Un agarrón que se veía venir por una enemistad enquistada y que le cuesta 770.000 dólares a Draymond Green

Transcurridos apenas 103 segundos de partido en el duelo entre Golden State y Minnesota Timberwolves, una trifulca entre Klay Thompson y Jaden McDaniels acabaría dejando la imagen de la semana. El siempre polémico Draymond cogía a Rudy Gobert del cuello, al más puro estilo artes marciales, y en una llave mataleón casi perfecta, se llevaba al francés lejos de la acción. Por unos 10 segundos le mantenía sujeto por el cuello ante la sorpresiva mirada de compañeros antes de acabar expulsado por decisión de los colegiados. Una más en el historial de un jugador que ha sido protagonista en demasiadas ocasiones por acciones poco deportivas sobre la pista. Y la de ayer fue con intención, porque entre Gobert y Green hay historia reciente. 

En octubre del año pasado, cuando se filtró el vídeo de la agresión de Dray a Jordan Poole, por el que el jugador no recibió sanción alguna, Rudy Gobert lanzó un tweet con el mensaje: "La inseguridad siempre hace ruido", que si bien no iba dirigido a nadie en específico, se entendió perfectamente que era dedicado a Green. No tardó ni un año en poder responder el de los Warriors cuando en el último partido de temporada regular, en un tiempo muerto, Gobert lanzó un puñetazo a su compañero Kyle Anderson. El tweet de Dray literalmente tenía el mismo mensaje que el del francés, en lo que se entendió como un ajuste de cuentas en público. Aunque la historia viene de más atrás. 

En 2019, Rudy Gobert no fue elegido para el All Star, lo que significó un duro golpe para el interior de por aquel entonces Utah Jazz, a quien se vio llorando. Draymond Green publicó un tweet mofándose del jugador: "Supongo que yo también debería llorar, ¿no Charlotte?", decía, al quedarse también fuera del fin de semana. Tres años más tarde, el duelo siguió. En febrero de 2022, Draymond Green volvió a dejar en evidencia al interior cuando ambos sí fueron elegidos para el All Star. El de los Warriors fue preguntado qué jugador se había tomado peor no entrar al All Star, y Green respondió que "aunque no hubiera sido elegido, no iba a llorar", en referencia a Gobert. "El jugador lloró en televisión nacional, tiene que ser él", añadía.

También en 2022, ambos estuvieron en la carrera por ser el mejor jugador defensivo de la temporada, y Rudy fue preguntado sobre su rival, pero echó balones fuera: "Cuando le veo en persona, siempre es muy amable y respetuoso. Así que mientras eso siga igual, me lo tomaré con respeto". El premio, por cierto, se lo acabó llevando Marcus Smart por delante de Mikal Bridges y Gobert. Dray terminó décimo en la votación. Aunque la reacción pacífica de Rudy fue, por entonces, muy diferente a la mostrada tras la llave de la pasada madrugada.

Al acabar el partido y ser preguntado sobre la polémica, Gobert fue muy directo. "Cada vez que Steph no juega, Dray no quiere jugar y hace lo que sea para ser expulsado", señalaba. E incluso dejó caer que previo al partido sospechaba que Green haría lo posible por salir antes del partido. También definió su actuación como "comportamiento de payaso" y que incluso sin saber quién le tenía cogido del cuello, "podía sentir que era él" concluía. El francés además aseguró no sentirse en peligro en ningún momento, ya que el contacto "no fue suficiente para ponerme a dormir, aunque lo intento, pero no fue muy buen agarre". Y la mejor de todas, apuntando a Kerr y su defensa de Green: "Por dentro, no quiere decirlo, pero sabe que su jugador es un payaso".

La relación, podemos presumir, está rota, y el próximo duelo entre Wolves y Warriors es a finales de marzo. Para que aficionados vayan preparándose. Aunque no solo es con Gobert que Dray tiene una rivalidad o un historial de altercados. Incluso con LeBron James, uno de sus mejores amigos y a quien ha defendido varias veces como el mejor de la historia, hay historia: la más famosa, cuando le golpeó en la entrepierna en las finales de 2016. Fue sancionado un partido, y los Warriors acabaron perdiendo aquellas NBA Finals. En la ronda anterior, ante Oklahoma, lanzó una patada contra Steven Adams en la misma parte del cuerpo, innecesaria e innatural. Ese mismo año, Kyrie Irving se había llevado una aparatosa patada en el cuello y James Harden vio como Green aparcaba su zapatilla en su barba.

Siguió como si nada. En 2018, otra vez con Harden, le agredió en la garganta. Como sucedió anoche, llevaban menos de dos minutos de partido. Tuvo otra tangana con Anthony Davis, todavía en los Pelicans, donde ambos acabaron rodando por el suelo. El año pasado acabó pisando el pecho de Domas Sabonis en la primera ronda de playoff, o subido a la espalda de Herb Jones. Y esto es solo con rivales, sin entrar en los problemas que ha causado en la propia franquicia. Porque además de la pelea con Jordan Poole, Kevin Durant confirmó que uno de los motivos por los que dejó Golden State fue por cómo la gerencia no supo lidiar con los egos tras una pelea entre Green y el ahora jugador de los Suns.

La NBA ha estudiado las imágenes de la acción entre Dray y Gobert al completo, y según adelantó Adrian Wojnarowski ya ha tomado la decisión: 5 partidos de sanción, además de perder 770.000 dólares. Joe Dumars, uno de los vicepresidentes de la NBA, dejó claro que la reincidencia iba a ser clave a la hora de elegir qué sanción se llevaba Green. Así que Golden State, en una racha de cuatro derrotas seguidas, tendrá que estar sin Curry, lesionado, y sin Dray.