G LEAGUE

Ramón Díaz: "El tiempo me dirá si estoy preparado para entrenar en la NBA"

El técnico español dirige a los Capitanes de México, una de las franquicias de la G League.

Ramón Díaz, durante un partido de los Capitanes de México esta temporada. /GETTY
Ramón Díaz, durante un partido de los Capitanes de México esta temporada. GETTY
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

Desde 2019, México se convirtió en una parte más de la NBA. Ese diciembre, Adam Silver, comisionado de la liga, anunciaba que Capitanes de Ciudad de México pasaba a formar parte de la G League, la liga afiliada a la NBA. Y con Capitanes llegaba Ramón Díaz Sánchez (Granada, 1982), entrenador español. Nacido en Granada, Ramón emigró a México hace ya una década casi y ha hecho del país latinoamericano su nuevo hogar. Ahora, como entrenador en jefe de un equipo G League, el sueño de la NBA está muy cerca. Relevo habla con él durante la primera temporada completa de la franquicia en la competición.

De su pasado en México y objetivos de futuro, el nivel del baloncesto en Latinoamérica o el plan que tiene Capitanes, Ramón responde a todas las preguntas. El técnico descubre la identidad de la franquicia, objetivos dentro y fuera de la pista, y, por qué no, soñar con la opción de llevar baloncesto NBA a México. Y solo tiene buenas palabras para el país, para la organización y para la NBA. Sueña en grande pero con los pies en la tierra, porque sabe que es una opción real pero todavía distante. Y si algún día llega la oportunidad de sentarse en un banquillo NBA, bienvenida sea. Por ahora, el equipo llega con un récord de 12-6 hasta el break previo al Winter Showcase de Las Vegas.

¿Cómo te sientes en México?

Me siento muy bien, la verdad. Es mi segunda casa, mi segundo país. Muchas veces digo que tengo el corazón dividido entre México y España, pero en parte es una realidad. México me ha dado la oportunidad laboral que por suerte o por desgracia no tuve en mi país, y estoy muy agradecido por ello, tanto a nivel laboral como familiar. Hago vida familiar en México desde hace diez años. Mis hijos, que son nacidos en España, se están criando en México y la verdad es que le debo mucho y estoy muy contento de estar aquí.

¿El objetivo es a largo plazo quedarse en México?

Ahora mismo yo solo pienso en seguir en Capitanes. Capitanes apostó por mí hace seis años ya, y desde el primer día me han dado la posibilidad de trabajar, de hacer el proyecto un poco a mi manera, de confiar en lo que estoy haciendo. La verdad es que les estoy muy agradecido, especialmente al dueño, Moisés Cosió, y a su equipo de trabajo. Y mi objetivo a corto plazo, por supuesto, es continuar trabajando con ellos. Y es más, para mí sería un sueño hecho realidad poder ayudar a Capitanes a llegar a la NBA, que es el sueño que tiene el dueño del equipo.

Ahora mismo estás a las puertas de la NBA. ¿El sueño de ser el primer entrenador español en la historia de la liga está ahí?

No, lo veo todavía muy a largo plazo. Hay una persona que me enseñó mucho dentro de este mundo, que le debo mucho de lo que soy como entrenador, que me dijo que hay que pensar en el presente, porque si empiezas a pensar en el futuro no disfrutas lo que estás viviendo en el momento y en la vida. Como en el deporte, todo es un proceso y hay que disfrutarlo. Y segundo, si piensas mucho en lo que va a pasar en los siguientes días o en los siguientes años al final terminas equivocándote. Así que yo quiero vivir mi presente, que lo estoy disfrutando muchísimo. Estoy muy contento de poder estar entrenando en la G League. Sí que es verdad, y no te voy a engañar, que la NBA está más cerca porque se ve, pero tengo que tener los pies en el suelo. Ser paciente, disfrutar de lo que estoy viviendo y poco a poco, el tiempo me dirá si estoy preparado para dar el siguiente paso o no.

Por la NBA han pasado ya Sergio Scariolo, seleccionador español y asistente de los Raptors, quien fue el primer entrenador cuando Nick Nurse estuvo de baja por COVID, o Jordi Fernández, asistente de Sacramento, quien también ejerció de entrenador en jefe con la expulsión de Mike Brown. Fue Jordi el primer entrenador español de un equipo G League, en Cleveland, aunque ahora mismo Ramón ha igualado el hito. Si México consigue su franquicia en la NBA, no sería una sorpresa que Díaz sea el entrenador elegido para liderar el proyecto.

Llegas a Capitanes en 2017. Cuando renuevas a final de 2018 todavía queda un año para que Adam Silver anuncie oficialmente al mundo que Capitanes iba a formar parte de la G League en el futuro. ¿Sabías que estaba en proceso la absorción de la G League por el equipo?

