NBA

El milagroso caso del jugador que lleva 556 partidos seguidos en la NBA... y uno más de lo 'permitido': "Obviamente, también estoy bendecido"

Mikal Bridges sigue sin perderse un solo encuentro siete años después, un jugador único en el deporte profesional.

Mikal Bridges, jugador de los Knicks./AFP
Mikal Bridges, jugador de los Knicks. AFP
Jonás Pérez

Jonás Pérez

La NBA se las prometía felices con una jornada final segmentada en dos horarios con la que prometían emoción, igualdad y a los espectadores en casa pegados múltiples pantallas. Les salió rana porque apenas había asuntos en juego y, sobre todo, porque la imagen más viral de la noche estuvo lejos de tener la más mínima relación con el espectáculo. Al menos, con el espectáculo que pretendían. En el derbi de Nueva York entre los Knicks y los Nets, Thibodeau decidió dar descanso a sus jugadores más habituales... a excepción de uno: Mikal Bridges. El alero fue contra todo pronóstico titular, pero solo duró seis segundos en la cancha. La explicación de la anécdota se da en un caso milagroso y 556 partidos a sus espaldas. Una especie en peligro de extinción.

Mikal Bridges es un jugador destacado en la liga, con un suculento contrato y una expectativa futura de ser All Star o clave en un equipo campeón. Lleva ya siete temporadas en la NBA... ¡y no se ha perdido ni un solo partido! Increíble, pero cierto. Por ello, pese a que necesitaba descansar para llegar en la mejor forma posible al playoff, no podía permitirse romper con un registro único por un simple día libre. Por ello, los Knicks decidieron que jugase y que sumase un día más a su estadística. Acogiéndose a la literalidad más absoluta, el alero jugó, aunque a su manera. Tras el salto inicial, se lanzó a por un rival y cometió una falta personal. De inmediato, se fue al banquillo y no volvió a saltar al parqué. No lo necesitaba. El partido ya estaba en su brillante currículum y ni su equipo requería de sus servicios ni tenía sentido alguno correr riesgo de desgaste o de lesión.

Aunque realmente la genética parece haberse aliado con Mikal Bridges, porque no ha tenido una sola lesión en toda su carrera. "Realmente es un caso extraño. Trato a cientos de personas al año que conviven muy bien con el dolor y hacen todo lo posible por competir todos los fines de semana, pero siempre hablamos de categorías muchísimo más bajas. Nunca profesionales. Además esto es la NBA, que creo que son más de ochenta partidos y están jugando casi todos los días", cuenta Alberto, un fisioterapeuta consultado por este medio.

Efectivamente, en la mejor liga de baloncesto no solo se juega continuamente, sino que las franquicias asumen dos partidos en días consecutivos, lo que se conoce como 'back to back': "A ese nivel de élite, con la gestión de cargas que manejan, es prácticamente imposible que un jugador esté siete años seguidos sin lesionarse. No digo una lesión grave, digo unas molestias o una sobrecarga que te impidan algún día participar. Es que me sorprende que nunca hayan querido que descanse".

Desvelamos entonces que no solo es que Bridges descanse o deje de descansar, es que encima ha sido siempre un jugador clave, que ha disputado muchísimos minutos y que ahora está en una franquicia cuyo entrenador vive de explotar el talento de ocho o nueve jugadores, de sobrecargar de esfuerzos a sus pupilos fundamentales. "Con más razón todavía. Es algo que no me explico, pero imagino que allí también tienen a fisioterapeutas y médicos que están todo el día encima de los jugadores. Pero es un caso rarísimo. En fútbol puede tener más sentido porque juegan cada más días. O en tenis porque hay semanas de descanso. Pero esto...", cierra Alberto.

“Tiene una mentalidad de la vieja escuela”

El jugador de los Knicks viene de firmar un año fabuloso, por lo que su eterna racha de partidos no es ni mucho menos lo que más da que hablar. Esta temporada, ha promediado 17.6 puntos, 3.2 rebotes y 3.7 asistencias en 37 minutos de juego. Más allá de porcentajes o estadísticas, es un peso pesado del tercer mejor equipo de la Conferencia Este, que, en cierta medida, es aspirante al anillo. Mientras en Estados Unidos ya están habituados a que juegue día sí y día también, sí que es un caso más paradójico en España.

