Ni con Westbrook desde el banquillo pueden ganar estos Lakers

Solo una vez en su carrera LeBron James había empezado la temporada con cinco derrotas consecutivas. Fue en su temporada rookie, cuando James tenía todavía 18 años y lideraba unos Cavaliers que acabarían la temporada 35-47. Los Lakers solo habían empezado la temporada con cinco derrotas en dos ocasiones, en 2014/15 (21-61) y en 1957/58 (19-53), todavía en Minnesota, cuando encadenaron siete partidos seguidos sin conocer la victoria para empezar el curso. Son dos de las tres peores temporadas de la historia de la franquicia. 

El partido de esta madrugada ante Minnesota se presentaba clave. Una victoria podía cambiar la dinámica, sobre todo con la narrativa de usar a Westbrook desde el banquillo. Otra derrota abría la puerta a pensar en lo peor. Y en la previa del partido, Darvin Ham confirmaba que Anthony Davis, con problemas en la espalda, sería baja de última hora. Ante Rudy Gobert y Karl-Anthony Towns, la mejor pareja interior de la liga. Sin más dilación, los Lakers han perdido. Tercera vez que empiezan la temporada 0-5, un número histórico para mal. Y la sensación sigue siendo de impotencia.

Ya no es un tema de que juegue o no Russell Westbrook, de que salga en el quinteto titular o sea suplente. El base hoy salió desde el banquillo por primera vez en 5081 días. La última vez que Russ no partió de inicio fue en su primera campaña en la NBA, todavía como rookie en Oklahoma. Mismo rival, misma suerte. Aquella noche, Westbrook también perdería en la pista de Minnesota Timberwolves, casi como una señal. Con la segunda unidad, Russ firmó 18 puntos (6/17 en tiros, 1/4 en triples), 8 rebotes y 3 asistencias.

Pero el problema de los Lakers es mucho más profundo que un jugador. La construcción de plantilla tiene demasiados déficits a solucionar. Son últimos en ataque, rebotes ofensivos, porcentaje de rebotes, porcentaje de tiro, porcentaje de triple y porcentaje de tiro de campo. Y no es que sean últimos, es que en algunas métricas, la diferencia con el siguiente es sideral. Esta noche por primera vez en toda la temporada el equipo ha tirado por encima del 30% en triple: ha sido un 31%, una mejora mínima en un problema mayúsculo. El equipo anota 0.984 puntos por posesión cuando el promedio NBA es está por encima de 1.12.

 

Solo la defensa, que está siendo la tercera mejor de la liga, ha permitido que este 0-5 sea histórico y no ridículo. Al final, perder ante Warriors, Clippers, Blazers, Nuggets y Wolves es relativamente normal. Lo que no es normal es no haber superado el 45% de tiro ninguna de esas noches, haber anotado solo el primer día más de 105 puntos con LeBron James, Anthony Davis y Russell Westbrook en tu equipo.

La llegada de Westbrook a Los Angeles tuvo dos acogidas diferentes. La primera, reaccionaria y victoriosa, aseguraba que los Lakers iban a ganar el anillo. Fueron favoritos con Brooklyn a principio de 2022. La segunda, más calmada y analítica, ponía en cuestión el encaje de un jugador con necesidad de balón para ejercer la diferencia y LeBron James, el mejor generador con balón de nuestra generación. Dos corrientes de pensamiento opuestas pero válidas. Una semana duró el debate, el big-3 nunca funcionó. 

Este año, cuando los tres all stars coinciden en pista, los Lakers son 5.6 puntos peores que el rival por 100 posesiones (según pbpstats). De todas las posibles combinaciones entre los tres jugadores y analizando solo los partidos con todos ellos disponibles, la única que tiene un valor positivo es con Davis y LeBron en pista y Westbrook en el banquillo, donde son 1.9 puntos mejores que el contrario. Ligeramente superiores pese a tener en pista a LeBron James.

Uno pensaría que es cinco partidos es una muestra pequeña, pero en los 56 minutos que han compartido pista, los números son dramáticamente negativos. No llegan al 21% en triple, permiten al rival tirar un 5.2% mejor y hasta la defensa empeora respecto al número total. Juntos no funcionan, por separado tampoco y no ayuda que en diez días Westbrook ya se haya perdido un partido y Anthony Davis otro. Toca seguir probando soluciones, pero a día de hoy parece que en Los Angeles nada funciona. Ni el big-3, ni el resto del equipo.