Los Celtics buscan igualar a los Warriors de Stephen Curry y Kevin Durant... y algo que Boston no logra desde 1969

La temporada NBA acababa el pasado 17 de junio en Boston, en el parqué del TD Garden repleto de confeti verde y blanco. Con Adam Silver entregando el trofeo Larry O'Brien a Wyc Grousbeck y el resto de propietarios de los Celtics, Jaylen Brown coronado como MVP de las finales y con por fin, Boston campeón. Década y media de espera, desde 2008, para conseguir el banner 18 que levantarán este martes en la ceremonia del anillo. Pero han pasado cuatro meses, un verano de por medio y el anillo de 2024 solo sirve para presumir y recordar que el curso pasado, los hombres de Joe Mazzulla fueron los mejores; ahora todo vuelve a empezar de cero, y ese es el mayor reto, volver a ganar.

La NBA suma seis campeones diferentes en las últimas seis temporadas, desde 2019. En orden cronológico, Toronto Raptors, Los Angeles Lakers, Milwaukee Bucks, Golden State Warriors, Denver Nuggets y los Celtics este pasado año. Nadie repite título en años consecutivos desde los propios Warriors de 2017 y 2018, cuando al equipo del 73-9 en temporada regular le unieron a Kevin Durant. Ese es el espejo de Boston, que sueña con conseguir el título 19 de la franquicia y romper la igualdad que ha dominado la NBA en el último lustro. Es más, desde que los Warriors perdieran las finales de 2019, ningún campeón ha conseguido superar la segunda ronda. Los Nuggets este año, la última víctima de la maldición del anillo.

Para ello han usado una fórmula que ninguno casi de los campeones anteriores ha probado: mantener el bloque sin grandes cambios. El caso más exagerado fue Toronto, que perdió a Kawhi Leonard, pero los Nuggets se deshicieron de dos suplentes y lo acabaron pagando. Los Celtics, al contrario, han sacado la chequera y han pagado a todos los jugadores que acababan contrato o estaban cerca de hacerlo, Jayson Tatum, Derrick White y Sam Hauser. Lo malo es que el gasto, que puede llegar a los $500 millones el próximo curso con el pago del impuesto de lujo y la multa, ha obligado a los propietarios mayoritarios a vender la franquicia en un proceso que iniciará en las próximas semanas. Aunque no debería tener efecto en la pista.

Allí mandan sus dos estrellas, Jayson Tatum y Jaylen Brown, y llegan por fin habiendo resuelto todas las dudas sobre ellos. Se les quiso romper, se les acusó de no poder jugar juntos y tardó, pero acabaron ganando el anillo. Llegan además con la motivación extra por lo sucedido en los Juegos Olímpicos, uno por no ir y el otro por ir a pasearse y calentar el banquillo. Joe Mazzulla jugará con ello y lo usará para conseguir todavía una mejor versión de sus dos estrellas, que si quieren entrar en la historia de los Celtics, no vale con un anillo para estar en la conversación. Larry Bird tiene tres y muy lejos, Bill Russell domina la lista de toda la NBA con once, algo imposible en la NBA moderna.

Para ayudarles a intentarlo hay un grupo construido alrededor por el verdadero genio de la franquicia, Brad Stevens. Desde 2022 ha conseguido llevar a Boston a Al Horford, Derrick White, Kristaps Porziņģis y Jrue Holiday, todos ellos vía traspaso, y todos clave para levantar el banner 18. La polivalencia defensiva y la capacidad de generar todos ellos con balón o lanzar de tres, herramientas que Mazzulla ha convertido en una apisonadora. Batieron el récord de mejor ataque de la historia, se codearon con los mejores equipos nunca vistos con los números en la mano. La diferencia entre todos ellos y Boston es que la mayoría ganaron dos o más títulos en su era: los Bulls de Jordan, los Lakers de Shaq o Kareem Abdul-Jabbar entre Milwaukee y Los Angeles.

Pero no es fácil. Hasta el punto que la franquicia con más anillos, 18 suman en toda su historia, no gana títulos consecutivos desde 1969, todavía con Bill Russell de jugador y entrenador. Solo LeBron, en Miami, ha conseguido ganar anillos consecutivos en el Este desde Chicago en la década de los 90, dejando clara la dificultad de repetir. Tienen en Boston las herramientas, la oportunidad de hacerlo y salen como favoritos para romper el maleficio del campeón.