BALONCESTO

Rusia libera a Brittney Griner tras un intercambio con un traficante de armas

La jugadora de baloncesto fue detenida en Moscú en febrero con un vapeador que contenía aceite de cannabis.

Brittney Griner, detenida en un juzgado de Moscú. /REUTERS
Brittney Griner, detenida en un juzgado de Moscú. REUTERS
Óscar Méndez

Óscar Méndez

Fin al calvario de Brittney Griner . La jugadora estadounidense de baloncesto ha sido liberada hoy de la prisión de Rusia en la que permanecía desde el pasado mes de febrero, cuando fue detenida en el aeropuerto de Moscú con un vapeador que contenía aceite de cannabis. La sustancia, ilegal en el país europeo, fue encontrada en el equipaje de Griner cuando se disponía a volver a casa debido al estallido de la guerra en Ucrania. La jugadora ya se encuentra de viaje a EE.UU.

Desde que se conoció la noticia de su arresto, Joe Biden, presidente estadounidense, se mostró contrario al mismo y anunció que trabajaría en su liberación. Cuando el caso se enquistaba, el país norteamericano comenzó a negociar con Rusia el intercambio de prisioneros. De esta manera han llegado a un acuerdo en las últimas horas por el que Griner queda en libertad a cambio de que EE.UU. hiciera lo propio con el famoso traficante de armas Viktor Bout, que cumplía una condena de 25 años.

No han sido meses fáciles para la jugadora y sus seres queridos. Tras ser detenida en febrero, pronto ingresó en la cárcel acusada de tráfico de drogas. Ella siempre reconoció los hechos, pero aseguró que no tenía intención de infringir ninguna ley. En agosto, un tribunal ruso la sentenció este jueves a 9 años de prisión, algo que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó de inmediato como "inaceptable".

La internacional estadounidense llevaba semanas recluida en la Colonia Penal Femenina IK-2 en Mordovia, una de las prisiones más duras del país. "Enviaron a Brittney Griner a la peor prisión de toda Rusia. Allí trabajan 16 horas diarias cosiendo y confeccionando uniformes. Las palizas y las torturas son normales, casi no hay asistencia médica. Si no están trabajando en sus uniformes, los presos tienen que hacer trabajos físicos muy duros, como cavar zanjas o romper bloques de hielo. Si alguien se niega, van a una celda de castigo, un espacio diminuto y helado. Solo disponen de tres a cinco baños para cada 100 presos, no hay agua caliente... Son lugares que no han cambiado desde la época de los gulags. Las condiciones son como de esclavitud. Algunos deciden suicidarse, lo que ni siquiera es fácil en estos lugares", explicó Nadezhda Tolokonnikova, una música rusa que fue encarcelada allí, en la NBC.