El renacer de Duncan Robinson: de peor contrato de la liga a ser clave en las finales
El escolta de Miami Heat desapareció de la rotación durante la temporada regular, pero ha vuelto a ser una pieza clave en estos playoff.

Una de las grandes ventajas de estos Heat es su fondo de armario. Más allá de Jimmy Butler y Bam Adebayo, o del genio de Erik Spoelstra, Miami tiene una rotación muy larga para la postemporada pese a las bajas de Tyler Herro y Victor Oladipo. Gabe Vincent, Caleb Martin y Max Strus han brillado los que más, pero una de las grandes noticias ha sido la vuelta de Duncan Robinson a su mejor nivel. El que salió a la luz en 2020 y se convirtió en uno de los mejores triplistas de la NBA, ha vuelto.
Su primera explosión fue en 2020, el año de la pandemia y la burbuja. Tras jugar solo 15 partidos en su año rookie, disputó 73 en su segundo año, casi todos de titular y promediando 13.5 puntos con un increíble 44.6% desde el triple. Fue clave para llegar a las finales en la serie ante Milwaukee y Boston, pero los Heat se quedaron cortos. Al siguiente curso fue titular en los 72 partidos, subió la cantidad de minutos aunque las defensas empezaron a tener en cuenta su tiro. Bajaron ligeramente sus porcentajes y anotó 0.4 puntos menos, pero su rendimiento le valió para firmar un contrato millonario. Pat Riley le ofreció $90 millones por cinco millones y Robinson, undrafted, aceptó.
Desde entonces, Duncan Robinson se ha convertido en un jugador irregular. Sus números han bajado a 10.9 puntos el curso pasado, y 6.4 este año. Su responsabilidad en el equipo también bajó de la mano de sus puntos y porcentajes (32.8% en triples este año), y el rendimiento de Gabe Vincent y Victor Oladipo como titulares, el nivel de Tyler Herro y el movimiento de Kyle Lowry al banquillo. La rotación de los Heat dejó a Duncan Robinson formando parte del equipo en la mitad de partidos, y con solo 16 minutos por noche. Una lesión en enero le hizo perderse casi cuatro semanas y llegaba al mercado de traspasos y la pausa del All Star en el peor estado de forma de su carrera.
De golpe, el contrato de Duncan Robinson estaba entre los más tóxicos de la NBA, ocupando casi un sexto de los salarios de Miami y sin contar para Spoelstra. Los Heat no tenían al tirador que brilló años atrás. En febrero incluso salieron rumores de que Pat Riley había intentado traspasar al escolta por su rendimiento. La opción de Atlanta, Dallas Mavericks antes del movimiento de Kyrie Irving o incluso San Antonio, solo para liberar el salario, estaba sobre la mesa. Robinson no estaba en la rotación de Miami y los Heat estaban luchando todavía por meterse en los playoff después de haber sido el mejor equipo del Este el curso anterior.
Tres meses más tarde, Robinson está siendo una pieza clave para los Heat. Ha vuelto a promediar casi 10 puntos por noche, la sexta marca más alta del equipo y tirando un 44% desde el triple. Por el camino se ha convertidor en el máximo triplista de la historia de los Heat en playoff, superando a LeBron James (123), y en el segundo partido de las finales ante los Nuggets le dio la vuelta al marcador con 10 puntos consecutivos sin fallo al inicio del último cuarto. Estuvo a punto de ganar la serie contra Boston con dos triples abiertos en el sexto partido, pero falló y se lo acabaron llevando los Celtics. Eso sí, se pudo vengar en el séptimo con 10 puntos y una celebración para la grada del TD Garden.
Suma cuatro partidos de 4+ triples en playoff, tantos como en la temporada regular y su máximo de temporada llegó en el tercer encuentro ante Boston, con 22 tantos, y se ha convertido en una alternativa desde el banquillo y una amenaza en el triple y tras bote, algo en lo que ha mejorado mucho en los últimos meses. Porque Duncan Robinson ya no es únicamente ese tirador capaz de superar números de Steph Curry, de ser el jugador que menos partidos necesitó para llegar a 800 triples. Y tampoco es un contrato tóxico, ni mucho menos. Solo una pieza clave en unos Heat que buscan ser campeones.