NBA

Desmontando el 'hate': ¿se defiende poco en la NBA?

La tendencia de los últimos años provoca críticas al estilo de juego en la NBA, pero ¿son justas?

Nikola Jokic intenta anotar ante la defensa de Miami Heat en un partido de las pasadas Finales de la NBA./GETTY
Nikola Jokic intenta anotar ante la defensa de Miami Heat en un partido de las pasadas Finales de la NBA. GETTY
Samuel Subiela
David Acosta
Guillermo Villar

Samuel Subiela, David Acosta y Guillermo Villar

Probablemente hayas escuchado últimamente aquello de: "En la NBA no se defiende", "es un correcalles", "no me gusta, no hay defensa". Y como bien explica alguien que sabe mucho sobre esto: "No hay manera más fácil de descubrir a un cuñado". Porque te puede gustar más o menos la NBA o ser más aficionado al baloncesto europeo, pero nunca decir que al otro lado del charco, no existe la defensa. ¿Por qué? Vamos a explicarlo.

Lo primero que hay que analizar es el cambio de tendencia en los últimos 30 años en la liga. No es un cambio reciente, sino un proceso evolutivo. En el inicio de la década de los 90, la defensa al límite del reglamento y el dominio de la zona era la manera más eficaz de ganar: los Pistons, los Rockets, los Spurs y por supuesto, los Bulls de Jordan. Un estilo de juego que surge como respuesta al baloncesto de los 80, al showtime impuesto con mano férrea por los Lakers de Magic Johnson y Pat Riley. Así que en ese contexto de puntuación a la baja se busca la manera de contrarrestarlo.

Además, con la llegada del nuevo siglo llega el adiós definitivo de Michael Jordan lo que unido a un estilo de juego más defensivo pone en alerta a la NBA. Por un lado se marcha la gran mina de oro del baloncesto, y por otro, el deporte empieza a ser menos atractivo. Así que la liga cambia algunas reglas para dinamizar los partidos y que las audiencias no se desplomen.

"La defensa por aquel entonces tenía demasiados permisos", explica el periodista Gonzalo Vázquez. "Habría que empezar por los tres segundos defensivos, que abren básicamente un espacio enorme en los aledaños del aro, pero la más importante de todas esas normas iba a ser la supresión del hand-checking, que prohibía el uso de las manos en defensa", explica.

Ritmo, triple y espacio

Como resultado a todo ello empieza a cambiar el juego. Con los Suns de D'Antoni y Nash como abanderados, los equipos empiezan a aumentar el ritmo de juego, a encontrar más espacios y a dar más protagonismo al triple. La receta es clara: más posesiones, más lanzamientos y, por lo tanto, más puntos. Aquí aparecen los Warriors de Curry y Steve Kerr y los Rockets de Harden y Mike D'Antoni, otra vez.

Este incremento de los tiros de tres puntos provoca que sea más complicado defender ya que la cancha se abre y, por lo tanto, hay más espacios para lanzar, provocando, incluso, una polarización del tiro: se busca lanzar desde lo más cerca de la canasta posible para asumir menos riesgo de fallar o que ese riesgo valga más la pena, es decir, que la canasta valga más puntos.

Carta de tiro en la temporada 1998-99. RELEVO
Carta de tiro en la temporada 1998-99. RELEVO
Carta de tiro de la temporada 2022-23. RELEVO
Carta de tiro de la temporada 2022-23. RELEVO

Y claro, la defensa sufre ya que pasa a actuar en un espacio mucho más grande que por ejemplo, en la década de los 90 o en los inicios de los 2000. Todos los jugadores hoy en día pueden, y deben, saber tirar desde la línea de tres puntos. De manera que se abra la cancha para encontrar más sitio desde donde lanzar liberado, sin oposición.

Más talento que nunca

A todo este proceso de cambio hay que añadir un factor diferencial. Hay más talento que nunca en la NBA, y no sólo hablamos de la cantidad de jugadores de nivel, sino también de entrenadores, scouts, análisis, médicos,… Lo que en conjunto con las nuevas condiciones evolutivas del juego (más espacios en cancha, un ritmo más alto, el triple como protagonista principal y la mayor dificultad a la hora de defender) encontramos como resultado una explosión anotadora sin igual y un continuo establecimiento de nuevos récords.

Algo que se pone más de manifiesto en la temporada regular: "No es que no se defienda o no se quiera defender. Es que el ataque ahí se encuentra completamente liberado. Y además de manera sostenida, noche tras noche. Y es muy difícil de defender", explica Gonzalo Vázquez. "Es la balanza vacía, la que más está sufriendo esta revolución ofensiva de la que todavía no se conoce techo".

Por ejemplo, no es casualidad que esta temporada se hayan visto dos partidos de 71 puntos (Lillard y Mitchell), que haya sido la temporada con más partidos de 50 o más puntos desde 1962, o que seis jugadores hayan promediado más de 30 puntos por partido, algo que no sucedía desde hace 60 años.

El físico es el futuro

Precisamente en esa explosión de talento derivada de una genética privilegiada es dónde se puede encontrar una solución al desequilibrio existente en la NBA. El ataque se contrarresta con ataque. "Yo soy de los que confía que habrá una autoregulación. Ya lo estamos viendo en la selección de los jugadores antes de llegar a la NBA. Jugadores como LeBron James, Kawhi Leonard o Paul George serían los ideales", comenta Gonzalo Vázquez. Jugadores capaces de atacar pero también de defender al primer nivel, sobre todo, líneas de pase y ayudas a través del físico y atletismo. El caso de Víctor Wembanyana es el mejor ejemplo.

Así que en resumen, no es que en la NBA no se defienda y por eso se anote más que nunca, es que el aspecto ofensivo ha evolucionado tanto que da la sensación, equivocada, de que no se defiende. Nada más lejos de la realidad, lo que ocurre es que es más complicado defender que nunca. Entonces, quizás la reflexión que haya que hacerse sea: ¿cuál será el siguiente paso?