BALONCESTO

Oscar Schmidt: "Yo iba a jugar con Petrovic y Sabonis [en el Real Madrid]... fíjate qué equipazo"

A 'Mano Santa' no le hizo falta jugar en la NBA para colar su nombre entre los más grandes. Este precursor del triple cuenta en Relevo cómo se forjó su historia.

Oscar Schmidt durante los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. /GETTY IMAGES/DOUG PENSINGER
Oscar Schmidt durante los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. GETTY IMAGES/DOUG PENSINGER
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Cuando uno piensa en el baloncesto de los 80 y los 90, los primeros nombres que, seguramente, se vengan sean el de Larry Bird o Michael Jordan. Sin embargo, entre ellos se coló uno que, sin siquiera llegar a debutar en la NBA, pasó a la historia como uno de los más grandes a nivel mundial. A Oscar Schmidt (Brasil, 1958) le bastaron solo dos años para dejar claro en España por qué era una leyenda. Un jugador de otro nivel que idolatraba al mítico alero de los Celtics, con el que incluso algunos lo comparaban… Aunque Schmidt es más cauto: "No hay nadie que haya jugado como él", reconoce este anotador de muñeca prodigiosa al que no fue baladí su apodo.

Oscar Schmidt habla sobre su contrato con el Real Madrid. RELEVO

Porque Mano Santa dejó huella en el mundo de la pelota naranja… y en Valladolid, donde se convirtió en referente dentro del parqué a golpe de triples y fuera… gracias a los chistes de Chiquito de la Calzada. "Era muy bueno. Sus chistes agradaban a todo el equipo. Todo lo que decía él, yo lo repetía", confiesa a Relevo a través de una videollamada en la que, sin perder ese humor que lo caracteriza, habló de muchas cosas. Entre ellas, que pudo jugar en el Real Madrid o cómo un jugador de baloncesto "muere dos veces". Siendo la primera suya ya con 45 años, cuando decidió colgar las botas en 2003 tras una carrera única.

Siendo de un país tan de fútbol, ¿cómo llegó al baloncesto?

Mi sueño era jugar al fútbol. Pero yo era muy grande y las personas pasaban por debajo de mí y eso no estaba bien… Yo tuve un profesor de educación física que me dijo: Oscar, ya sé que no te gusta, pero yo soy el entrenador del Unidade Vizinhança y podrías pasarte porque a lo mejor te gusta. Le pregunté que qué día era y me dijo que todos los días y eso me gustó más. Fui y el entrenador de mi categoría era un chico que hacía unos ejercicios extraños. Nos ponía una fila de piedras en el suelo y tenías que coger una con una mano y pasarla al otro lado con la otra mano. Podría parecer fácil, pero yo odiaba ese ejercicio. Luego estaba tirando y me ponía el balón justo delante de la cara y me decía que subiera más las manos y yo no podía tirar a canasta así. Le decía que iba a fallar todos los tiros. Y ahí me dijo la que posiblemente sea la frase más importante de mi carrera: "Empieza bien porque un día puedes acertar muchas". Y me parecía algo futurista… Porque lo adivinó todo.

Justo se cumplió porque fue pionero en tirar de tres. ¿Cómo recuerda aquello?

Yo entrenaba solo para tirar de tres. Mis entrenadores me decían: no tires tanto de tres, por favor, Oscar… Y yo les respondía: ¿te gusta cuando lo meto? Pues ea. Así fue.

Ahora, sin embargo, el baloncesto invita a tirar mucho más desde el triple. ¿Cómo ha visto ese cambio?

Mucho más. Si tú ves la NBA, ahora lo que hay de tiros de tres es impresionante. Nosotros empezamos a hacer eso en la selección de Brasil contra los americanos y todos lo vieron. Entonces aprendieron creo (ríe).

¿Y por qué nunca se fue a la NBA?

Porque estaba prohibido jugar en la NBA y en la selección de tu país. Y yo no iba a cambiar la selección de Brasil por nada. Así que no quise jugar ahí. Y bueno, también porque mi Draft fue en sexta ronda. Si tú me quieres, ¡drafteame en la primera! Entre las primeras diez posiciones. No me querían, querían testarme y yo entendí eso pronto. Yo llegué ahí y hablé con el entrenador (de los entonces New Jersey Nets), y yo no hacía eso, pero esa vez tuve que hacerlo porque le dije: yo aquí puedo hacer un punto por minuto. Si me das 20 minutos, doy 20 puntos. Si me das más de 30 puedo hacer mucho más. Y él me miró con cara de que no me estaba creyendo.

