NBA

Kevin Durant, el artista de la canasta

Nadie en la NBA sabe meter la pelota en el aro mejor que Durant y las últimas semanas lo está demostrando.

Kevin Durant, ayer ante los Wizards. /AFP
Kevin Durant, ayer ante los Wizards. AFP
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

Kevin Durant no trabaja como jugador de baloncesto, eso sería limitarlo. Durant hace arte, cada jugada la produce como una obra individual, diferente al resto, resultado de años de práctica y cualidades innatas. Lo hizo en Oklahoma por casi una década, incluyendo el año en Seattle, lo hizo por tres años en Golden State al máximo nivel y lo está haciendo en Brooklyn. Da igual el uniforme, los compañeros, el rival o el contexto. Da igual todo, Kevin Durant es el artista de la anotación. 

No hay nadie en la NBA actual que lo haga mejor. Es muy probable que no haya habido uno mejor en la historia que lo haya hecho al nivel al que Durant domina todos los registros anotadores, por eficiencia y porcentajes, por espectacularidad y capacidades y por resultados. Podemos hablar de Michael Jordan y Jerry West, pero la lista de anotadores no puede tener a Kevin Durant más abajo. Es un rara avis, único en su especie y por eso es tan especial. 

Por tercera vez en su carrera, Durant está promediando más de 30 puntos por noche. La última vez fue en 2014 y la primera cuando ganó su título de anotador en 2010. Esta temporada no lidera la liga porque hay hasta seis jugadores por encima de la treintena, incluyendo a Doncic, Curry o Tatum, en la lucha por el MVP. Pero ninguno de ellos tira al nivel de KD en la pista. El siete de los Nets tiene buenos porcentajes en cada rincón de la pista sin excepción alguna. 

Supera el 85% en los aledaños del aro y se mantiene por encima del 60% entre tres y diez pies y entre 10 y 16 pies. Es el mejor jugador de la historia del mid-range, un tiro que la NBA ha olvidado y mantiene un 34.6% en el triple, la única faceta a mejorar por Durant. Ha anotado 30 puntos en 12 ocasiones y solo se ha quedado por debajo de 20 en una, la semana pasada en el triunfo ante los Raptors. Aquel día Kyrie cogió el timón y Durant no le importó compartir responsabilidades.

Un anotador de equipo

Porque lo importante no son los números, sino los resultados del equipo. Tras empezar el año 2-8 y con derrotas ante Indiana o Chicago, la crisis de Kyrie Irving y el despido de Steve Nash, llegó la tan ansiada calma. Una que en Brooklyn no han tenido en varios años, pero que les ha dado espacio para ganar diez de los últimos 13 partidos, el último esta madrugada ante unos Wizards que llegaban al encuentro por delante en la clasificación. Y esa siempre ha sido la mentalidad de Kevin Durant en la liga. 

Pese a ser el mejor anotador de la competición, KD siempre ha tenido que compartir foco. En Oklahoma fue con Russell Westbrook, su amigo y al que acabó abandonando por Golden State y Curry. En Oakland fue Stephen quien tuvo que saber ser buen compañero y permitir brillar al mejor Durant, que acabó consiguiendo ser MVP de dos finales consecutivas en las que promedió 35.2 puntos primero y 28.8 con 10.8 rebotes y 7.5 asistencias un año después. Porque se crece.

Ha perdido solo nueve series en su carrera, dos de ellas finales, habiendo ganado el 70% de las rondas en post temporada. Sube sus números cuando el título está en juego o cuando su equipo más lo necesita. Sus playoffs de 2020 son la prueba de ello, donde sin Harden ni Kyrie metió 49, 32 y 48 en tres noches consecutivas y estuvo a medio pie de enviar a Brooklyn a unas finales de conferencia por sí mismo. Por suerte, en Brooklyn ya no necesitan esta versión.

Los Nets son un buen equipo. No son los Celtics o Milwaukee, y probablemente tampoco sean Cleveland, pero tienen a Kevin Durant. El mejor anotador que hemos visto, flotando sobre la pista, promediando otra vez 30 como cuando tenía 23 años. Con él son capaces de colarse en el top-8 de la conferencia. Y cuando lleguen los playoffs, cualquier cosa puede pasar.