WNBA

El mate de la redención: Brittney Griner vuelve a volar tras su paso por un campo de prisioneros en Rusia

La pívot de las Phoenix Mercury es la jugadora que más mates ha hecho en la historia de la WNBA.

Brittney Griner en un calentamiento con las Phoenix Mercury./AFP
Brittney Griner en un calentamiento con las Phoenix Mercury. AFP
Guillermo García

Guillermo García

Brittney Griner está lejos de olvidar lo que vivió durante 2022, cuando tuvo que pasar más de ocho meses entre una cárcel de Moscú y un campo de prisioneros en Siberia. Allí, en el mes de diciembre, recibió una noticia que le cambió por completo la vida. El Gobierno de Estados Unidos había accedido al intercambio entre Viktor But y la jugadora estadounidense, que había sido detenida en el aeropuerto de Moscú en el mes de febrero tras encontrar aceite de cannabis en su equipaje.

Fueron meses eternos para la pívot tejana, dominante en la cancha y que se empequeñecía en la celda en la que pasó más tiempo del esperado. Meses que cambiaron la vida de Griner que ahora vuelve a sonreír, a disfrutar del baloncesto e incluso a machacar, como demostró en el último partido de las Phoenix Mercury, equipo que tiene sus derechos en la WNBA y con el que ya ganó el anillo en 2014.

La mejor anotadora de la competición en 2017 y 2018 ha tardado en carburar tras más de ocho meses entre prisiones y procesos judiciales, pero empieza a recordar a la jugadora dominante que un día fue. De hecho, Griner ha vuelto a hacer las cosas que un día le llevaron incluso a las puertas de la NBA. Y el mejor ejemplo es el mate que realizó en su partido ante Los Angeles Sparks.

Un mate redentor que puso fin a su pesadilla y que la confirma como la jugadora que más veces ha machacado en la historia de la WNBA con 25 mates en su cuenta particular. Fue una forma de liberación y de reivindicación. Esta acción demostraba que la mejor Griner está de vuelta y que sigue teniendo un hueco en la élite de la liga como demuestra su novena elección para el All Star que se celebrará la próxima semana.

Esa canasta no fueron sólo dos puntos para Griner. Supone el final de su calvario. Al menos en la cancha. Fuera sigue peleando contra sus recuerdos. Pero esos mismos alimentan sus ganas de ayudar a otros presos estadounidenses encarcelados en Rusia y también le sirven para intentar, desde su altavoz, mejorar las condiciones de las jugadoras de la WNBA, todavía muy alejadas de la de sus homólogos en la NBA.

La otra batalla de Griner

Griner es la cara visible de la lucha de las jugadoras por conseguir viajar en vuelos charter y dejar los vuelos comerciales. Y más después de que la pívot tuviera problemas en uno de los vuelos comerciales de esta temporada por culpa de sus antecedentes. Eso permitió a Griner volar en charter y abrir esa posibilidad al resto de equipos, que ya habían visto cómo el nuevo convenio les permitía a las jugadoras viajar de forma más cómoda cuando tienen partidos en noches consecutivas y en los playoffs.

Son las pequeñas batallas que Griner ha ido ganando desde que terminó su paso por prisión. Ahora eso forma parte de un recuerdo que nunca terminará de olvidar.