Luego jugamos cinco partidos contra los rookies de las otras franquicias y me dieron 25 minutos por juego. Y yo le di 25 puntos por partido. Así que se quedaron locos por mí y me ofrecieron un contrato no-cut. Es decir, un contrato por el que ninguna persona podría cortarme. Pero yo dije que por qué iba a cambiar la selección de Brasil por ese contrato. Y fue bueno porque yo he hecho lo que mi corazón decía y no el dinero.

Me quedé con Brasil y tuvimos esa victoria en el Panamericano que nos puso en el cielo. Y Ary Vidal (seleccionador en esa época) antes de empezar los entrenamientos, porque entrenamos tres meses para aquello: dos en Brasil y uno en Houston, haciendo partidos amistosos con equipos americanos, que perdían de 30 con nosotros. Y el mes fuera de Brasil fue el que más nos unió, porque nuestra tarjeta no servía fuera de Brasil. Marcel Souza y yo ya jugábamos en Italia. Y claro, vino el asistente de Ary Vidal y nos dijo que como jugábamos en el extranjero que si nuestra tarjeta valía, ya que necesitaban alquilar coches. Y alquilamos dos vans -furgonetas- con una condición: ninguno de ellos entraban en la nuestra. Y tras el entrenamiento de la tarde, éramos 12 jugadores, así que cada uno escogía una vez dónde quería comer… Aquello fue tan bueno que ganamos el Panamericano.

Oscar Schmidt sobre la polémica con Petrovic. RELEVO

Hablando de que en esa época jugaba en Italia... ¿Qué pasó realmente con Petrovic en aquella final de Recopa del 89 entre el Real Madrid y su Caserta? ¿Realmente eran enemigos?

Yo no tuve enemigos. Me gustaba mucho él porque tenía coraje para jugar y otros parecía que no lo tenían. Yo hice 44 puntos, parecía nada porque él hizo 62 puntos. ¡Nunca había visto a nadie hacer tantos puntos en mi vida! Perdimos en la prórroga… pero casi ganamos. Porque cuando el balón salió fuera hasta que tiramos el último balón se pasaron los segundos que faltaban y había que tirar el tiro libre… Y no fue así. Después decían que uno de los árbitros era amigo personal de Petrovic y creo que no tiene nada que ver, pero esa victoria fue regalada para el Real Madrid y nosotros nos quedamos así…

¿Tuvo oportunidad de jugar en el Real Madrid o en el Barça?

Claro. Tengo un contrato firmado por el presidente Mendoza, lo tengo en mi sala. Basta mirar ahí, que está la firma de Mendoza. Yo iba a jugar con Drazen Petrovic y Arvydas Sabonis… Fíjate tú qué equipazo.

¿Y por qué no se dio?

El entrenador que tenía al Real Madrid le dijo algo a alguien que le llegó al presidente del Caserta. Entonces un día, el presidente dijo que quería hablar conmigo. Se demoró más de una hora para entrar a la sala y cuando entró me preguntó que qué era eso del Real Madrid y que cuántos años me ofrecían. Le dije que tres y me dijo que él me daba cuatro. Y me quedé allí. Tres años después él falleció. Yo salí y ellos ganaron el campeonato en 1991.

¿Qué le llamó la atención de España para venirse?

¡Que yo quería jugar con Sabonis! Sabonis estaba en el Valladolid y yo quería jugar con él. Piensa… Sabonis y yo juntos… Qué locura. Pero luego él se fue al Real Madrid y yo me quedé en Valladolid.

Aunque fuera sin Sabonis... 'Mano Santa' triunfó igual en la ACB. ¿Se sentía imparable?

No. Nunca me sentí imparable. Entrenaba todos los días como si fuera el último. Entonces eso de talento y don a mí no me gustaba. Pero bueno, era algo cariñoso.

Oscar Schmidt sobre Klay Thompson. RELEVO

¿Hay algún jugador a día de hoy que le recuerde a usted cuando juega?

Klay Thompson, que juega en los Warriors. Ese es el jugador que yo veo y digo: ese era yo. Porque él tira de tres como si fuera una canasta sencilla cuando es difícil. Siempre hace el mismo tiro, como hacía yo. Y su padre jugó en Caserta. Recuerdo que falleció la mujer del ayudante del entrenador del equipo de Klay y fui con mi mujer a darle las condolencias. Después al salir estaba allí él y vino a decirme: "¿Sabes que mi padre jugó en tu antiguo equipo?" Y lo cierto es que era verdad, que teníamos un jugador extranjero llamado Thompson y yo no sabía que era su padre. Y tras eso Klay me pidió echarse una foto conmigo (ríe). Y me la eché, claro, ¡él era Klay Thompson! Así que estuvimos hablando un poco.

