Harden, un mes de baja
Con los Sixers en récord negativo, el escolta se ha lesionado del pie derecho.
![Harden, en un partido de los Sixers./GETTY](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202211/03/media/cortadas/harden-sixers-RjMeXK7Alm8HVGwtGIwePjN-1200x648@Relevo.jpg)
James Harden se perderá el próximo mes de competición por una lesión en su pie derecho, según han anunciado medios estadounidenses. Otra mala noticia para unos Sixers de arranque dubitativo, o más bien un comienzo de temporada decepcionante. Al menos, han conseguido enderezar el rumbo en los últimos encuentros, para plantarse con un balance de cuatro triunfos y cinco derrotas. No obstante, están octavos en la Conferencia Este, algo inesperado para uno de los claros aspirantes a heredar el anillo de los Golden State Warriors.
Además, para el escolta de 33 años, esta lesión supone un paso atrás en sus aspiraciones a ganar el campeonato. Este pasado verano decidió renovar a la baja con los Sixers. O, mejor dicho, renunciar a la extensión máxima para que así la franquicia tuviera margen salarial y pudiera incorporar nombres interesantes en el mercado para dar un salto hacia el título. Así, por ejemplo, pudo llegar PJ Tucker, un perro de presa defensivo y que ya fue compañero del propio Harden en su etapa en los Houston Rockets. O Danuel House, otro de sus fieles escuderos en Texas. Firmas por las cuales la franquicia ha perdido segundas rondas de 2023 y 2024 por violar las normas de la agencia libre.
Un equipo hecho prácticamente a su medida y a la de Joel Embiid, claro líder de este equipo hacia el anillo. El pívot camerunés, que estuvo en la discusión por el MVP la pasada temporada, no ha arrancado bien la actual campaña, pese a sus demoledores números: 27.2 puntos, 9.5 rebotes y 3.3 asistencias en 34 minutos. De hecho, se ha llegado a hablar de que era el propio Harden el que estaba cogiendo la vitola de líder en este arranque.
El escolta promediaba 22 puntos, 7 rebotes y 10 asistencias por noche. Unos números notables, que cogen fuerza con otras estadísticas como un número asumible de pérdidas (2.9) o relativos buenos porcentajes (44.1% en tiros de campo y 33.3% desde el triple). Sin ser su mejor versión, en el plano individual, la franquicia estaba satisfecha con su rendimiento. Eso sí, necesitaban que se tradujera en triunfos, algo que no ha pasado hasta esta última semana.
Doc Rivers, técnico, había achacado a sus pupilos la falta de ritmo. "Tenemos que mejorar el ritmo de juego y no hablo de correr. Tú ves a Harden y Embiid y no vamos a ganar los Juegos Olímpicos", admitía en rueda de prensa. Fue en la previa del partido ante Toronto, donde los Sixers vencieron por 22 puntos con su estrella lesionada y el escolta ahora fuera de combate haciendo una pobre actuación (11-4-4).
Las malas sensaciones de sus líderes escondían un mensaje positivo: estos Sixers tienen fondo de armario. Harrell, House, Niang, Melton o Thybulle constituyen un banquillo de garantías y superior a la media de la competición. Si bien algo sigue fallando en la ecuación, como se confirmó en un nuevo traspiés en Washington en la madrugada de este miércoles. Fue la última intervención de Harden (notable, por cierto, antes de esta lesión que le tendrá alejado de las canchas por más de un mes. El ex de los Rockets aportó 24 puntos, 5 rebotes y 10 asistencias, en esa pequeña proyección hacia un base más organizador y menos decisivo desde el tiro. También lo enseñó así con las 17 que repartió en el triunfo ante los Wizards.
La hora de Tyrese Maxey
La baja de Harden dará más balón y tiros a Tyrese Maxey. Este descarado base-escolta de tercer año firmó una aceptable temporada de rookie y despuntó definitivamente en la 21-22. Carismático, rápido, con buena mano y, sobre todo, con una de las cualidades más reclamadas en la mejor liga de baloncesto del planeta: el acierto en la toma de decisiones.
Las casas de apuestas norteamericanas ya le situaron como uno de los candidatos al MIP (jugador más mejorado) antes del inicio de temporada. Cabe recordar que este premio ya no corona al que ha presentado cambios estadísticos más significativos, sino, más bien, al jugador con más impacto de liderazgo con respecto a la campaña anterior. No es una ley escrita, pero se ha observado con Ja Morant, Randle, Ingram o Siakam en los últimos años.
Desde luego, Maxey está en la carrera por lograrlo. En los nueve partidos disputados hasta este momento, promedia 24.2 puntos, 3.4 rebotes y 3.4 asistencias. Además, un fantástico 51.6% en tiros de campo y un todavía mejor 46,8% desde el triple. Es su momento para consagrarse como una estrella en ciernes de la NBA, mientras en Philadelphia rezan porque la baja de su segundo al mando y la salud de su líder Embiid no repercuta negativamente ni en vestuario ni en el ambiente. Por el momento, el récord negativo no es alentador. Pero hay plantilla y roles adecuados para hacer que este problema médico de Harden no implique una crisis clasificatoria.