Oscar Schmidt: "Vine a España para jugar con Sabonis y él se fue"
El legendario brasileño, que ha entrado en el 'Hall of Fame' de la FEB, repasa su trayectoria. "Me entrené más que nadie", dice.

Amable, sonriente y feliz entre el baloncesto. Así ha estado en Sevilla Oscar Schmidt Becerra (Natal, Brasil 16-02-1958), uno de los elegidos para entrar en la segunda promoción del Hall of Fame de la Federación Española de Baloncesto. "No es un premio, es algo diferente y que te acuerdas para siempre. No creí que pudiera entrar aquí en España y ahora estoy aquí", indica el brasileño, un triplista excepcional y que extendió su carrera durante dos décadas.
Una leyenda del baloncesto mundial. Triunfos con la selección brasileña, con la que brilló desde su etapa juvenil, pero también en Italia con el Caserta -inolvidable su duelo con Drazen Petrovic en la Recopa de 1989-, o el Pavia o en España, donde recaló en el Fórum de Valladolid. "¿Cómo se dice cuando pierdes? ¿Derrotas? Pues muchas derrotas. Yo no estaba acostumbrado a perder tanto", responde el brasileño como primera impresión a su etapa en España. "Yo pensaba que iba a jugar con Sabonis, pero cuando llegué yo se fue (risas). Soy un gran fan suyo, pero tuvo que hacer lo que era bueno para él", añade a Relevo Schmidt Becerra añade sobre esa decisión que lo llevó a competir en el baloncesto español.
Innumerables partidos para el recuerdo dejó el brasileño. Precisamente, en el Hall of Fame, entre recuerdos de su etapa de jugador, se encontraba el acta del España-Brasil de los Juegos Olímpicos de Seúl. El 24 de septiembre de 1988, en el último partido de la primera fase del torneo olímpico, Oscar protagonizó la mayor exhibición ofensiva que se haya visto en unos Juegos: 55 puntos, con 11/17 de dos, 6/11 triples y 15/16 tiros libres. De nada le sirvieron a Brasil, que acabó perdiendo ante España por 118-110.
"Mi draft fue en la sexta ronda, yo me quedé ofendido con eso; les dije que yo sabía jugar a baloncesto"
Exjugador de baloncesto"Yo hacía lo que entrenaba, entrenaba muchos triples y en los partidos los tiraba. Era mi arma. Estoy feliz con mi carrera", señala Oscar, que destaca esa faceta de trabajador incansable como su secreto para acumular todos esos récords, incluido el de puntos, que todavía están bajo su nombre: "Supone que yo he entrenado mucho. Si tú sigues mi carrera verás que he entrenado lo que nadie se entrenó en el planeta. Merecía todo esos récords, porque eran consecuencia del entrenamiento".
Pionero del triple, el baloncesto vive ahora una época marca por esos tiros lejanos. "Si metes triples ganas más", dice sonriente el brasileño, un especialista que era el terror de las defensas. "De muchos jugadores me acuerdo de sus triples. Está Klay Thompson, el que juega con el pequeñito… Búscalo en google... Ese jugador es tremendo. Tira siempre igual, de dos o de tres, siempre con el mismo tiro", señala Oscar sobre esa NBA en la que nunca llegó a jugar.
"En aquellos tiempos tenía que dejar la selección", dice el brasileño sobre esa renuncia a jugar en la mejor liga del mundo, de la que también recuerda algún agravio. "Me seleccionaeon, mi draft fue en la sexta ronda. Yo me quedé ofendido con esto. Yo sé jugar al baloncesto. Yo fui allí para decírselo a él. Yo sé jugar. Yo hago un punto por minuto, si me das 20 te hago 20. Si me das más de 30 te puede hacer hasta 60. Me miró así… Eso fue lo que pasó. Se quedaron locos conmigo, querían que fuera de todas las maneras", dice Oscar, el hombre de los récords, un triplista de otra época.