Gobert, suspendido por los Wolves

Rudy Gobert ha protagonizado un nuevo lío en la última jornada de la fase regular de la NBA, donde se enfrentaban los Minnesota Timberwolves y los Pelicans por la octava posición de la Conferencia Oeste. El pívot francés ha arremetido en un tiempo muerto contra su compañero Kyle Anderson, al que ha golpeado con el puño tras una discusión. El exterior se mostró algo molesto en una conversación entre ambos y le hizo un aspaviento en señal de inconformidad. Entonces, el ex de los Jazz se revolvió y le dio un puñetazo. Un comportamiento que tendrá consecuencias, según avanzan Wojnarowski y Charania: el pívot ha sido suspendido por la franquicia y no formará parte del grupo para el trascendental partido del Playin ante los Lakers. Una política autodestructiva de ambas partes, ya que el francés era el indicado para frenar a Anthony Davis, principal arma ofensiva angelina.

Los compañeros les tuvieron que separar ante la incredulidad de todos los presentes. La franquicia decidió sobre la marcha dar el resto del partido libre a Gobert, al que pidieron que abandonara las instalaciones. No parece el mejor escenario posible para un equipo que debe afrontar esta misma semana los Playin de acceso a los Playoff de la NBA.

Curiosamente, el periodista Chris Hine ya preguntó a Gobert un día antes por el liderato en silencio de Kyle Anderson. La respuesta del francés fue certera: "Kyle quiere ganar y a veces es un poco agresivo en la forma en la que habla. No me lo tomo como algo personal. Lo recibo de manera positiva por venir de un lugar que quiere sacar de mí el mejor Rudy que yo puedo ser para ganar. Amo su competitividad, la forma en la que juega. La forma en la que hace que el resto sean mejores. Es una parte importante de esta temporada".

Un escenario que se ha traducido en tensión en la acalorada conversación entre ambos, que llevó a Gobert de forma prematura a los vestuarios. No obstante, pese a ser un hecho aislado, va de la mano de un proyecto que jamás llegó a navegar por aguas mansas.

Los Timberwolves se lanzaron de forma desesperada a por el anillo con un sorprendente traspaso para forjar un cuarteto de miedo. Renunciaron a grandes jugadores de rol como Malik Beasley, Patrick Beverley, Jarred Vanderbilt o Walker Kessler junto a cuatro primeras rondas para llevarse a Rudy Gobert, un pívot de primer nivel y cuyo rendimiento defensivo estaba fuera de toda duda.

Sin embargo, el traspaso despertó cientos de comentarios y la mayoría no resultaron positivos. Minnesota absorbía un contrato algo tóxico, ya que Gobert guarda un excelente rendimiento defensivo, pero no muestra ese potencial ofensivo suficiente como para rondar el contrato máximo.

Además, dejaba dudas su conexión con Karl-Anthony Towns, la otra gran estrella de los Wolves. Dos jugadores en la misma posición, algo incompatibles... No han disputado demasiados partidos juntos, por la lesión de larga duración que ha padecido el que fuera número 1 del Draft.

Aun así, Gobert, pese a que sus números son difíciles de discutir (13,6 puntos; 11,8 rebotes; y 1,4 tapones), no ha aportado esa faceta de liderazgo acorde a su contrato, del que restan cuatro años (incluyendo este) a cambio de 170 millones de dólares. Este último episodio con su compañero Kyle Anderson pone en jaque su presencia en la postemporada y el rumbo de una franquicia que ya prescindió de D'Angelo Russell por incluir en su roster a Mike Conley sin demasiado éxito. Por el momento, el Play In está garantizado, aunque las sensaciones no parecen aproximar a la franquicia a la pelea por el anillo...

Mason Plumlee y Bones Hyland, ambos jugadores de rotación de los Clippers, tuvieron que ser separados por Norman Powell tras un nuevo e inusual rebote entre compañeros de equipo. Los jugadores se encararon, llegando a estar a escasos centímetros, se empujaron y continuaron acaloradamente discutiendo, sin trascender el asunto a mayores gracias a la intervención de sus compañeros.

En su caso, los Clippers estaban jugándose acabar en quinta o en séptima posición (siempre que ganaran los Lakers) y hacían frente a una encrucijada. Enfrentar en primera ronda a los Phoenix Suns, favoritos populares al título en la Conferencia Oeste, o caer en la clasificación y tener que asumir el Playin de clasificación, con el consecuente riesgo de no disputar la postemporada.