NBA

La resurrección de los Lakers: dependen de sí mismos para ser quintos

Desde el mercado de fichajes, son la mejor defensa y tienen el tercer mejor récord de la NBA. Y si ganan todo lo que queda, serán quintos en el Oeste.

Anthony Davis y LeBron James durante un partido de los Lakers esta temporada./AFP
Anthony Davis y LeBron James durante un partido de los Lakers esta temporada. AFP
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

Los Lakers están a una victoria de asegurar el play-in y tienen a tiro meterse en playoffs directos. Un equipo que empezó la temporada 0-5, que llegó a estar con un récord de 2-10, empezó el año duodécimo y llegó a la fecha límite del mercado de traspasos decimotercero, cinco partidos por debajo del 50% de victorias. La premisa para los Lakers es muy sencilla. Si ganan todos los partidos se meten quintos , con un récord de 44-38, por delante de Clippers, Warriors a los que les tienen ganado el desempate o unos Pelicans con los que comparten la séptima posición ahora mismo. El cambio de los Lakers es como la noche y la mañana.

Son la mejor defensa de la NBA desde el cierre de mercado, desde la salida de Russell Westbrook y la llegada de piezas como D'Angelo Russell, Jarred Vanderbilt y Malik Beasley, complementos que se alinean con la idea de Darvin Ham y las necesidades de las dos estrellas, LeBron James y Anthony Davis. Los tres han sido clave para la mejora sustancial del equipo, especialmente en la línea de tres. La aparición también de Dennis Schröder, tanto desde el banquillo como ocupando los minutos que DLo se ha perdido por lesión, o el crecimiento de los porcentajes de tiro de Troy Brown y Lonnie Walker IV desde el triple. Aunque ninguno se equipara a la explosión de Austin Reaves. 

Ha surgido de la nada, pero llegó a lo grande. El año pasado se ganaba el puesto con un game winner ante Dallas, demostrando que formar parte de la plantilla de los Lakers no le quedaba grande. Este año ha dado otro paso al frente, saliendo de titular en casi 20 partidos, promediando 12.5 puntos por noche con el mejor porcentaje de tiro eficiente entre los jugadores no interiores del equipo. Su intensidad, atrevimiento y capacidad para conseguir anotar cuando nadie lo espera ha calado en el vestuario y en la afición. Agente libre con restricciones en verano, será una de las grandes dudas que van a tener en la gerencia de los Lakers, aunque bendito problema. Y donde no llega Reaves, lo hace la defensa. 

Y la piedra angular ha sido proteger el aro propio. Desde el 10 de febrero, son la mejor defensa de la liga, por delante de Chicago, que consiguió a Patrick Beverley y New Orleans, tres equipos que están ahora mismo en posiciones de play-in. Si bien el ataque no ha mejorado ostensiblemente, decimonoveno desde febrero, la defensa ha permitido tener el tercer mejor récord de la competición, solo por detrás de Bucks y Knicks. Residen séptimos, a solo medio partido de Clippers y Warriors, que han jugado un encuentro más y a tres de los Suns, quizás demasiado lejos. Pero por soñar, que no sea, y en la mesa está ahora mismo la opción de quedar quinto. 

Les quedan cuatro partidos, tres de ellos como visitantes y el último en casa. Por el camino, Utah, Clippers, Phoenix y otra vez los Jazz. Y para suerte de los Lakers, que tienen el calendario más fácil de la NBA, tres de ellos llegarán al duelo con la temporada virtualmente acababa. Utah no tiene ninguna opción de meterse en play-in y de hecho, cada derrota les acerca un poco más a Victor Wembanyama. Los Suns, para cuando sea el reencuentro de Kevin Durant y LeBron James, habrán certificado su cuarta posición en la tabla y solo los Clippers, el rival metropolitano, se estará jugando entrar directo a los playoffs, ahora mismo sextos.

Y si todo sale bien, en el horizonte espera Phoenix Suns y Kevin Durant, un equipo que todavía no ha perdido con su nueva estrella. Pero claro, no se han enfrentado a estos Lakers tampoco.