Eso es una muestra de lo reconocido que es... Y también le pasa en Brasil. ¿Cómo llevaba eso de ser Dios pese a ser de un país tan futbolero?

Aquí en Brasil soy bastante famoso, como me pasa en España, en Italia… Y tuve ese cariño de las personas porque hacía muchos puntos (ríe). Mi carrera fue algo increíble. Yo tengo una sala con todas las cosas que he conquistado. A veces me siento allí y pienso: "Mamma mía… Qué bueno era… Cuando pensaba sólo en jugar". Luego de vuelta aquí fui campeón con el Corinthians y luego Flamengo, que ganamos también dos Copas de Brasil, y ya después paré de jugar. Y ahí morí la primera vez. Falcao, el gran jugador de fútbol que tuvimos, dijo una vez: "El jugador de fútbol muere dos veces. La primera vez cuando para de jugar y luego muere la muerte de verdad" y yo he muerto la primera vez. Y para la segunda que quede mucho… Porque yo tuve ya un tumor en la cabeza y casi muero. Me abrieron la cabeza dos veces y por eso estaba con la boina en el Hall of Fame. Entonces estuve cerca de la muerte. Pero ya pasó esa enfermedad, ya me he curado.

¿En esa sala está el mejor recuerdo que le ha dado el baloncesto? ¿Cuál sería?

El Hall of Fame es algo increíble. Y Larry Bird fue el chico que vino conmigo. Eso era una cosa increíble. Era una persona que no sabía correr, no sabía saltar y jugaba mejor que todo el mundo, así que siempre lo tuve como mi ídolo. Yo he jugado parecido a él, pero no igual. Él no tiene a nadie que haya jugado como él.

Oscar Schmidt sobre cómo un jugador muere dos veces. RELEVO

¿Cómo ve el baloncesto de hoy en día?

Está creciendo fuera de EE. UU. Ellos no sabían que fuera de allí se jugara buen baloncesto y ahora tenemos chicos que son mejores que ellos. Luka Doncic, Jokic… Son jugadores increíbles. Yo prefiero los Warriors, Mavs y los Nuggets porque en los Warriors tienes a Thompson, prácticamente mi ídolo en la NBA; y en los otros dos tienes chicos que tiran de tres. Los Mavs tienen a Doncic que hace cosas que dices: ¿cómo hace eso? Y en los Nuggets a Jokic que se va a llevar el tercer MVP… A mí eso me gusta mucho. Yo prefiero ver buenos jugadores así, porque un jugador que no sabe jugar es feo mirarle. Así que veo algunos partidos. En los Warriors, por ejemplo, Thompson no puede ganar solo y tiene a Curry, que es muy fuerte y dicen que es el tirador más importante de EE. UU. y puede ser porque tira de medio campo como si nada. Y bueno, los Lakers, que tienen a LeBron James que me pasó ahora en el récord porque los récords están hechos para ser batidos… Y él me pasó. Pero jugando más que yo, esa es la verdad… (ríe).

¿Qué falta en Brasil para que la selección termine por funcionar?

Ahora tenemos un presidente que fue un jugador extraordinario. Yo jugué con él en la selección. Y este chico es muy rico, tiene mucho dinero, así que está poniendo dinero de su bolsillo para que funcione, así que eso lo hemos corregido. Pero el talento no. El talento falta. Basta con poner una persona sentada cerca de las favelas de Brasil. El otro día fui al Pan de Azúcar, que es un gran supermercado, fui a pagar y había en la caja un chico alto, de dos metros y le pregunté si había jugado al baloncesto. Me dijo que no, que nadie le había dicho nunca de jugar. Y le digo: pero hombre, tú podrías haber sido un óptimo jugador para Brasil. Y me dijo: "No, perdí el tiempo". Pero quien lo perdió fue quien no lo contrató. Esa es la verdad. Entonces bastaba eso y es un deber de la confederación: contratar personas y ponerlas en las favelas, en la puerta, sólo mirando quién entra y quién sale para tratar de cazar talento. Esa sería mi solución.

Y hablando del baloncesto brasileño, es imposible no preguntar por Marcelinho Huertas. ¿Qué opina de él?

Es mi ídolo. Ese chico es fenomenal. Ha batido el récord de asistencias ahora. Yo batí el de puntos y él, este otro… (ríe). Entonces me gusta mucho él. Yo paré de jugar con 45 años, él tiene 41, así que puede jugar por lo menos otros 4 años más. Con Marceliho no sabes dónde va a pasar el balón… y lo hace. Es una cosa tremenda. Él es un crack y yo digo que son crack los que sobresalen en lo que hacen. Es una admiración muy grande la que tengo por él.