Denver y Miami y una batalla atípica por el anillo de la NBA

No son las finales que soñaba la NBA, pero son las mejores posibles. Porque Denver ha dominado el Oeste, perdiendo solo tres partidos por el camino y barriendo en las finales de conferencia, y los Heat no solo han sido el mejor equipo en el Este, sino que se han cargado a los dos máximos favoritos al anillo: Milwaukee Bucks y Boston Celtics, ambos fuera de casa. Son quienes merecen estar en junio luchando por el anillo, cerrando una temporada para la historia: o bien los Nuggets consiguen el primer título de la franquicia, o los Heat se convierten en el primer seed #8 en ganar la NBA. Y todo empieza esta noche en Denver.

Una final donde estarán los dos jugadores más en forma de la postemporada, y que serán claves para decidir el título. Por un lado el dos veces MVP Nikola Jokic, debutante en la serie por el anillo y quien ha liderado a los Nuggets a ser el mejor récord de la conferencia. En la otra esquina, Jimmy Butler, el jugador más diferencial del Este con diferencia. Se cargó a los Bucks solo, dejó a los Celtics 0-3 y solo la incógnita de su estado físico puede poner en duda el duelo que vamos a ver entre ellos. Butler ya perdió las finales de 2020 ante el mejor equipo del Oeste en la burbuja, y buscará redención. Quien salga victorioso en su duelo particular puede decantar la balanza, aunque será difícil batir a Denver.

Porque Jokic es mejor jugador, pero también el rendimiento de su segunda espada ha sido superior. Los playoff de Jamal Murray han recuperado las sensaciones que dejó en Disney antes de la durísima lesión. Al contrario que en la serie ante Boston, Miami tendrá que frenar a un base muy anotador, capaz de meter 20 puntos en un cuarto en un momento de calentura. Por el otro lado, Bam Adebayo llega a la final con sombras. Su rendimiento en ataque está siendo inconsistente y una de las mejores formas de intentar frenar a Nikola Jokic, su principal tarea, es atacarle. ¿Puede el interior de los Heat tener mayor peso en la ofensiva de Spoelstra? Porque para ello tendrán que quitarle balones a los nuevos héroes de Miami, Caleb Martin y Gabe Vincent. 

Otro factor común en Denver y Heat es el nivel de los jugadores de rol. Martin estuvo a nada de robarle el MVP de las finales del Este a Jimmy Butler, Gabe Vincent metió 29 puntos en el tercer partido de la serie y superó los 15 en otros tres, y Max Strus, Duncan Robinson y hasta Kevin Love han tenido momentos de brillo. Solo falta recuperar al mejor Kyle Lowry, con experiencia en las finales. Pero los Nuggets son un equipo donde el colectivo también brilla. El mejor movimiento que hicieron en Denver el pasado verano no fue traer una estrella, sino apuntillar el equipo de Jokic: Bruce Brown, Kentavious Caldwell-Pope, y junto a Jeff Green y Aaron Gordon, siempre aparece uno. O el papel de Michael Porter Jr, menos anotador y mucho más trabajador en estos Nuggets.

Si Miami quiere soñar con ganar tienen que encontrar solución al puzzle que todavía nadie ha podido resolver en estos playoff: ¿cómo se puede frenar a Nikola Jokic? El serbio suma ocho triples-dobles en 15 partidos. Bam Adebayo es históricamente un gran defensor, como también lo son Rudy Gobert o Anthony Davis, y ninguno pudo hacer sombra a Jokic. El reto es mucho más serio que intentar detener a Al Horford o Robert Williams, como hizo en los últimos siete partidos. Y el problema es que tras Adebayo, Miami no tiene alternativa. Cody Zeller no ha sido un factor, Kevin Love no tiene el físico y Highsmith está muy verde, pese haber aportado por momentos. Cada minuto sin Adebayo puede ser una auténtica pesadilla para los Heat que tendrán en Spoelstra su mejor ayuda.

El entrenador consiguió deslumbrar la ofensiva de Boston, una de las mejores de la liga, con ajustes esquemáticos y el factor sorpresa en el séptimo partido. Los Heat usarán la defensa en zona de manera constante, aunque Denver ha sido el mejor equipo de la NBA ante la zona en temporada regular y playoff, y tendrán que decidir qué veneno prefieren: al Jokic anotador o al serbio generando para el resto. En las dos máximas anotaciones de Nikola Jokic estos playoff, los Nuggets han acabado perdiendo: 53 ante Phoenix y 43 ante Minnesota. Si consiguen que Jokic entre en una guerra de puntos, rompiendo la conexión entre el interior y sus compañeros, Miami tendrá opciones serias de competir. 

Aunque ahora mismo los Heat se sienten invencibles. El estado de forma que arrastra Miami, tras eliminar a Milwaukee y Boston, y con la posibilidad de que vuelva Tyler Herro para el tercer partido, pondrá a los jugadores de Spo en una nube. Es una lucha entre la identidad de Miami y el proyecto de Denver, uno que mantiene el núcleo desde 2018, que ha tenido paciencia y a la que ha recuperado la salud, se ha colado por fin en unas finales de la NBA. El factor pista, todavía invictos en casa con ocho victorias en esta postemporada y la presencia de Aaron Gordon, el encargado de frenar a Jimmy Butler los próximos partidos, le da confianza a un equipo que sueña con su primer título. 

Los Heat serán, eso sí, el mejor ataque al que se han enfrentado en esta postemporada, especialmente por alternativas y porcentaje de tiro. Tanto en primera ronda como en las finales del Este, los Heat superaron el 40% desde la larga distancia, un reto nuevo para unos Nuggets que han podido proteger la pintura y sobrevivir. Malone tendrá trabajo, un duelo más igualado en los banquillos que el que tuvo Spoelstra en la última serie. Ver cómo vuelve a introducir a Tyler Herro en la rotación, como protege los minutos sin Adebayo o qué variantes genera en la zona son ahora mismo algunos de los ajustes que se esperan del entrenador que ha llevado a Miami a sus séptimas finales.

Nikola Jokic y Jimmy Butler, uno de los dos conseguirá su primer anillo. Incluso Jamal Murray, Bam Adebayo, Caleb Martin o Michael Porter Jr. Los hay campeones, en el banquillo de Miami están además de Spo, Kyle Lowry y Kevin Love, y Denver trajo a Kentavious Caldwell-Pope por este motivo. Quedan como mucho siete partidos para que acabe la temporada, para coronar al campeón, y toca disfrutar de cada uno de ellos. Y que gane el que más lo merezca.