Por ello, Mundo Deportivo tuvo la oportunidad de acudir a un partido de la presente temporada y le preguntó directamente cómo era posible mantener tal registro: "Sé que soy un caso atípico. Intento aguantar tanto como puedo. La última vez que me perdí un partido fue en High School. El entrenador me dijo de dejarme fuera. Era como un partido de consolación y estaba malo, pero iba a jugar. El entrenador al final me dejó fuera".

"Te pagan por ello. Esto no es para todo el mundo y yo solo intento aprovecharlo"

Mikal Bridges jugador de los Knicks

Fruto de la casualidad, aquel día precisamente Mikal Bridges era duda por una molestia en el tobillo izquierdo. De hecho, jugó con un vendaje. Quizás ni él mismo encuentra explicación a su tesón: "Creo que quizás es bonito cuando oyes a los chicos hablando sobre ello. Pero no sé, creo que es solo donde estoy. En college intenté jugar cada partido y también en la liga. Te pagan por ello. Esto no es para todo el mundo y yo solo intento aprovecharlo".

Pero no se puede pasar por alto que más allá de actitud y compromiso, el físico de Mikal Bridges esconde algo mágico. Él mismo lo reconoce: "El secreto es cuidar de mi cuerpo. Obviamente, también estoy bendecido. Pero cuido mi cuerpo tanto como puedo y hago lo que sea para limitar lesiones". Mundo Deportivo también tuvo la oportunidad de charlar con su entrenador Tom Thibodeau, que añadió: "Cuando le ves trabajar cada día no te sorprende. Creo que construye su cuerpo para aguantar las cosas que quiere hacer. Tiene una mentalidad de la vieja escuela, es un trabajador fenomenal y tiene una gran durabilidad".

El milagro de haber jugado un partido más de lo 'permitido'

Una de las grandes curiosidades de esta racha sin igual es que Mikal Bridges debería haber jugado 555 partidos y no los 556 que acumula. Es decir, lleva uno más de lo permitido, un escenario todavía más paranormal. Hablamos de temporada regular, porque, lógicamente, el playoff está condicionado por resultados favorables y adversos. La primera fase de la NBA cuenta con un total de 82 partidos, aunque hubo dos temporadas en las que no pudo disputarlos por factores externos: en la 2019-20 hubo una reducción por la llegada del coronavirus y en la 2020-21 se acordó una bajada de exigencia para evitar problemas con los brotes de la enfermedad o encuentros que tuvieran que ser aplazados. Es tan extraordinario el caso de Bridges que nunca dio positivo durante una fase de encuentros, lo que le hubiera obligado a aislarse y quedar fuera de la dinámica del equipo. Algo que era tan difícil de controlar y vivieron tantísimos jugadores en la liga...

"Tiene una mentalidad de la vieja escuela, es un trabajador fenomenal y tiene una gran durabilidad"

Tom Thibodeau entrenador de los Knicks

El caso es que Mikal Bridges siempre ha jugado 82 partidos, excepto en tres ocasiones. Las dos ya mencionadas por la pandemia y la temporada 2022-23... en la que jugó 83. ¿Cómo es esto posible? El calendario de la NBA no es lineal y a lo largo del año cada franquicia lleva un número diferente de encuentros. Tanto es así que incluso se llegan a ver contrastes de hasta cinco o más partidos en la tabla clasificatoria. Pues bien, Mikal Bridges fue traspasado en mitad de la 22-23 de Phoenix Suns a Brooklyn Nets. Y llegó justo a tiempo al distrito neoyorquino para enfundarse la camiseta, jugar y llevar un compás diferente al del resto de jugadores de la liga. Efectivamente, el desigual ritmo de Phoenix y Brooklyn le hizo sumar un total de 83 encuentros en una sola campaña, algo que habían conseguido muy pocos a lo largo de la historia. Un ejemplo fue Josh Smith en la 14-15. Por cierto, esa temporada y la anterior, el alero fue el jugador de la liga con más minutos disputados. Un historial que, desde luego, le convierte en un jugador único: "Obviamente, también estoy bendecido".