que ir a Minneapolis a cerrar la serie si quiere enfrentar. "La derrota ha sido mi culpa" decía el esloveno al acabar, añadiendo que no jugó con suficiente energía. Y en los playoff se paga.

Arrancaron los Timberwolves muy diferentes al equipo que se presentó a los tres primeros partidos. Pusieron la directa y mandaron desde la salida, llegando a tener 12 puntos de diferencia hasta el momento Dante Exum, con dos triples seguidos. Y una vez empatado el partido, fue el duelo más igualado de la serie y con diferencia. Hasta en 11 ocasiones cambió el mando del marcador, la última a cinco minutos del final con un triple de KAT. No volvió a mirar atrás Minnesota desde ese momento, liderada por sus dos referentes en ataque. Justo en el partido que el banquillo de Minnesota menos apareció, con 14 puntos entre Anderson, Reid y Alexander-Walker. Fue toda de sus dos estrellas.

Edwards y Towns estaban promediando juntos 37 puntos en la serie antes de irse a los 54 esta madrugada. El escolta metió 29, con además 10 rebotes y a una sola asistencia del triple-doble. Towns, que acabó expulsado por faltas, metió 25 aunque 20 llegaron en la segunda parte. Dos triples suyos abrieron la ventaja de los Timberwolves antes de su sexta falta y fue Edwards el responsable de cerrar el partido desde la media distancia. Tras no haber respondido como equipo en los minutos calientes, Minnesota esta vez sí consiguió el triunfo. Lo peleó Luka Doncic, primero con tres tiros libres y luego con un 3+1, sacándoles faltas claves a Edwards y KAT, pero nadie más lanzo una cuerda de socorro. Falló los triples PJ Washington, la defensa no supo cerrar igual y sobre todo, Irving no estuvo a la altura.

Kyrie jugó uno de los peores partidos con la camiseta de Dallas. Metió 16 puntos en 18 tiros de campo con tantas pérdidas, cuatro, como asistencias y viéndose superado en ambos lados de la pista. La última con cinco puntos de diferencia y 30 segundos por jugarse, clave. Llegaba con un récord de 14-0 en partidos para cerrar una eliminatoria desde que llegó a la NBA, siendo esta su primera derrota en algo más de una década en la liga. La única buena noticia para estos Mavs fue Jaden Hardy y sus 13 puntos desde el banco, manteniendo a Dallas en el partido al final del tercer cuarto con siete consecutivos. Dominaron los tableros, los puntos tras pérdida y en segunda oportunidad, pero sin Lively, la pintura fue de Minnesota.

No solo en defensa, donde el novato es clave y permitieron 46 puntos a los Timberwolves (por 36 de Dallas), sino también en ataque. Los Mavericks promediaban 22.6 tiros cerca del aro en esta serie y se han quedado en 15, menos de una quinta parte. Rudy Gobert, eterno señalado, tuvo un trabajo mucho más sencillo con Maxi Kleber abriendo la pista y sin un Lively actuando de amenaza constante en el bloqueo y continuación. El alemán volvió con 2 puntos desde el banquillo, aunque se le notó algo fuera de ritmo. "Iremos analizando día a día, no quiero precipitarme" decía Lively sobre su posible vuelta, pero ni Kleber ni Dwight Powell se acercan a su nivel. Y si quieren cerrar la serie por la vía rápida, le necesitan. 

Sobre todo porque la diferencia entre ambos equipos no era para nada tan grande. Hasta la fecha, Dallas solo había ganado los últimos cuartos (+21), pero estaba -8 en los tres primeros periodos. Con el triunfo de hoy, los Mavs han metido solo ocho puntos más que unos Timberwolves que han estado erráticos en toda la serie y que no han visto a sus dos estrellas tener un buen partido. Llegó, por fin, en el cuarto y consiguen el primer triunfo. Y el año pasado ya vimos a un equipo estar 0-3 abajo y forzar un séptimo. Y algún día tiene que remontarse por fin esa diferencia, aunque Doncic confía en que no sea esta vez.