LeBron James supera a Magic Johnson como sexto máximo asistente de la historia de la NBA

En su vigésima temporada, LeBron James sigue haciendo historia. Más que nunca, de hecho. Mientras sigue su camino hacia la cima de los máximos anotadores de la NBA, todavía a 936 puntos de Kareem Abdul-Jabbar, LeBron James superaba esta pasada madrugada a Magic Johnson en la lista de máximos asistentes de la historia de la NBA. James necesitaba ocho para empatar a Magic y nueve para superarle, pero en uno de sus mejores partidos esta temporada, llegó a las dobles figuras.

Tras las 11 asistencias que repartió ayer en la victoria de los Lakers en Milwaukee, el mejor triunfo de la franquicia angelina en las dos últimas temporadas, el nativo de Akron ya solo tiene por delante a cinco leyendas. La lista la lidera John Stockton con casi 16.000, una cifra a la que parece que nadie va a acercarse jamás. Detrás llegan los que son humanamente posibles de batir. Jason Kidd suma 12091, que son 1020 más que Chris Paul (necesitaría una temporada y media para superarle). Cuarto se encuentra el canadiense Steve Nash y quinto Mark Jackson, con 10335 y 10334 respectivamente. 

LeBron necesita 194 para superar a ambos, algo que si la salud le respeta debería poder conseguir en el último cuarto de la temporada. Paul y Kidd son más complicados. Aquí lo que más relevancia tiene es la longevidad de un James que ha visto como esta temporada debutaban en la NBA jugadores nacidos el mismo año que él era drafteado en la NBA. Mucho mérito tiene llegar al top-6 (y estar a las puertas del top-4) si tenemos en cuenta que, en asistencias por partido, LeBron es el vigésimo sexto mejor jugador, detrás de nombres como John Wall, su compañero Russell Westbrook o Ricky Rubio. 

El encuentro también sirvió para que James se convirtiera en el décimo tercer jugador con más partidos en la historia de la NBA, pero se recordará como la noche en la que James superó al que muchos consideran el mejor base de la historia de la NBA. Y el hecho de haber repartido más pases de canasta que Magic abre, otra vez más, el debate sobre si LeBron es o no el mejor jugador de la historia de la NBA. Lo que ha demostrado es, desde hace tiempo, ser el más completo que hemos visto en una pista de baloncesto. 

James puede acabar su temporada siendo primero en puntos, cuarto en asistencias, segundo de la liga en minutos disputados y top-10 en partidos, por ejemplo. Ya es décimo en triples, ha perdido una posición ante Damian Lillard aunque debería poder adelantar a Jamal Crawford, y necesita diez robos para igualar a Hakeem Olajuwon como el décimo mejor ladrón de la historia de la NBA. Segundo jugador con más tiros anotados, cuarto en tiros libres y, por qué no recordarlo, líder en pérdidas. Todo suma en la historia. Pero lo que realmente ensalza su carrera es la capacidad para replicarlo a la hora de luchar por el anillo. 

En playoffs, los números de LeBron son todavía más aniquiladores. Es primero en puntos, partidos, robos y minutos. También es líder en tiros anotados, segundo en asistencias, tercero en triples, sexto en rebotes (y segundo en rebotes defensivos), undécimo en tapones y el segundo jugador con más triples dobles. En todas ellas espera, si los Lakers siguen mejorando esta temporada, seguir creciendo la lista y subir escalones. 

Al final, LeBron ya solo compite contra la historia. Su nivel es tan alto y tan prolongado que James está en una carrera en la que nadie más participa. Acaba de extender su contrato hasta el final de la temporada 2025, este año y dos más, quiere jugar y compartir vestuario con su hijo y cuando se retire, si es que lo hace, hablaremos de él como uno de los mejores jugadores de la historia, si no el mejor. O como mínimo el más completo.