El Barcelona arrasa al Kiel y jugará la final de la Champions

El FC Barcelona se clasificó para la final de la Champions de balonmano tras borrar de la pista al Kiel alemán en el Clásico europeo por antonomasia. Los hombres de Antonio Carlos Ortega, en una actuación coral sobresaliente desde el pitido inicial, consiguieron una victoria holgada por 30-18 (15-9 al descanso) que les permitirá luchar este domingo a las 18:00 horas ante el Aalborg danés por el cetro continental. La Duodécima Copa de Europa blaugrana está a un solo partido.

En el Barcelona, capítulo aparte merece el portero danés Emil Nielsen, bien arropado por su defensa. Con sus ocho paradas en los primeros 30 minutos (47% de efectividad) desquició a los alemanes. Es muy difícil poner adjetivos al crecimiento exponencial del arquero de 27 años. "Es como si adivinara los números de la lotería", decía Jota Hombrados sobre la intuición del portero danés en una entrevista con Relevo.

En ataque, los goles blaugranas estuvieron muy repartidos entre los Melvyn Richardson, Aitor Ariño, Dika Mem, Jank y la joya del balonmano mundial. Los 19.500 espectadores del Lanxess Arena de Colonia tenían ganas de ver a Petar Cikusa. Y el diamante superó las expectativas. Era su primera Final Four, pero parecía su décima comparecencia en el coliseo alemán. Como en el salón de su casa, los movimientos geniales y eléctricos del central de 18 años se sucedieron. De regalo al público, cuatro goles.

La comodidad del marcador permitió a Ortega dar descanso a muchos hombres. El propio Nielsen dejó su lugar a Gonzalo Pérez de Vargas a ocho minutos del final. La entendida hinchada germana se puso en pie para despedir al arquero danés (15 paradas con un 47% de eficacia al término del encuentro). El toledano salió enchufado y su breve pero buena actuación propició que el tanteador final fuese todavía más abultado.

El último campeón de la Champions, el Magdeburg alemán, hincó la rodilla en un partido muy igualado ante el Aalborg danés (26-28) de Niklas Landin y Mikkel Hansen. Los teutones, ganadores de todo en los últimos meses (Bundesliga, Copa alemana, Mundial de clubes), llegaron al descanso con un empate a 11 merced, en parte, a las paradas del Hispano Sergey Hernández (35% de efectividad) y a los cinco goles del islandés Magnusson. En los vikingos, Landin era relegado al banquillo tras una actuación muy discreta en los primeros minutos.

El Aalborg jugó un partido muy serio en el segundo acto ante un Magdeburg que perdía los nervios, comandados por su enérgico entrenador Bennet Wiegert, ante cada decisión arbitral de las gemelas Bonaventura. Tras un videoarbitraje, las francesas mostraron la roja al noruego Christian O'Sullivan por propinar un golpe en el hombro derecho a Arnoldsen, cuyo concurso en la final no corre peligro.

Fue uno de los detalles que hizo inclinar la balanza a favor de los daneses. El resto, la receta de siempre. La extraordinaria dirección de Mikkel Hansen (con cinco goles en el global del partido de propina) puso cordura en un ataque en el que Mads Hoxer veía puerta con frecuencia (ocho dianas) y Sebastian Barthold con facilidad (seis de seis). Y, a cinco minutos para el final, Landin salió de su letargo en el banquillo para deleitar a los suyos con una secuencia de paradas decisivas que sentenció el choque.

El navarro Sergey Hernández no tuvo su mejor segundo acto y se mostró muy autocrítico con Relevo al término del choque. "En lo personal, ha sido una de mis peores actuaciones", reconocía, "pero hay que valorar todo lo que ha conseguido este equipo". No fue, a la postre, la gran tarde de un arquero cuyo concurso fue clave en el camino del Magdeburg hasta la Final Four. Este sábado era el día de Hansen. El hombre que podría ganar este domingo, en su último baile, el título que le falta a él y a su equipo: la Champions. Sólo tiene un problema, enfrente estará el Barça.