El origen de Megan Gustafson: qué nacionalidad tiene y de dónde es
La pívot es la apuesta de Miguel Méndez para la Selección femenina de baloncesto.

A la hora de dar la lista de jugadoras convocadas para los Juegos Olímpicos de París, Miguel Méndez, seleccionador español de baloncesto femenino, dejó un hueco por cubrir. Se trataba de la plaza reservada para la jugadora nacionalizada. La FIBA permite uno de estos integrantes por selección y campeonato, algo que se respeta en los JJ.OO. España optaba entre dos viejas conocidas y finalmente la elegida fue Megan Gustafson, la última apuesta de la FEB para su selección femenina.
La mítica Astou Ndour (cuatro medallas con la Selección, incluida la plata de Río 2016) se quedaba fuera. "Me he esforzado al máximo para estar en los Juegos", dijo a través de X asumiendo con resignación la decisión. Desde hace varios años, el baloncesto de selecciones opera con una lógica de mercado muy similar al baloncesto de clubes. Poco a poco, aquellos países con menor tradición fueron incorporando jugadoras internacionales, normalmente estadounidenses, para apuntalar sus equipos en los grandes campeonatos. Generalmente, a cambio de un pasaporte que, en las competiciones de equipos, puede abrir muchas puertas.
Durante muchos años, España permaneció al margen de esta política de fichajes. Había nacionalizados en ambas selecciones, claro. De hecho la propia Ndour es un ejemplo de ello, como antes de ella lo fue Sancho Lyttle. Aunque casi siempre tenían una relación previa con el país. La mayoría se habían formado en nuestro baloncesto o jugaban en algún club de nuestras ligas. Sin embargo, Lorenzo Brown rompió aquella tendencia en la Selección masculina y el experimento salió bien. Al año siguiente Gustafson hizo lo propio en el combinado femenino.
Qué nacionalidad tiene Megan Gustafson
Megan Gustafson nació el 13 de diciembre de 1996 en Madison, una localidad situada en el estado de Wisconsin, en Estados Unidos. Aunque se crio en Port Wing, un pueblo de apenas 200 habitantes donde descubrió el baloncesto por primera vez. El 13 de junio de 2023 el Consejo de Ministros resolvió otorgarle la nacionalidad española por carta de naturaleza y al día siguiente el BOE lo oficializó. Por lo tanto, Megan Gustafson cuenta con la doble nacionalidad española y de Estados Unidos. Aunque la idea inicial fue que disputase el pasado Europeo de 2023, finalmente se perdió la cita ya que los papeles no llegaron a tiempo.
Hasta su nacionalización, Gustafson no había jugado nunca en nuestro país ni hablaba español. Es por esto que su caso ha sido frecuentemente comparado con el de Lorenzo Brown. Según pudo saber Relevo, todo comenzó con una conversación entre la jugadora y su representante. "Había hablado mucho con mi agente durante los últimos años y ella pensaba que sería capaz de ayudar a un equipo así", dijo. Después, una llamada entre la FEB y la agente inició el proceso en invierno de 2022.
El suyo fue un fichaje en toda regla. Por norma general, a España le cuesta producir jugadoras interiores de calidad y Megan Gustafson responde a dicha carencia histórica. De la misma manera que Lyttle o Ndour lo hicieron antes que ella. Destaca, sobre todo, por su capacidad para anotar puntos. En la temporada 2022/23 fue la máxima anotadora de la Euroliga femenina, con un promedio de 22,6 créditos por noche. En el Preolímpico de Sopron, donde España consiguió su ticket para París 2024, fue la tercera máxima anotadora con una media de 14,3 puntos por partido.
Los orígenes de Megan Gustafson y quienes son sus padres
Como decíamos, Megan Gustafson se crió en Port Wing, un pequeño pueblo de Wisconsin de apenas 200 habitantes. Pese a su tamaño, el baloncesto es el deporte rey allí. Resulta significativo que una localidad tan pequeña, además de Gustafson, haya producido a otra jugadora de Liga Femenina como Jolene Anderson, que ha jugado dos temporadas en las filas del Barça CBS.
A Megan el baloncesto el viene de familia, La internacional española es la hija menor de las dos que tuvo el matrimonio formado por Clendon y Eva Gustafson, también originarios de Port Wing. Sus dos padres jugaron al baloncesto, como también lo hizo su hermana mayor Emily. Aunque ninguno de ellos pasó del nivel amateur.
Megan descubrió el baloncesto cuando tenía 7 años. Como no había equipo de su edad, empezó a jugar con chichos y chicas de 10 y 11 años. No desentonó. "Me hizo tanta ilusión cuando marqué mi primera canasta que me colocaba todo el rato debajo del aro y pedía el balón sin parar. Ahí empezó todo", contó la propia jugadora en declaraciones a la página web de la Universidad de Iowa, su alma mater.
Cuando tenía 13 años sucedió lo que suele suceder en los pueblos pequeños: no había chicas suficientes para formar un equipo femenino. Aquello no le frenó, Megan jugó con el equipo masculino. No solo eso, fue la segunda máxima anotadora. "Hubo un partido en el que el árbitro me llamó la atención para que no jugase tan duro. Aquello se me quedó grabado, me demostró que podía jugar con ellos", recordó.
De ahí pasó a jugar para la Universidad de Iowa, la misma que años más tarde fue popularizada por Caitin Clark. De hecho, en su primera temporada, la popular tiradora asistió a la ceremonia por la que la camiseta número 10 de Megan Gustafson quedó retirada en lo alto del pabellón Carver-Hawkeye Arena. Nada resume mejor el impacto que la pívot dejó allí. El principio de una carrera que años más tarde le uniría con España.