Quién es Sergio de Larrea, el joven jugador de la Selección española de baloncesto

El baloncesto español se encuentra en un claro momento de transición. Los Juegos Olímpicos de París 2024 suponen el fin del camino para Rudy Fernández, el jugador con más títulos cosechados con la Selección española. Su marcha no es la única que se produce en el verano de 2024, también se han retirado Sergio Rodríguez o Víctor Claver, por ejemplo, pero es profundamente simbólica. Se va el capitán, el último representante del equipo que hizo a España una potencia mundial de la canasta.

Queda el legado de aquel tiempo maravilloso. Los diferentes jugadores que, siguiendo su ejemplo, dominaron en categorías inferiores y, poco a poco, van asomando a la Selección. De todos esos jóvenes que aspiran a crear su propio legado en La Familia, uno de los que más destaca es Sergio de Larrea. Hasta el punto que Sergio Scariolo quiso contar con él para ayudar en los entrenamientos del equipo elegido para disputar el Preolímpico. Como agradecimiento, le dio unos minutos en durante el amistoso frente a la República Dominicana. Su debut con la absoluta.

Sergio de Larrea nació el 4 de diciembre de 2005 en Valladolid. Mide 2,03 metros y juega en la posición de base. Aunque, sin duda, la característica que más destacan de él es su desparpajo, algo clave en una posición como la de playmaker. De hecho, en su debut con la Selección se pudo observar que el vallisoletano es de los que no se cortan ni con un cristal. En total, firmó siete puntos, dos asistencias y un robo de balón en apenas seis minutos de juego. Números que dicen a las claras que no pasó desapercibido, ni mucho menos.

"Lo que ha hecho en el debut, al margen de que le salieran bien las cosas, hace pensar que está preparado para dar el paso. Por su seguridad, por la tranquilidad…", dijo Sergio Scariolo tras el partido. Destacando, sobre todo, su actitud y mentalidad en pista. Algo clave para poder asentarse en la élite. Las condiciones físicas las tiene y las baloncestísticas las mejora a pasos agigantados.

Como jugador, De Larrea es un base alto y de gran envergadura. Características clave en el baloncesto actual. Además, se trata de un jugador muy inteligente en pista. Sus 2.03 metros le permiten una gran visión de juego para hacer siempre lo correcto con el balón, sobre todo el la lectura del pick and roll. Además, en defensa puede cambiar con todas las posiciones exteriores, una faceta muy valorada por todos los entrenadores. Evidentemente, con apenas 18 años necesita mejorar en aspectos concretos del juego como lo puede ser el tiro, sobre todo en consistencia. Un camino común a todos los jóvenes talentos.

La FEB ha mostrado una gran confianza en él. Su condición de invitado en la preparación del Preolímpico solo es una parada más en un camino que incluye, por ejemplo, su presencia entre los nuevos Juniors de Oro. El base vallisoletano formó parte del equipo que se coronó campeón del Mundo Sub-19 en el verano de 2023, pese a tener entonces 17 años. Pese a tener todavía 18 años, en el verano de 2024 formará parte de la Selección Sub-20.

Sergio de Larrea pertenece al Valencia Basket, con el que ya ha debutado tanto en Liga ACB como en Euroliga. El armador vallisoletano llegó a L'Alquería en 2021, siendo ya uno de los jugadores nacionales más cotizados. Una apuesta por fomentar la cantera que va a fuego lento. "Vemos en Sergio un jugador de máxima proyección y tenemos en él depositadas todas las esperanzas. Hicimos desde el inicio una apuesta muy decidida con él. Llevamos varios años siguiéndole e invitándole a concentraciones. Es un jugador de mucho talento que ha estado en el escaparate de otros clubes", dijo Chechu Mulero, entonces director deportivo de la entidad valenciana.

En la temporada 2023/24, De Larrea ha jugado principalmente en las filas del L'Horta Godella, equipo convenido del conjunto valenciano y que compite en LEB Plata. Con ellos, el base ha promediado 13,7 puntos, 4,4 rebotes y 3,5 asistencias para 16,2 créditos de valoración por partido. Teniendo en cuenta que cuando comenzó el curso todavía tenía 17 años, los números no pueden ser mejores. Se suele decir que el salto más complicado en la carrera de todo jugador de baloncesto es el que va de junior a jugador senior. Sin embargo, en su caso el futuro no puede parecer más brillante.