Un "madridista" vestido de los Mavs: Luka Doncic regresa a "su casa"
El base de los Dallas Mavericks asegura que el partido ante el Real Madrid es "el más especial", como lo es él para Rudy Fernández y Sergio Llull.

El tiempo pasa tan rápido que a veces se olvida que ya hace cinco años que ese jovencito base del Real Madrid, ese que se sonrojaba las pocas veces que hablaba ante la prensa, saltó el charco y puso rumbo a la NBA para convertirse en lo que es. "Está considerado como el mejor del planeta y para nosotros lo es", reconocía Rudy Fernández. Y lo cierto es que un lustro después, con "más barba y cinco años más de baloncesto en NBA", se puede decir que Luka Doncic sigue siendo el mismo. Eso sí, ahora con el permiso para "poder hablar con periodistas. Ahí Gica [como se conoce a Jorge Pérez, jefe de prensa del Real Madrid de baloncesto] ya me deja... Aunque no mucho", reconocía entre risas el ahora base de los Dallas Mavericks en una sala de prensa que le trae "muchos y buenos" recuerdos.
Luka Doncic ha vuelto a Madrid. Al WiZink. Al pabellón que le vio crecer y colar su nombre entre los grandes cuando aún no tenía ni siquiera edad para votar o conducir. Y lo hace para enfrentarse con su actual equipo al que, valga la redundancia, siempre será su equipo (20:45 horas). Porque como reconocían los dos capitanes blancos, Sergio Llull y Rudy Fernández, "Luka Doncic es y seguirá siendo madridista". Y por si alguien tiene dudas, él lo confirma con palabras ("si algún día vuelvo a Europa, seguro volveré al Madrid. Eso es 100%") y con hechos. Como esas carreras que se pega en cada All Star de la sala de prensa al vestuario para coger el móvil y enterarse de lo que ha pasado durante la Copa del Rey. O, mejor dicho, de lo que ha hecho el Real Madrid durante la Copa.
"Nos escribimos mucho durante el año", reconocía Llull. Mientras que Rudy aseguraba que "Luka es madridista. Él apoya cada partido. Es un madridista más esté donde este. Nosotros estamos muy felices por él". Por eso, tampoco resulta raro que sea a ellos dos a los que Doncic escoja para llevarse a la NBA. "Me llevaría a muchos, a Rudy, Llull, bueno, a muchos, casi todos. A algún entrenador también, a algún fisio...", decía el base esloveno que, como antaño, también se sonrojaba ante los micrófonos mientras reconocía que, eso sí, lo que no le va a faltar en la maleta será "el jamón". Porque por mucho que pase el tiempo, hay cosas que no cambian. Y según él, "tampoco creo que haya cambiado mucho", decía.
"A Dallas me llevaría... a Rudy y a Llull"
Y lo cierto es que para sus excompañeros, Luka sigue siendo el mismo de siempre. Ese que "hacía cosas especiales en los entrenamientos. El que en sus primeros puntos con el equipo ante Unicaja, la metió, sonrío y se fue a defender como diciendo: la voy a meter y sigo porque es lo que hago", como indicaba Llull. O ese que en los entrenamientos trataba de llevar a Rudy al poste porque... "Ahí no puedo defenderle y lleva razón", como decía Rudy.
Por eso, la mañana de este martes en el WiZink Center era especial. Ya no sólo por la cantidad de prensa, llegada desde todas partes del mundo, sino por lo que transmitían incluso los jugadores. Por no hablar de la afición. Que tampoco dudó en agolparse a las puertas del Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid con el objetivo de reencontrarse con su ídolo y, cómo no, llevarse alguna foto o firma de recuerdo. Porque Luka Doncic sólo hay uno. Y eso es algo que está claro. "Cometeríamos un error si queremos encontrar otro Doncic en la cantera. Cada jugador debe tener su camino. No se puede comparar con Luka porque eso pasa una vez cada un millón. La cantera es buena y los resultados lo demuestran", decía Llull.
Porque lo cierto es que el crecimiento de la cantera, ya no sólo del Real Madrid, sino europea en general cada vez es mayor. Y la línea que separa el talento continental del estadounidense ya es prácticamente invisible. "Es evidente que el baloncesto internacional cada vez es más grande. Ahora hay dos MVP extranjeros en la NBA y hay más gente que está llegando. No solo yo, otra gente que también lo entiende así y está encantada de que esto suceda. Pero sigue habiendo jugadores de EE.UU. maravillosos y entre los mejores", admitía Doncic. Y es que él es el gran ejemplo de todo ello.
"Llevo meses esperando este partido. Va a ser muy especial"
Por eso, para el base de los Mavs este partido es especial. Porque es volver con sus compañeros. Volver a ver a su gente. A quienes se lo enseñaron todo. Por eso, los abrazos entre bambalinas del esloveno con la gente del club blanco (como el que se dio con el director deportivo del Madrid, Alberto Herreros) acaparaban todas las miradas de los periodistas que rondaban los pasillos del WiZink. "Llevo meses esperando este partido, va a ser muy especial. Como ya he dicho, va a ser uno de los más especiales, si no el que más", admitía Doncic, para acabar confesando que su "recibimiento va a ser muy emocionante". "Tengo ganas de verlo", decía. Y visto lo visto, no será para menos.
Vuelve ese chaval que con apenas 18 años ya era líder de uno de los grandes de Europa. El que con sólo 24 años ya sabe lo que es hacer historia. Y al que, como decían Llull y Rudy, "le queda el tiempo que quiera en la NBA". Pero si un día, anillo en el dedo porque "su objetivo sabemos que es ganar la NBA", decide volver, "las puertas del Real Madrid siempre las tendrá abiertas".