El peor arranque de LeBron James en sus 20 temporadas en la NBA
Nunca había empezado la temporada con ocho derrotas en los primeros once partidos. Los Lakers suman nueve y LeBron será baja en los próximos encuentros.

LeBron James entraba en su vigésima temporada NBA con dos objetivos en mente. El primero y más asequible: superar a Kareem Abdur-Jabbar como máximo anotador de la NBA. El segundo, algo más optimista: conseguir un quinto anillo. Con cinco, igualaría a figuras de la talla de Kobe Bryant, Tim Duncan o Magic Johnson. Habiendo jugado once partidos de la temporada, el título parece utópico.
Los Lakers han ganado solo dos de los primeros once encuentros. Y los nueve restante han sido derrotas dolorosas. Dos veces ante el rival de la ciudad, los Clippers, otras dos ante los mejores equipos del Oeste como son los Jazz y Portland, aunque también han caído ante unos Warriors, que tampoco han arrancado bien la temporada. Solo dos triunfos ante Denver y New Orleans, en partidos consecutivos, dan vida a la columna de victorias donde están empatados con Houston por la peor marca de toda la NBA. Y es, sin ningún tipo de duda, el peor arranque de un equipo de LeBron James con mucha diferencia.
Demasiadas derrotas
En las 20 temporadas que ha jugado, contando la actual, LeBron ha empezado la temporada con récord positivo en un 70% de los casos, y en más de la mitad el récord había sido 8-3 o superior. Cada uno de los años que acabaron con un anillo para James, en Miami, Cleveland o Los Ángeles, el equipo había empezado con al menos ocho triunfos en los primeros once partidos.
La única vez que James y sus compañeros no sumaron al menos cinco triunfos, una cifra muy cerca del 50% de victorias, fue en su temporada rookie, en 2003/04. Como este año, LeBron empezó con cinco derrotas consecutivas, sumó dos triunfos y volvió a perder. La diferencia fue que supo conseguir alguna victoria extra antes de una racha de ocho derrotas seguidas.
En su carrera, James se ha quedado sin jugar playoffs en cuatro ocasiones: sus dos primeras temporadas; 2019 en su llegada a Los Ángeles todavía sin Anthony Davis; y el curso pasado. En todas ellas, el récord fue muy superior al visto hasta la fecha, con la mejor marca siendo el 7-4 de 2005 o el 6-5 conseguido en los primeros once partidos de la temporada pasada. En ambas, el físico y las lesiones de LeBron fueron las principales causas por las que el equipo no llegó a la postemporada. Este año, simple y llanamente, el equipo no tiene el nivel.
LeBron tiene parte de la culpa
Pero no todo puede recaer sobre el equipo. LeBron no llega a 25 puntos por partido, su peor marca desde su temporada rookie y solo había tirado peor a canasta como novato. Un 45,7% de tiros de campo es la 88 mejor marca (de 137 jugadores) y el 23,9% en triples es todavía peor: penúltimo solo por delante de Lu Dort. Hasta en tiros libres sus números han bajado a un 66,7%, otra vez la segunda peor cifra de su carrera.
Sus números en asistencias (6,9) han bajado respecto a sus buenas temporadas, y se parecen en exceso a los del año pasado, cuando vimos al James más anotador y menos generador. Pero no solo es en ataque el problema, también sus robos (1,1) son la cifra más baja de su carrera y tanto en tapones (0,7) como en faltas personales (2,0), tiene peores números que el promedio de su carrera.
No es el declive de King James porque puede que nunca llegue ese momento. Hablamos de uno de los dos mejores jugadores de la historia de la NBA y la mejor mezcla de físico e inteligencia que se haya podido ver en una pista de baloncesto. Pero el entorno, el de un equipo demasiado perdedor, está afectando a la estrella de los Lakers. La cantidad de veces que ha tenido que forzar un tiro, especialmente desde la distancia, por la ausencia de ideas del equipo, es demasiado alta.
Pero ahora los Lakers han anunciado la lesión en la ingle del Rey. El alero, con una distensión en el abductor de la pierna izquierda, será duda para los próximos dos partidos. La fortuna del calendario permitirá que, descansando ante Kings y Nets, viernes y domingo, pueda tener hasta ocho días libres. Un tiempo que le iría muy bien a LeBron y los Lakers para analizar los motivos detrás de este inicio histórico, para mal.