La última espina de Juanín García, el 'artista' del balonmano español: "Me sentó mal y apagué el móvil una semana"

Juan Antonio García Lorenzana, "Juanín", (León, 1977) es leyenda, pero también es el artista. Sus roscas, sus vaselinas y sus contraataques fulgurantes, con sus apenas 1,75 de altura y 70 kilos, son imborrables de los aficionados al 40x20 en la primera década del siglo XXI. En su palmarés y trayectoria, máximo goleador de la Selección española y de la Liga ASOBAL, un Mundial que redondea sus cuatro grandes medallas internacionales y más de un treinta de títulos con dos de sus clubes, el Barça y el Ademar. En este último nació, creció y vivió una retirada a la fuerza en lo que se convirtió en la última espina clavada de uno de los mejores jugadores de la historia del balonmano.

Bueno, todos los veranos hacemos un campus de balomano aquí en la provincia de León, ya llevamos 7-8 años y ahora estamos un poco en los preparativos de esta edición. Dentro del mundo de balomano es lo que estoy haciendo ahora. Aparte, estoy haciendo alguna colaboración con medios de comunicación para comentar algún partido. Este verano estuve haciendo los Juegos Olímpicos en Radio Nacional de España, en DAZN también hago algo en partidos del Barça en Champions cuando me llaman. Y veo partidos de balomano, de la selección, del Ademar León y lo que dan por la tele, básicamente.

También durante mis últimos cuatro años como jugador, lo estuve compatibilizando con entrenar en categorías inferiores y fue un poco locura. Cuando me retiré en el 2019, entrené al equipo filial del Ademar. Pero en 2020 llegó la pandemia, hubo aquí muchos cambios en el club y muchos salimos. O nos echaron, llámalo como quieras.

Bueno, no ha sido la primera vez que me han echado de aquí. Pero bueno, pasó lo que pasó hace años y ya está, no lo miro con rencor ni mucho menos.

Al Palacio de los Deportes a ver al Ademar apenas voy. Yo sigo siendo socio desde el 96, desde que empecé a jugar aquí en el primer equipo. Los partidos que dan por la tele sí que los suelo seguir y la selección española también las suelo seguir. El Barça en Champions también. No dan mucho balonmano en la tele pero bueno, sí suelo seguir partidos interesantes. Pero no lo suelo ir a verlo a las pistas, aquí igual voy un par de partidos por temporada, no voy más.

Se ha pasado un bache muy, muy largo desde hace muchos años. En esa época dorada había cuatro equipos jugando Champions, unos presupuestos muy altos, equipos que podían fichar a estrellas mundiales y todo eso pasó. Llegó una crisis bastante galopante en lo económico y creo que ahora se está un poco recuperando, pero ni de lejos se está llegando a ese nivel. Luego, en esa crisis, desaparecieron equipos, muchos jugadores ya no les apetecía venir a la Liga ASOBAL, otras ligas como la francesa, que estaba detrás de la nuestra, nos pasó y nos quitó hasta las pegatinas. Cuando nosotros jugábamos, los jugadores de la selección española, prácticamente el 100%, estábamos en la Liga ASOBAL. Ahora, solo hay 2, 3 o 4 de la selección que están aquí y los demás están jugando en ligas de fuera. En Hungría, en Polonia, en Francia, en Alemania, en Suiza, en cualquier liga. Hasta la portuguesa casi tiene más jugadores en la selección española que la propia Liga ASOBAL. Pero bueno, ojalá que se recupere. Yo creo que está en fase, pero todavía le queda mucho, yo creo.

Sí, todo el mundo dice que habría que igualar la liga. Pero hay igualarla por arriba, no por abajo. Dicen "Que desaparezca el Barça y así la liga está súper competida". Ya, pero lo importante y lo deseable sería igualarla por arriba. Que hubiera dos, tres, cuatro o cinco equipos que pudieran meter mano al Barça. Eso pasaba hace unos cuantos años y la liga era súper interesante. Equipos como Portland, Ciudad Real, Ademar, Valladolid o el TEKA y Bidasoa un tiempo atrás. El Barça se ha mantenido, pero algunos de estos equipos incluso han desaparecido y otros, con lo poco que tienen, se han intentado mantener. Lo deseable sería que nos igualáramos por arriba, no por abajo. Es difícil, pero ojalá que llegue ese día. No sé si el Barça lleva ahora 14 o 15 ligas seguidas y desde 2011, casi sin rival.

Te voy a decir, por ejemplo, Jaime Fernández. Es un jugador de León que le conocí cuando era un crío y el final de mi carrera fue el inicio de la suya. Compartí vestuario con él en el Ademar y ahora está jugando en Montpellier. Te lo digo a él por las cualidades físicas que tenemos los dos, que somos extremos bajitos y con poco peso. Y porque soy amigo de él y le conozco desde que él era un crío con 8 o 10 años. Podría decir alguno más como Dani Fernández, que también está en la selección y que es un extremo que me recuerda a mí, que siempre está corriendo al contraataque e intentándose anticipar a todo. Pero ellos dos son bastante mejor de lo que lo era yo.

