El espejo del hijo de LeBron James en su esperado regreso tras sufrir un paro cardiaco

Uno de los estrenos más esperados del baloncesto universitario estadounidense tendrá lugar este domingo. Bronny James, hijo del jugador de Los Ángeles Lakers, LeBron James, hará su debut en la NCAA este fin de semana con la USC (Universidad de Carolina del Sur). El base y los Trojans se medirán a Long Beach State.

El jugador de 19 años regresa de esa manera a las canchas de baloncesto tras un duro episodio vivido el pasado verano. El 25 de julio, Bronny James sufrió un paro cardíaco durante un entrenamiento con el equipo universitario. Una noticia que paralizó al mundo del baloncesto y de la que, poco tiempo después, se conoció la causa. El primogénito de LeBron James padece un defecto congénito en el corazón, aunque había una buena noticia, y es que la la enfermedad puede ser tratada y no corría peligro su carrera deportiva.

Un regreso que mantiene viva la esperanza de LeBron James de cumplir el último sueño de su trayectoria deportiva. "Mi último año jugaré con mi hijo. A donde sea que vaya Bronny, yo estaré allí. Haré lo que sea para jugar con mi hijo un año. En este punto, no va a ser por el dinero", confesó 'The King' en febrero de 2022 a The Athletic. Un hecho que, si se produce, sería histórico en la NBA puesto que ninguna pareja padre-hijo ha jugado junta en la liga estadounidense.

Por otro lado, el técnico de la universidad, Andy Enfield, valoró el regreso de James a las pistas. "Todo indica que se ve bien". Además, ha advertido que Bronny debe ir con calma, aunque está contento con el rendimiento que está ofreciendo el hijo del alero de Akron. "Adaptarse al baloncesto universitario ya es difícil para cualquiera, pero cuando has estado seis meses fuera, lleva su tiempo. Bronny ha estado increíble. Su atención al detalle y su ética de trabajo las ha ido llevando paso a paso con nuestros entrenadores atléticos, nuestros médicos y nuestro entrenador de fuerza", destacó Enfield.

Bronny James está listo para su retorno y como referente, además de a su padre, tendrá la figura de LaMarcus Aldridge. El jugador de Dallas jugó durante 16 temporadas en la NBA y fue uno de los mejores interiores de la pasada década en sus estancias en Portland, San Antonio y Brooklyn. Fue nombrado siete veces All Star y formó parte en cinco ocasiones de los mejores quintetos de la NBA.

Una longeva carrera ligada a los problemas del corazón. En 2006, durante su temporada 'rookie', Aldridge fue diagnosticado con el síndrome de Wolff-Parkinson-White, un trastorno de la conducción que provoca latidos demasiado rápidos o con un ritmo irregular. "He lidiado con WPW, una enfermedad cardíaca, durante toda mi carrera. Me enteré en mi primer año, así que he tenido algunas recurrencias a lo largo de los años y hemos hecho estudios". Por ello, el jugador fue intervenido quirúrgicamente en múltiples operaciones para alargar su carrera profesional.

En abril de 2021, tras un encuentro ante Los Ángeles Lakers de LeBron James, un nuevo episodio provocaría su retirada momentánea. "Simplemente no podía ponerme en marcha. No podía entender qué estaba pasando. Esa noche honestamente fue aterradora. Mi corazón latía diferente, tan extraño como nunca antes. Jamás experimenté eso. Quería esperar hasta la mañana para llegar a los médicos y ver qué estaba pasando", confesaba Aldridge en una entrevista a The Athletic. Un adiós que, además, provocó una depresión al jugador que "no estaba listo para dejarlo".

Después de numerosas pruebas con diferentes cardiólogos LaMarcus Aldridge recibió el alta competitiva y pudo regresar a las pistas en octubre de 2021, precisamente ante el combinado californiano. Una vuelta en la que ahora se fija Bronny James para alcanzar el sueño de vestir una camiseta de la NBA y, también, cumplir el deseo final de su padre.