Bueno, no tenía el conocimiento de que realmente fuéramos a ser equipo de G League, pero sí que sabía que había conversaciones. El dueño del equipo, desde el primer día que lo conocí, me dijo que tenía un sueño y era intentar que México pudiera jugar en el baloncesto estadounidense, y que iba a pelear todos los días para conseguirlo. Y bueno, yo sé que una vez que empezamos a trabajar en la LNBPM, él seguía teniendo conversaciones con NBA México. Se fue acercando poco a poco a NBA con el objetivo claro de que él quería conseguir una franquicia en G League, que en ese momento era lo único que podíamos aspirar. Pero ya te digo, a día de hoy él sigue empujando porque cree que México puede tener una franquicia NBA y yo pienso que él no va a parar hasta conseguir su sueño.

Hablando del baloncesto mexicano, en su momento dijiste se estaba europeizando. ¿Sientes que ahora, sobre todo a consecuencia de Capitanes, puede que esté más americanizado?

Yo creo que hay una buena mezcla. Es verdad que cada vez hay más entrenadores internacionales o mucho entrenadores europeos en Latinoamérica, y esto está ayudando un poco a que haya mejores planificaciones de trabajo, y al final como consecuencia, un desarrollo mejor de los jugadores en Latinoamérica. Pero es verdad que la NBA y el baloncesto estadounidense tiene una gran repercusión, desde los espectadores o la manera de jugar hasta lo que quieren ser los niños de mayores. Que nosotros estemos jugando ahora mismo en G League y que esté sonando nuestro nombre como un posible equipo de expansión a la NBA también ayuda a que haya una mayor conexión todavía con el mundo NBA. Así que sí que puede haber una mezcla, pero sigo pensando que quitando a Capitanes, que estamos más cerca de de NBA, sigue habiendo una europeización del baloncesto latinoamericano por parte de todos los entrenadores que están llegando.

En el equipo ahora mismo tenéis jugadores de Brasil, República Dominicana o Venezuela. Evidentemente, hay jugadores mexicanos. ¿Hasta qué punto es importante para la franquicia ir añadiendo talento de Latinoamérica a la NBA?

Es filosofía de equipo, filosofía de club y una identidad. Tenemos claro que somos un equipo que representa a Latinoamérica y aproximadamente el 60 o 70% de nuestros jugadores queremos que sean latinoamericanos o que tenga ascendencia latinoamericana, que representen realmente al continente latinoamericano. Y como segundo objetivo, nos gustaría que pudiéramos conseguir algún call up de algún jugador latinoamericano y que Capitanes sea el puente para que esos jugadores tengan la oportunidad de poder jugar en NBA.

¿Cómo fue el año 2021? ¿Qué pasa esa temporada en Capitanes cuando os quedáis sin jugar por un año entero?

Te pasan muchas cosas por la cabeza. Una vez que ya piensas que vas a debutar en la G League, lo que para Capitanes era en ese momento su sueño, y que por un motivo totalmente ajeno al baloncesto no te permiten entrar, generó muchas dudas. A nivel de fans en la ciudad, por ejemplo, o entre la gente del mundo que no estaba cerca de Capitanes o la NBA y que dudaba de que la expansión se fuera a dar con nosotros. Hubo unos meses duros porque realmente no sabíamos qué iba a pasar. Era muy arriesgado meter a un equipo nuevo en la G League, sobre todo pensando en la temporada pasada, que incluso no pudimos jugar en Ciudad de México por ese mismo motivo -la pandemia del COVID-. Muchos equipos tenían que entrar en México, donde la situación a nivel sanitario no era la ideal todavía, lo que generó muchas dudas en todo lo que rodea el mundo Capitanes. Gracias al esfuerzo que se ha hecho desde la presidencia, de los socios del equipo y del dueño, se ha conseguido. Pero sí que ha sido un periodo duro y como dubitativo.

Casi tres años después desde que Adam Silver lo anuncia, por fin debutasteis en casa este pasado noviembre. El partido fue una absoluta fiesta y Capitanes consiguió la victoria. ¿Cómo lo viviste desde dentro como uno de los protagonistas?

La verdad que fue una noche increíble. Un estadio con más de ocho mil personas que se sumaron a la espera, esos casi tres años y medio sin jugar en Ciudad de México. Debutar en casa con el campeón del año anterior, hacer un partido brillante y ganar... Fue una fiesta en todos los sentidos. Algo histórico para baloncesto mexicano, para el baloncesto latinoamericano y también para mí, que soy parte de este proyecto. Una noche histórica para grabarla y guardarla para el resto de nuestra vida.

Capitanes de Ciudad de México es un equipo especial porque es uno de los dos que no tiene un equipo afiliado. ¿Os afecta cuando los equipos NBA se llevan jugadores?

