LeBron James, el 'abuelo' que sigue reinando en la NBA con puño de hierro

Hace ya mucho que el reloj dejó de tener sentido para marcar el paso del tiempo para LeBron James. Su leyenda va más allá de horas, meses o años. El reloj no marca el ritmo para él y ante los Memphis Grizzlies lo volvió a demostrar con un nuevo recital con el que poner en duda cualquier aspecto de la física, la química o la biología. La ciencia ha dejado de tener explicación para lo que hace 'King' James.

Y lo que hace es sentar cátedra cada vez que salta a la cancha, donde mantiene la misma capacidad para ser decisivo que cuando debutó en la NBA hace 20 años. El alero ha llevado a los Lakers a los playoffs cuando nadie les había invitado a la fiesta y él está siendo el encargado de poner al segundo mejor equipo de la Conferencia Oeste durante la temporada regular contra las cuerdas.

En el cuarto partido de la serie, con el público a favor y con todas las miradas puestas en su duelo con Dillon Brooks, LeBron aceptó el reto que una vez más le planteaba la historia. Y una vez más volvió a salir airoso, aumentando su leyenda y avanzando en esa competencia contra sí mismo y contra Michael Jordan por ser el mejor jugador de la historia de la NBA. Una carrera que, al ritmo que va, se decidirá por 'foto finish'.

LeBron terminó el choque con 22 puntos (8 de 18 en tiros de campo, aunque firmó un pobre 1 de 7 desde el triple), 20 rebotes (máximo de su carrera) y siete asistencias. Una línea estadística a la que añadió dos tapones para convertirse en el jugador más veterano (38 años y 115 días) en firmar un doble-doble así en la historia de la NBA, superando el registro de Wilt Chamberlain que lo consiguió con 26 años y 226 días. Además fue el primer 'laker' en superar las 20 capturas en playoffs desde Shaquille O'Neal en 2004, justo un año después de que 'King' James debutara en la NBA.

No contento con sus cifras, LeBron además se guardó un último truco en su chistera en el cuarto partido de la serie ante los Grizzlies. El alero de Akron fue el gran protagonista del choque, pero dejó lo mejor para el final. A falta de 0,8 segundos para el final llevó el choque a la prórroga con una entrada a canasta que puede valer un billete a las semifinales de conferencia para unos Lakers que hace menos de un mes parecían desahuciados.

"Simplemente se hizo cargo de todo en la recta final y consiguió una canasta para llegar a la prórroga", sentenció un Anthony Davis que parece haber normalizado la grandeza de LeBron. Son tres años a su lado y lo extraordinario ya no lo es tanto para él. Sí lo es para su entrenador, que sólo lleva unos meses a su lado: "No es otra cosa que increíble".