Bueno, no sé. Yo creo que en el mundo del balonmano sí que se me conoce todavía. Aunque las nuevas generaciones, como esto del deporte es muy fugaz y en el momento que te retiras ya no sales en la tele, ya no se te reconoce. Pero bueno, la gente de mi generación o gente que lleva toda la vida viendo balonmano, pues sí que se acordará de mí, me imagino. Luego también te digo que a nivel deportivo, a nivel de todos los deportes quitando el fútbol y un poco el baloncesto, los jugadores de balonmano somos reconocidos por nuestras aficiones o por la afición de nuestro deporte y poco más. Porque luego están las figuras de grandes deportes como los Nadal, Fernando Alonso... pero no me quiero comparar con ellos, ni mucho menos. Nuestro deporte siempre ha sido un poco, no sé cómo decirlo, pero pequeñito. Dentro de ese mundillo, sí que se me ha reconocido, yo creo.

Eso fue cosa de Luismi López [periodista especializado en balonmano en TVE]. Algún gol que le gustaría más que otro, alguna rosca, alguna vaselina o alguna habilidad, y empezó a llamarme el 'Artista'. Como era el locutor cuando retransmitía con la selección española en TVE, ya se quedó así. A mí me hizo mucha gracia, a él también y la gente, de vez en cuando, me lo llamaba por ahí. Lo recuerdo con mucho cariño porque fue un mote puesto con cariño.

Sí, más o menos sí. Con la selección tengo cuatro medallas. A nivel de clubes... no sé, creo que 27 con el Barça y 5 con el Ademar. Los 5 con el Ademar, seguro. Los 27 con el Barça, dudo, pero creo que sí son 27.

[Con el Barça serían 28, si contamos el 'Mundial de clubes', llamado oficialmente IHF Super Globe, en 2013. Y con la selección, podríamos contar una quinta medalla con el oro en los Juegos Mediterráneos de 2005]

Uy, es difícil. Me hacen mucho esta pregunta cuando voy a algún colegio a dar charlas. Y mira, siempre les digo lo mismo: En mi carrera deportiva no me quedo con títulos, me quedo con tener el orgullo de decir que nunca me regalaron nada, que las oportunidades que tuve siempre me las tuve que trabajar, las tuve que sudar y luchar más que otros para que los entrenadores, sobre todo al principio, me dieran una oportunidad.

Muy buenos recuerdos. Era la primera final de un Mundial para España y fue el primer oro. Se habían conseguido platas y bronces en Europeos y Juegos Olímpicos, pero ningún oro. Fuimos los pioneros, los que abrimos aquella puerta para que luego, años después, se haya ganado otro Mundial, Europeos y más medallas olímpicas. Aquella generación abrió aquella barrera de que España estaba siempre, pero que no conseguía nunca oros, que no conseguía nada en Mundiales.

Tuvimos suerte. Éramos un equipo que íbamos sin la vitola de favoritos, por supuesto. Con un seleccionador nuevo, con muchos jugadores nuevos que debutaban con la selección y en un torneo internacional, junto con otros que llevaban muchas peleas a sus espaldas. Esa mezcla y una generación con muy buen rollo consiguió aquella gesta, que no nos lo creíamos ni nosotros.

No. Yo de aquellas jugaba en el Ademar y León es una ciudad donde, como se suele decir, nos conocemos todos. A mí no me cambió mucho, quizás sí a nivel un poco nacional. Los medios nacionales me llamaron un poco más de la cuenta. Pero nada, vuelves del Mundial, a los ocho días empiezas a jugar la Liga ASOBAL y ya está. Sí que recuerdo que tuvimos bastante repercusión mediática y que nos dieron algo más de bolilla que de costumbre, pero el deporte es así. Es el hoy y el ayer ya no existe. En ocho días días vuelves a la normalidad, cada uno a su equipo a jugar, y con los que habías ganado un mundial hacía nada, pues te estás pegando por la Liga ASOBAL y por la Copa del Rey.

Me costó mucho esfuerzo y, como se suele decir 'sangre, sudor y lágrimas', para que midiendo unos raspados 1,75 metros de altura y no llegando a 70 kilos en un deporte bastante físico, me dieran una oportunidad y con eso me quedo. Mucha gente me preguntaba cómo lo hacía. Seguramente un niño pequeño y esmirriado, que no está fuerte y que no es alto, tenga que pelear mucho más que otros para que le den una oportunidad. Muchas veces el deporte no es justo y se premian cosas como el físico, más que el talento, el sacrificio o la lucha. Yo lo he vivido en primera persona y siempre lo digo: hay que pelear por tus sueños, que muchas veces no se cumplen, pero que no hay que dejarlo en el intento.