Tenemos claro que el formato de la G League es así. Uno de nuestros objetivos es competir, por supuesto. Queremos ganar el máximo número de partidos posible hasta lo más arriba en la clasificación, pero también tenemos un segundo objetivo, que es conseguir el mayor número de call ups posibles. Sé que suena raro y que en otras competiciones solo tienen el objetivo de ganar y estar algo más arriba, pero aquí no, aquí hay una mezcla. Muchas veces se valora más a los entrenadores o al equipo por cuántos jugadores eres capaz de desarrollar y poner en la NBA que realmente en qué parte de la clasificación estás. Nosotros, al no tener ningún equipo por encima, sí que queremos ser lo más competitivos posible, pero sin olvidarnos que uno de los grandes objetivos de esta competición es la de desarrollar jugadores e intentar llevarlos a la NBA. Tenemos claro que si hay call ups, para nosotros son buenas noticias, así que seguiremos trabajando en esos dos objetivos.

Para los jugadores de Capitanes, vivir en México implicar en un entorno absolutamente diferente, en un país que habla otro idioma. ¿Cómo es ese cambio casi cultural y social para ellos?

No es tal cual como como lo cuentan. Es verdad que que los jugadores viven en una de las mejores áreas de México, en Polanco. En esta zona, la verdad, no sabrías diferenciar si están viviendo en Latinoamérica, en Estados Unidos o en Europa. Es un área muy bonita y con todas las condiciones para que los jugadores puedan vivir cómodos y seguros. Viven en unos apartamentos especiales que la liga les ha proporcionado y que están muy bien acondicionados. Si tú le preguntas a ellos, te van a decir que están encantados de México. La gente es muy cariñosa contigo, hay un montón de cosas que hacer en la ciudad y la gastronomía es muy buena. Es un país que realmente si lo conoces, te atrapa. Yo creo que los jugadores se están identificando mucho con él, les está gustando mucho la cultura y encima están viviendo dentro de lo que es la G League, algo que no es común. Es un poco el mundo NBA en chiquito, porque realmente para nosotros en México es como si tuviéramos casi una franquicia NBA, así lo vive la gente. Para ellos ha sido una grata sorpresa encontrarse con una ciudad y un país que les está dando un cariño especial. Y la verdad, el feedback que tengo prácticamente de todos es que están encantados de estar en México, así que ha sido un gran acierto todo lo que está haciendo la NBA y Capitanes para que se sientan de esa forma. Creo que, además, es la forma correcta de acercar a Capitanes al objetivo real o al sueño real que tenemos que conseguir esa franquicia en la NBA.

¿Cómo se vive desde México, sobre todo desde dentro del equipo, el mero hecho de que exista la posibilidad de que la franquicia llegue a la NBA?

Somos muy optimistas, la verdad. Porque creo que el impacto que ha tenido el equipo en G League ha sido muy alto. Desde NBA, no desde nuestro lado, desde el suyo, está habiendo rumores y está habiendo diferentes entrevistas donde se está hablando de que Ciudad de México puede ser una de las candidatas, junto con Seattle y Las Vegas, a ser franquicia de NBA. Y a nosotros el mensaje que nos llega no es que lo vayamos a ser, pero sí que estamos entre las candidatas reales de serlo en un periodo de tres o cuatro años. Ahora está un poco en nuestras manos intentar hacer nuestro mejor trabajo. Y no hablo solo de la parte deportiva, sino que hablo de la parte logística, de marketing... Yo muchas veces digo también que los aficionados van a tener una responsabilidad bastante alta de que podamos ser NBA. ¿Qué busca la NBA con Capitanes? Busca que una ciudad y un país se sientan identificados con el equipo y yo creo que en ese caso Capitanes lo tiene muy claro. Así que yo estoy ilusionado y pienso que realmente sí que tenemos opciones a que en la próxima expansión de 2025 podamos estar entre las candidatas de verdad para poder conseguirlo.

La última vez que la NBA se expandió a otro país, en este caso a Canadá, fueron los jugadores los más reticentes. ¿Crees que los jugadores pueden volver a mostrar cierto rechazo de una expansión a otro país o simplemente será una decisión puramente económica?

Eso está un poco fuera de mis manos porque no conozco realmente cómo es esa sensación de los jugadores NBA. Conozco los casos de Vancouver y Toronto en su momento, y sí que es verdad que no será fácil, pero lo que están viviendo los jugadores que están ahora mismo aquí, que muchos de ellos han sido jugadores de NBA como Jahlil Okafor, Shabazz Napier o Alfonso McKinney, va a ser muy positivo en los próximos años para que realmente la gente empiece a creer que Ciudad de México sí que realmente es una candidata y que sí que reúne las condiciones necesarias para ser una ciudad de NBA.