NBA

Isaiah Thomas busca una última oportunidad en NBA haciendo escala en la liga de desarrollo

Hace siete temporadas, IT4 fue quinto en la lucha por el MVP y lideró a los Celtics al mejor récord del Este. Desde entonces ha jugado solo 109 partidos.

Isaiah Tomas, en un partido con los Celtics./EFE
Isaiah Tomas, en un partido con los Celtics. EFE
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

Si Disney hiciera una película sobre un jugador NBA, una basada en hechos reales, la vida de Isaiah Thomas sería una candidata muy fuerte. Elegido el último de su draft, Thomas llegó a la NBA midiendo solo 175 centímetros. Solo 14 jugadores más bajitos que el oriundo de Tacoma han debutado en la NBA, nombres como Muggsy Bogues, Spudd Webb, Nate Robinson o Earl Boykins. Y ninguno consiguió emocionar tanto a un equipo como lo hizo Isaiah entre 2015 y 2017 con los Celtics, a los que llevó a unas finales de conferencia. Desde entonces, lesiones y traspasos lo han apartado de la liga, aunque busca una nueva oportunidad en Utah, con los Salt Lake City Stars de la G-League. 

Lo hace soñando con encontrar un hueco en la NBA tras once temporadas en la mejor liga del planeta. Elegido por Sacramento con el pick #60 del draft de 2011, Isaiah fue un anotador de microondas para los Kings de principio de la década pasada, a veces titular y en otras desde el banco. Duró tres años en California antes de ser enviado a Phoenix Suns en un equipo que juntó a Erick Bledsoe, Goran Dragic y al base de Washington State en el mismo equipo. Tres bases para dos posiciones, y el perjudicado fue IT, al que mandaron al banquillo. Fue el cuarto máximo anotador del equipo saliendo como suplente, pero no era suficiente. Soñaba con más, y llegaron los Celtics de Danny Ainge. 

En el cierre de mercado de 2015, en febrero, Boston apostaba por el base bajito a cambio de Marcus Thornton y una primera ronda, en un traspaso a tres bandas cuya prioridad era devolver a Tayshaun Prince a Detroit. Su debut con los Celtics fue en la pista de los Lakers, donde salió como suplente, anotó 21 puntos desde el banquillo y fue expulsado por protestar en la derrota. Lo que en cualquier otra franquicia habría sido un desastre, fue el inicio soñado en Boston. Una relación que iba a convertir a Isaiah Thomas en la cara de una franquicia candidata al anillo: de suplente de lujo a base titular, a estrella de la NBA. En el TD Garden encontró un hogar.

Fueron solo 179 partidos, pero la simbiosis entre el jugador y la afición de los Celtics está reservada solo a los más grandes, porque así fue su 2016/17. Promedió 28,9 puntos por partido, la segunda cifra más alta de la historia hasta la fecha en la franquicia solo por detrás de Larry Bird, con casi seis asistencias por partido. Estuvo en todas las conversaciones posibles, MVP, All Star, All NBA y hasta quedó quinto en el jugador más mejorado. Boston consiguió el mejor récord del Este, y cuando todo era perfecto, sucedió la mayor tragedia posible: la hermana menor de Thomas fallecía en un accidente de tráfico. A dos días del inicio de los playoff, su mundo se derrumbaba. Y aun así metía 33 en su primer partido.

Tras remontar un 0-2 contra los Bulls, era turno de Washington. Y para el recuerdo del aficionado NBA queda el segundo partido de la serie, en el cumpleaños de su difunta hermana. IT se fue a los 53 puntos, su máxima de carrera, en el triunfo de los Celtics que se acabaron llevando la serie. Lo que no sabía todavía Isaiah era que el segundo partido de las finales del Este, ante Cleveland, serían sus últimos minutos con los Boston Celtics. Una lesión le alejó del resto de la serie y en verano era traspasado a Cleveland a cambio de Kyrie Irving. Boston empezaba una nueva etapa y no Thomas no formaba parte, pero lo que nadie esperaba era que esa fuera, virtualmente, el final de la carrera de Isaiah. 

Desde su salida de Boston, el bajito jugador ha pasado por Cleveland, Lakers (dos veces), Denver, Washington, New Orleans, Dallas y Charlotte. Y en ninguna ha jugado más de 40 partidos, en contratos de 10 días. Fue traspasado por Cleveland primero y por los Wizards más adelante, los Clippers le cortaron y pasó por la G-League. Pese a tener un palmarés histórico para su altura. Es el jugador más bajito en ser nombrado All NBA y en jugar un All Star, honor compartido con Calvin Murphy, aunque Isaiah lo hizo en dos ocasiones. Danny Ainge, ahora CEO de los Utah Jazz, le abre la puerta de la franquicia donde buscará un sitio en la G-League, donde podrá ayudar a jugadores jóvenes mientras al mismo tiempo busca un hueco en la NBA, su último tren en la mejor liga del mundo.