Walker Kessler es el nuevo propietario de la pintura en Utah
El rookie llegó en el intercambio por Rudy Gobert y está siendo, junto a Lauri Markkanen, la gran noticia de estos Jazz.

Cuando los Jazz se deshicieron de Rudy Gobert el pasado verano, había una preocupación importante. Con sus pros y sus contras, el francés era uno de los mejores jugadores en la pintura en la NBA y su salida la dejaba huerfana en Utah. Por él llegaban Jarred Vanderbilt, Leandro Bolmaro, Malik Beasley, Patrick Beverley (que ya no está) y tres rondas sin proteger, una cuarta para 2029 y el jugador que los Wolves acaban de elegir con el pick 22 del draft: Walker Kessler. Danny Ainge, ejecutivo de los Jazz, confiaba en que Kessler podía llegar a ser en el futuro un pívot titular, pero para nada creía que el futuro era ya.
En los primeros 32 partidos de la temporada salió desde el banquillo cada noche excepto en dos. Will Hardy, también debutante como Kessler, decidió integrar poco a poco al interior en el juego de los Jazz. En los últimos 22 ha partido de inicio en 15, promediando casi 25 minutos por noche (ocho más que en el primer tramo) y siendo una pieza clave en el juego de los Jazz. El promedio de todo el año, 20.2 minutos, tiempo suficiente para acercarse al doble-doble, con 7.7 puntos y 7.3 rebotes. En su décima titularidad firmó una noche de 20 puntos y 21 rebotes. Y lo más interesante hasta la fecha: algo más de dos tapones por noche.
Acumula 104 esta temporada, el quinto jugador con más de la competición por detrás de Brook Lopez, Nic Claxton, Jaren Jackson Jr (tres candidatos al DPOY) y Myles Turner. Todos ellos excepto JJJ han jugado 300 minutos más que Kessler, que se ha convertido en un especialista defensivo desde el primer día. Suma dos partidos con siete tapones, otro con seis y hasta tres con cinco. O viéndolo desde el otro lado, solo en doce encuentros se quedó sin taponar al menos un tiro. Se ha convertido en el dueño de la pintura de los Jazz en defensa, donde mejor rendimiento está teniendo, pero también en ataque, donde comparte baile con Lauri Markkanen.
Su estilo es pura vieja escuela. En toda la temporada no ha lanzado un triple y un 98% de sus tiros han venido desde diez pies o menos, siempre cerca del aro. Su efectividad es altísima: hablamos de que anota el 79.6% de los tiros de debajo del aro y el 56.2% entre tres y diez pies, desde la zona pintada. Acumula 16 partidos sin fallar un solo tiro y solo en siete se ha quedado por debajo del 50% de eficiencia (en dos de ellos fue un 0/1). Por supuesto, Kessler fue elegido para el Rising Stars Challenge donde Pau Gasol entrenará a uno de los equipos.
Tras la vuelta de Kelly Olynyk de lesión, la decisión lógica era mandar a Kessler al banquillo, quién le sustituyó por unas semanas. Pero Hardy decidió que el novato tenía que seguir de inicio, enviando a Vanderbilt al banco. Ya no está ahí por las circunstancias o las bajas, ahora ha sido elegido a dedo para ser importante. De hecho, los rumores apuntan a que es, con Markkanen, uno de los dos jugadores intocables en el próximo mercado de fichajes. El siguiente objetivo es poder mantenerse en la pista 30 minutos, cifra a la que solo ha llegado cinco veces y ser capaz de cerrar los partidos sin problemas. La curva de crecimiento en la NBA es larga, pero Kessler tiene madera. Y la pintura en Salt Lake City ya es suya.