Luka Doncic se relame con LeBron James: recital del Rey en el estreno del ex del Madrid con los Lakers

De momento, y mientras nadie diga lo contrario, los Lakers siguen siendo el equipo de LeBron James. A pesar de que era la noche de Luka Doncic en su estreno con la camiseta del equipo angelino -la misma que la franquicia regalaron a los 24.000 aficionados que poblaron las gradas del Crypto.com Arena- 'King' James quiso dejar claro que mientras él esté en activo (y le queda mucho) esta es su casa, pero no tiene problema para abrirle sus puertas de par en par a un talento como el del esloveno.

* ASÍ ESTÁN LAS CLASIFICACIONES DE LA NBA

Todo estaba preparado para que Los Ángeles se convirtiera en una fiesta y ni siquiera los Jazz estaban por la labor de aguarla. Más que eso, los de Salt Lake City fueron un convidado de piedra en la puesta de largo del esloveno. Un partido para la historia de unos Lakers que recibieron al ex del Real Madrid con sus 17 títulos, sus 13 dorsales retirados y con una victoria fácil (132-113) ante uno de los peores equipos de la NBA.

JJ Redick sabe que la gente y los famosos pagan su entrada -193 dólares la más barata, un 500% más cara de lo que estaban antes del traspaso de Doncic- para ver a las estrellas. Y el técnico de los Lakers no falló a su público y puso de inicio a la nueva dupla que está llamada a intentar pelear por el anillo desde ya… si es que fichan a algún pívot. Y con LeBron y Doncic en pista, los angelinos no tardaron en despegar ante una de las peores defensas de toda la liga.

Doncic tardó en carburar. Anotó su primera canasta cuando casi se llevaban cuatro minutos de partido -step back marca de la casa- mientras trabajaba su química con LeBron al que buscaba en todas las jugadas. La maquinaria de los Lakers empezaba a funcionar y con Hachimura y Vincent como estrellas inesperadas, los angelinos empezaron a abrir hueco en un primer cuarto en el que el esloveno apenas sumó cinco minutos en cancha. Tiempo habrá para verle más.

Con Doncic en el banquillo fue el turno de LeBron James y de Austin Reaves, las otras estrellas de los Lakers. Los angelinos tienen un trío de manejadores que necesitan mucho balón, pero que en el tiempo que coincidieron en cancha demostraron que no se van a estorbar. Al menos no contra una defensa tan blanda y que no aprieta tanto como la de unos Jazz que entregaron la cuchara ya al final del segundo cuarto con un déficit de 25 puntos, 72-47, en un partido al que sólo le quedaba por ver los números de las estrellas al final del mismo.

Y ahí volvió a aparecer el nombre de un LeBron James -terminó con molestias en la zona abdominal- que coqueteó con el triple-doble al terminar con 24 puntos (10 de 17 en tiros de campo), ocho rebotes y siete asistencias en un duelo en el que Doncic aprovechó para coger sensaciones en sus primeros minutos con unos Lakers que se dieron un auténtico festín ante unos débiles Jazz.

El esloveno, que venía de una lesión en el gemelo producida el pasado mes de diciembre, disputó 24 minutos -no jugó nada en el último cuarto- y terminó su primer partido con los Lakers con 14 puntos (tres de tres en tiros de dos y un pobre uno de siete desde el triple), cinco rebotes y cuatro asistencias. Para qué más si su equipo no lo necesitaba.

Quien sí habría necesitado algo más fueron unos Jazz que se vieron implicados en el traspaso y que estuvieron en los rumores de traspaso de Walker Kessler cuando Anthony Davis, todavía en los Lakers, pidió un pívot. En el equipo de Salt Lake City el mejor anotador fue Lauri Markkanen (17 puntos), mientras que Kessler (13+12) y John Collins (14+10) fueron los más completos.