Las vueltas a León con el Barça, sobre todo los dos primeros años, fueron complicadas. La primera vez me pilló por sorpresa, porque no tenía esa sensación de que me fuesen a silbar y a llamar de todo de aquella manera. Yo no he visto jamás un recibimiento así a un jugador del equipo contrario y no lo he vuelto a ver con ningún otro jugador. Jamás, jamás. Y menos, a un jugador que haya vestido la camiseta del Ademar diez años consecutivos como fue mi caso y desde los doce años en la base, acabando en mis últimos años siendo capitán del equipo. Me dieron una sorpresa en lo negativo bastante grande. El que antes te aplaudía, y te pedía autógrafos y camisetas para sus hijos, ahora te está llamando lo más grande. Ahora me río, pero no es para reírse. Pero bueno, han pasado muchos años y rencor cero, por lo menos por mi parte, alguno yo creo que todavía sigue remordiendo.

Normalmente, siempre es ese caso. El que se marcha es el denostado, y los que se quedan aquí, son los que acaban vendiendo su versión y todo el mundo la compra. Yo te hablo desde mi experiencia y más o menos fue así. Al final, la gente se queda aquí y solo escucha la versión de los que se quedan aquí y el que se marcha, pues ya a nadie le pregunta su opinión, nadie le entrevista, nadie se preocupa por él. Solamente los allegados, la familia y los amigos de verdad, que al final hay cuatro.

Me fui hace muchos años y volví después de diez fuera. Ees como todo, no puedes caer bien a todo el mundo. Incluso cuando volví, pues alguno todavía me decía alguna cosa. Bueno, han pasado ya muchos años y hay gente para todo.

Cuando volví, diez años después, ya no estaba en la misma directiva y tuve la opción de volver. A mí me apetecía. Era un equipo totalmente nuevo. Rafael Guijosa estaba recién fichado, me apetecía mucho trabajar con él y se dio. Yo agradecido porque me dieron esa oportunidad y los últimos cuatro años de mi carrera deportiva los pasé en el Ademar. El último partido que disputé como profesional, me retiraron la camiseta con el número 6. No voy mucho al Palacio, pero cada vez que voy la veo allí colgada.

Bueno, yo no di el paso, sinceramente. A mí me empujaron. Ya visto con perspectiva me río, pero no fue fácil. Poruqe yo tenía otras cosas en mente. Había hablado con el club y me hacían ver que me lo respetaban. Y 15 días antes de acabar la temporada me dicen que no me van a renovar y que, si quiero seguir jugando, tiene que ser en otro equipo. Con casi 42 años, yo no tengo las ganas de irme a otro equipo a jugar un año más y retirarme.

Mi intención era seguir un año más y yo se lo había dejado claro al club. Pero desde el club me dijeron que sí, qu eyo me merecía estar hasta cuando quisiera y que era mi decisión. Más o menos regalándome los oídos. Pero mi sorpresa fue que 15 días antes, cambiaron de opinión y me dijeron que no me querían renovar. Yo intenté un poco convencerles renovar dándoles un millón de opciones y me dijeron que no. Intransigente totalmente. Lo publicaron sin contar conmigo, sin nada. Y bueno, te quedas con la cara de tonto 15 días antes de terminar una temporada, donde tienes que decir que hasta aquí hemos llegado. Me hubiera gustado que hubiera sido de otra manera, por supuesto, pero bueno, ya pasó tiempo y yo no vuelvo a recordar a nadie.

Bueno, más o menos tuve una reunión con ellos de media hora, no más. Cogí el coche, me fui a casa y cuando llego, me estaban friendo Whatsapp y a llamadas. Leo el primer mensaje, que era una captura de pantalla con un comunicado que el club había publicado donde se decía algo así como que después de meses de negociación, el club y Juanín no habían llegado a un acuerdo y que a final de temporada se desvinculan sus caminos y ya está. Habíamos hablado media hora. Me quedé sorprendido de que diez minutos después de acabar la reunión ya publiquen eso, me sentó mal por supuesto. Y apagué el móvil y estuve una semana con el móvil apagado.

Sí, es difícil. A mí me sorprendió mucho eso porque, bueno, hubiera sido otro final que yo quería, no me lo respetaron. A principio me habían dicho que sí y al final, no. No me gustan las mentiras, no me gusta la gente que no va de cara y ya está. Pero, como te digo, hace tiempo que pasó y yo no guardo rencor a nadie, cada uno hace lo que quiere, cómo quiere, cuándo quiere. Pero hubiera preferido un poco más de respeto o ir de cara mucho antes.