Los Celtics ya son semifinalistas y un enorme Luka Doncic devuelve la delantera a Dallas

Cuando Boston perdió en el TD Garden el segundo partido de la serie, saltaron todas las alarmas posibles. Un equipo acostumbrado a cometer fallos, a no estar al nivel, a no ganar partidos obligados y que pese a salir favorito, repetía errores. Los Heat ponían el 1-1 y la serie se mudaba a Miami donde, pese a la baja de Jimmy Butler, confiaban en ponerse por delante. El propio Butler lo decía al micrófono de TNT: "Vamos 1-1 y vamos a ponernos 2-1". Y bueno, desde ese momento los Celtics han pasado por encima de Miami en los siguientes tres partidos: +68 de diferencia, dejando a los Heat en 85 puntos y 21 triples en total. Y Boston, el mejor equipo de la temporada regular, es el primer semifinalista del Este.

En parte porque, además de Butler, Miami llegó al quinto partido sin Terry Rozier, Jaime Jaquez y Josh Richardson, claro. Tan mermados físicamente como inferiores se han visto en una serie donde Derrick White ha demostrado que el concepto jugador de rol le queda muy pequeño. Tras meter 38 puntos en el cuarto partido, dejando el 3-1 como una losa casi definitiva, empezó el duelo al mismo nivel: 15 en el primer cuarto, 25 en total en apenas 29 minutos, con cinco triples. Volvieron a entrarle los tiros a Boston, como en el primer partido (16/40) y a los Heat les fue imposible seguir el ritmo. En el primer cuarto la diferencia eran 21 puntos y antes del descanso se llegó a los 30. Llegó a ser de 37 en el último periodo, con el partido resuelto.

Jaylen Brown metió otros 25, Jayson Tatum aportó 16 con 12 rebotes y desde el banquillo Sam Hauser puso 17 con cinco triples más. El último cuarto fue una pasarela de jugadores de final de rotación, porque con el marcador y la serie decidida, los Celtics se permitieron el lujo de recurrir a sus suplentes. Y empezar a pensar en unas semifinales de las que no conocen todavía a su rival. Orlando y Cleveland, que manda 3-2 en la serie y podría cerrar esta misma noche, los dos candidatos, y casualmente, dos de los tres equipos que tienen récord positivo en los playoff contra Boston en la historia. En la serie no estará seguro Kristaps Porzingis, a quien le han diagnosticado una lesión en el sóleo y se perderá, como mínimo, todas las semifinales. 

Por suerte para los Celtics, tendrán más descanso que su rival e incluso sin su pívot titular deberían tener nivel suficiente para plantarse en las finales de conferencia. El que llegue por el otro lado del cuadro, sean Knicks, Sixers, Bucks o Pacers, llegará mermado físicamente y mucho más cansado. La suerte le supo sonreír en el cuadro, y los Celtics han hecho los deberes ganando la serie rápidamente, pero el objetivo en Boston sigue siendo el mismo que los últimos años: conseguir el anillo número 18 y recuperar la hegemonía de la NBA.

Que Luka Doncic fuera duda hasta última hora solo podía significar una cosa: se venía noche grande del esloveno. Y ya era hora, en una serie donde Kyrie Irving estaba siendo la cara de los Mavericks. 35 puntos, 10 asistencias, 7 rebotes y todo en mitad de un brote Cuánto pudo influir el cartel, en la entrada del pabellón de los Clippers, con ofertas para vuelos desde Dallas a Cancún solo lo sabe Doncic, pero llegó su partido. Y si hay que poner el foco en un momento en específico, que sea el tercer cuarto. Porque al descanso llevaba 15, pero en el tercero metió otros 14, y los Mavericks rompieron el partido y posiblemente la serie. Porque con 3-2 arriba, la eliminatoria vuelve a Texas con el viernes la oportunidad de volver a unas semifinales, sobre todo si vuelven a jugar al mismo nivel.

El equipo que brilló en la segunda parte de la temporada apareció al completo, y alguno más. Dos piezas desde el banquillo fueron clave: Maxi Kleber metió cinco triples, máximo de carrera, con 15 puntos, y Dereck Lively II otros 12 sin fallar un tiro de campo. Entre los titulares, Derrick Jones con 12 puntos y los 14 de Kyrie, al que no le entraron los tiros, pero hizo de todo por ayudar a la causa. Hasta PJ Washington, que se quedó en solo dos puntos, fue pieza fundamental en defensa para entender el triunfo. Porque los Mavericks dejaron a Paul George y James Harden en 15 y 7 puntos respectivamente, tras meter 33 por cabeza en el cuarto partido. Nadie en estos Clippers supo liderar, todavía sin Kawhi.

La desesperación fue tanta que Ty Lue tuvo que recurrir a PJ Tucker, quien no formaba parte de la rotación, tras el festín de Dallas que ponía el +32 en el marcador. Del 43-42, a mitad del segundo cuarto, al 106-76, el parcial fue de 63-34 en 24 minutos sin respuesta de los Clippers en ambos lados. Por debajo del 40% en el tiro, un triste 25% en el triple y sin argumentos para pelear con los mejores Mavericks, que se prepararon para jugar sin Kawhi y supieron responder. Y los Clippers pueden volver a despedirse en primera ronda otra vez.