El show navideño de Harden: exhibición y posible vuelta a los Rockets

Una buena manera de medir el grado estelar de un jugador de la NBA es el día de Navidad. La liga organiza una jornada con cinco encuentros del más alto nivel y raro es cuando una de las grandes estrellas no está presente. Este año, por ejemplo, fallan Kevin Durant, Kyrie Irving, Paul George o Lillard, si bien sus carreras llevan unos meses alejadas del primer plano por lesiones o por un mal rendimiento de sus equipos. El que sí ha estado presente es James Harden. Antes, sus Rockets eran imprescindibles entre polvorones. Quién no quería ver a un equipo alocado, especialista desde el triple y con un marciano forzando faltas, metiendo desde el perímetro tras marear a balón y rival a partes iguales y anotando 50 puntos sin despeinarse la barba. Ahora, a la sombra de Joel Embiid, los 25 de diciembre no son iguales para él. Del primerísimo primer plano a formar parte de uno general o salir de rebote en la foto del gigante.

Cómo han cambiado los tiempos. Pero Harden, por lo que sea, quiere seguir en las conversaciones de la cena. Adrian Wojnarowski no es sospechoso de dar informaciones sensacionalistas. Es certero, como Curry desde la línea de tres. Y este domingo salía con la siguiente información: 'la Barba' no tiene decidida su renovación con los Sixers y está meditando regresar a Houston Rockets. Toma ya: una bomba antes de la jornada. Si la impactante revelación afectó al escolta, desde luego, lo disimuló bien.

Harden fue el segundo mejor de los suyos con 29 puntos, 4 rebotes, 13 asistencias, 4 recuperaciones y un buen cuadro de tiro: 7 de 16 en tiros de campo, 10 de 11 en tiros libres y 5 de 11 en triples. Apenas descansó: jugó 43 minutos. Doc Rivers es consciente de que tiene que exprimir al jugador antes del regreso de Tyrese Maxey, que le dará minutos de respiro por su capacidad anotadora y de generación desde el bote. Aun así, tampoco mereció sentarse 'la Barba', con otra gran actuación individual para la lista.

El escolta ya no es el que era, desde luego. La dureza de la NBA a la hora de penalizar esas faltas por amagos que él siempre lograba bonificar le ha penalizado. Además, su inconsistencia física le pasa factura a la hora de penetrar. Y la edad, por supuesto: tiene 33 años. Aun así, sus estadísticas muestran en él un segundo espada idóneo para luchar por el campeonato: 21,4 puntos, 6,6 rebotes, 10,9 asistencias, con un 42,9% en tiros de campo y un 36,4% desde más allá del arco.

Para lo bueno y lo malo, este Harden es otro. En Philadelphia ha adquirido un rol dominante, pero más generador que en su etapa en Houston. Buena prueba de ello es el 20-11-21 que firmó contra los Clippers. O las 16 asistencias a su cuenta en el duelo ante los Charlotte Hornets del pasado 12 de diciembre. La evolución de un jugador que, pese a caer lesionado, ha vuelto como si nada hubiese pasado. Del 2 de noviembre al 6 de diciembre estuvo fuera y a su regreso se ha codeado con el doble-doble cada noche.

Sí, la noticia de Woj no concuerda con lo expuesto hasta el momento. Harden ha sabido adaptarse a un rol más secundario y se encuentra en un aspirante al anillo. Su situación contractual es la siguiente: cobra 33 millones y a final de temporada tiene una opción de jugador por 35,6 millones de dólares. Lo más lógico es que la acepte para continuar en un contender y porque ya no goza del cartel para firmar un máximo y liderar a un equipo rumbo al anillo.

Podría cambiar de pareja de baile, sí, pero su experiencia en los Nets estuvo muy por debajo de las expectativas. Bien, pero existe esa opción: saltar a la agencia libre y buscar otro recurso dentro de la liga para tratar de ganar el anillo. Lo paradójico es el destino: ¡los Rockets!

¿Qué motivos le pueden llevar a querer volver a Texas? Por un lado, es evidente: el emocional. Harden vivió allí los mejores años de su carrera e instauró un estilo basado en la anotación compulsiva desde el perímetro. Era otro Harden, pero en su cabeza guarda aquello como su mejor experiencia.

Otra opción es el dinero. John Wall (40 millones de salario) y Derrick Favors (10) ocupan el podio de jugadores con un salario más alto en la franquicia. Ninguno de los dos está, por ser cortados. Los Rockets pagan ese salario a jugadores que no forman parte de su plantilla, por lo que tienen margen salarial para acometer operaciones de grandes dimensiones.

Incluso Eric Gordon podría salir, ya que tiene otro año no garantizado. Pero aquí hay matices: ¿quiere Harden cobrar un máximo en un equipo sin aspiraciones? Y, sobre todo, ¿quieren los Rockets dar un máximo a un jugador que no facilitará el desarrollo con balón de sus jóvenes? Está por ver. La franquicia texana está en aras de crecimiento con nombres como Tari Eason, Kevin Porter Jr., Alperen Sengun y, sobre todo, Jabari Smith y Jalen Green. También anda por ahí el español Usman Garuba.

Un equipo joven que busca despuntar en un proceso similar al de los Sixers. Perder durante años a cambio de reunir a los jóvenes más prometedores de la NBA y convertirlos poco a poco en estrellas de la liga. ¿Es compatible eso con el regreso de Harden? Un claro ejemplo de puerta grande o enfermería. Y más siendo una noticia que salta a la palestra en el día de Navidad y con 'la Barba' participando. Él, mientras, sigue a su aire, con sus 'looks' paradisiacos y una actuación sobresaliente. Es su show navideño. De una forma o de otra. Pero cada año.