Kemba Walker, cuatro veces All Star, deja el baloncesto tras un último año en Europa
Se retira tras 750 partidos y cuatro franquicias, como leyenda de Charlotte y campeón NCAA.

El tiempo pasa para todos igual. Kemba Walker, cuatro veces All Star y campeón del torneo NCAA de 2011, ha anunciado en redes sociales su retirada del baloncesto profesional. Lo ha hecho tras un último año jugando en Mónaco, en la Euroleague, tras no encontrar regularidad en la NBA desde su salida de Boston en 2021. Uno de los mejores manejadores de balón de la última década, anotador de cantidad y desde hoy, exjugador NBA con tan solo 34 años y 12 temporadas en la mejor liga del planeta. En su carrera promedió 19.3 puntos en 750 partidos, repartidos entre cuatro franquicias. Aunque en ninguna como en Charlotte.
Thank you, basketball. pic.twitter.com/gLUbQnZMP5
— Kemba Walker (@KembaWalker) July 2, 2024
Elegido con el pick #9 del draft en 2011, Kemba llegó a la NBA para cambiar la cara de la franquicia de Charlotte, donde pasó las primeras ocho temporadas de su carrera. Las primeras tres todavía en los Bobcats y desde 2014 en los Hornets, donde mostró su mejor versión. Su mejor año en la liga llegó en 2019, jugando los 82 partidos y promediando 25,6 puntos. Aquella temporada, la última para los Hornets, fue nombrado All NBA en el tercer equipo, la única vez que se coló en los mejores quintetos, y fue parte del All Star por tercer año consecutivo. Solo Glen Rice, entre 1996 y 1998 lo había logrado antes en Charlotte, por eso la gran cara de los Hornets en la memoria reciente.
Se retira de la franquicia siendo el jugador con más minutos, puntos, tiros anotados, triples conseguidos e intentados, tiros libres y con el mayor número de win-shares logradas en Charlotte. Tercero en partidos jugados y robos, segundo en asistencias e incluso cuarto en rebotes defensivos pese a medir solo 183 centímetros. Kemba es, sin duda, uno de los mejores jugadores que ha pasado por la historia del equipo de Carolina del Norte, al que consiguió meter dos veces en playoff. Para el recuerdo, los 52 puntos que le metió a Utah en la jornada de Martin Luther King en 2016, la segunda cifra más alta de la historia en MLK Day, o los 60 ante Philadelphia en 2018. Porque ese año, Walker fue imparable en la conferencia Este.
Tras los Hornets, firmó por Boston el verano de 2019 para relevar a Kyrie Irving en la posición de base. Dos años, unas finales de conferencia y muchas lesiones le cerraron la puerta de la NBA, y Brad Stevens le mandó a Oklahoma a cambio de Al Horford. Fue la primera decisión del gerente de los Celtics al ser ascendido. No llegó a jugar para los Thunder, pero sí firmó un contrato con New York, volvía a casa, habiendo nacido en el Bronx y crecido como aficionado de los Knicks. Fue en el Madison Square Garden donde logró su tiro más famoso, jugando para UConn en 2011. Un game winner ante Pittsburgh para mandar a los Huskies a las semifinales de la Big East. Acabaron ganando el torneo nacional y 'Cardiac Kemba', como le llamaban en college, fue nombrado mejor jugador del March Madness.
Años atrás, también en el Madison, jugó un duelo histórico todavía en instituto contra Derrick Rose, un año mayor y mejor jugador joven del país. Y en ambas instancias salió victorioso. Aunque su etapa en Nueva York no fue tan buena. Otras vez las lesiones, esa gran cruz en su carrera, le alejaron de su mejor nivel. Tuvo noches para el recuerdo, como los 44 puntos ante Washington o el triple-doble en Navidad, pero apenas seis meses más tarde, era traspasado otra vez, ahora a Detroit. Y como en Oklahoma, los Thunder decidían cortarle, dándole la oportunidad de encontrar un hogar: Dallas. Los Mavericks fueron su última parada en la NBA, donde jugó nueve partidos, antes de decidir dar el salto a Europa.
Su último año profesional lo jugó en AS Mónaco, compitiendo en Euroleague y ganando la LNB Pro A. En once minutos por partido, en el torneo continental, promedió solo 4.4 puntos y el equipo monegasco cayó en cuartos de final ante Fenerbahçe con el base fuera de la rotación. Ahora, tras una carrera para el recuerdo, campeón universitario y jugador de leyenda en Charlotte y un breve paso por Europa, Kemba cuelga las botas. Y su mensaje deja abierto un futuro relacionado con el deporte que tanto ama. "Baloncesto será para siempre una parte de mi vida, así que no es un adiós. Estoy ilusionado por lo que se viene" se despedía.
El regreso de Kemba Walker a Charlotte
Y, lo que viene es su regreso a la NBA, pero no para deslumbrar sobre el parqué americano, su rol será como entrenador de mejora de jugadores en la franquicia que le ha visto crecer y convertirse en all-star, Charlotte Hornets. Después de retirarse de una carrera de 12 años, regresa a la que una vez fue su casa para aportar su sabiduría sobre el baloncesto a las nuevas generaciones.