Luka Doncic completa el primer paso de su venganza con un triple-doble y una muestra de por qué le comparan con Magic Johnson

No era un partido más. Ni en la agenda de los aficionados ni en la de Luka Doncic, que tenía marcado en rojo este 26 de febrero. Era el día D y la hora H. El momento en el que se vería las caras por primera vez con sus antiguos compañeros de los Dallas Mavericks y, sobre todo, con su primer gran enemigo: Nico Harrison, el mánager general del equipo texano que decidió traspasarle por sorpresa a Los Angeles Lakers.

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El ex del Real Madrid tenía los ojos inyectados en sangre y las ganas de demostrar a los Mavs que se habían equivocado como leitmotiv ("Han despertado a la bestia", aseguraba ESPN que era la frase en el vestuario de los Lakers) para llevar al equipo angelino a la victoria 107-99 ante el equipo dirigido por Jason Kidd en el banquillo y por Kyrie Irving en la cancha por parte de un conjunto que sigue sin poder contar con Anthony Davis, el hombre que llegó a Dallas a cambio de Doncic.

Luka comenzó el choque con un guiño a Harrison en forma de flexiones en el calentamiento. Una pequeña broma y un aviso de lo que estaba por venir. El esloveno, que venía de firmar su primer gran partido con los Lakers ante los Nuggets, ha aprovechado el primer duelo ante sus ex para firmar su primer triple-doble con la camiseta del equipo angelino.

El balcánico, que se llevó los aplausos de las estrellas de Hollywood presentes en el Crypto.com Arena, terminó con 19 puntos (6 de 17 en tiros de campo), 15 rebotes y 12 asistencias. Una suerte en la que Doncic brilló especialmente con un pase imposible de espaldas en plena penetración que terminó en manos de Austin Reaves, demostrando ante la parroquia de los Lakers que las comparaciones con Magic no son tan exageradas.

Eso sí, el esloveno, que aprovechaba cada canasta para lanzar miradas al banquillo de los Mavs, también tuvo lunares en su hoja estadística. Especialmente en el lanzamiento exterior. Doncic no ajustó bien el punto de mira en el partido y terminó con un pobre uno de siete desde más allá del arco, además de acumular dos pérdidas de balón en un duelo en el que disputó 35 minutos.

Los Lakers contaron con el partido más completo de Doncic hasta la fecha y con su versión más pasadora, algo que de lo que se beneficiaron especialmente por un mayúsculo LeBron James y Austin Reaves, que terminaron con 27 y 20 puntos respectivamente, como los máximos anotadores del equipo de JJ Redick.

La versión más completa de Doncic y sus ganas de venganza fueron suficiente para doblegar a unos Mavs que aterrizaron en Los Ángeles extramotivados por encontrarse con el que hasta hace un mes había sido su jugador franquicia. Especialmente un Kyrie Irving que ha recogido el cetro del vestuario de Dallas y terminó con 35 puntos y ocho rebotes, bien escoltado por Klay Thompson con 22 tantos y cinco de ocho desde el triple. Sin embargo, sus argumentos no fueron suficientes para contrarrestar la motivación de un Doncic que ya es el séptimo jugador con más triples-dobles en la historia de la NBA.