BALONMANO

Los 10 minutos con dos mensajes opuestos para espantar 'fantasmas' entre las Guerreras

Ambros Martín desvela qué sucedió en el descanso ante Argentina para lograr la victoria que da la plaza a los Juegos Olímpicos de París.

Los 10 minutos con dos mensajes opuestos para espantar 'fantasmas' entre las Guerreras
José M. Amorós

José M. Amorós

Torrevieja-. "Creíamos que el partido clave era el de República Checa y nos habíamos olvidado de que había que ganar a Argentina", confiesa Ambros Martín nada más salir de la pista del Palacio de los Deportes de Torrevieja (Alicante) tras conseguir la plaza olímpica a París 2024. Las Guerreras tuvieron que sufrir y mucho para terminar sumando su segunda y definitiva victoria en el Preolímpico ante unas albicelestes que se mostraron correosas hasta la extenuación, sobre todo en un primer tiempo donde no consintieron dejar a España por delante en el marcador ni un solo segundo.

Todo cambió a la vuelta de las jugadoras tras el descanso, pero... ¿qué ocurrió en el vestuario para que las Guerreras sacaron toda su fiereza y calidad en los segundos treinta minutos? Ambros tenía detectado el problema y había que buscarle soluciones: "Teníamos que tener bastante más actividad, bastante más coraje, bastantes más piernas en todas nuestras acciones. Íbamos todo el rato por detrás de las acciones y en ataque no jugábamos nada fresco". Argentina había entrado en la pista con más garra, seguramente ante una España que se sentía superior y que, tras su victoria ante República Checa el jueves, ya se veía en París.

El resultado marcaba un 14-14 que podía ser lo mejor de la tarde hasta ahora, porque podía haber sido peor. "Después de ese primer tiempo, muchísimos fantasmas estaban por encima de nuestras cabezas", señala ahora con una sonrisa el técnico canario.

Visto el análisis de la situación, parece evidente que había que imprimir tensión, despertar el carácter y sobreexcitar a las jugadoras para que sacaran lo mejor de sí. Pero en balonmano, no todo es cuestión de actitud. Como analizó el propio seleccionador y las propias jugadoras en conversaciones con Relevo, la eliminación del Mundial disputado el pasado noviembre llegó por un exceso de corazón, olvidar las situaciones tácticas y no poner freno cabal alguno en aquellos encuentros ante las checas y Países Bajos. Por lo que la balanza de la charla y las indicaciones en el vestuario tenía que ser equilibrada: "Tenía una mezcla de enojo y cabreo, pero también de querer dar tranquilidad al equipo, esperar nuestro momento porque los partidos no son a 30 minutos, sino a 60".

"He hablado de estar tranquilas, pero por otro lado he exigido"

Ambros Martín Seleccionador español femenino de balonmano

"Era una mezcla [de sentimientos]: he hablado de estar tranquilas y relajadas a nivel mental para que no nos afectara lo que estaba sucediendo", señala Ambros a pregunta de Relevo. "Pero, por otro lado, he exigido que tuviéramos bastante más contundencia y actividad defensiva porque dos jugadoras argentinas nos estaban haciendo muchísimo daño. Y eso que no corrían prácticamente, ni para atrás ni para adelante, y de eso hay que sacar provecho".

A la vuelta del descanso, el cambio de chip fue evidente y el toque de atención desde el banquillo para subir dos niveles la presión defensiva funcionó: parcial de 3-0 en la reanudación, seis minutos sin recibir gol y momento de encaminar la clasificación olímpica. De repente, las jugadas en ataque que no salían ya entraban en la red albiceleste y Merche Castellanos subía sus porcentajes de paradas bajo palos ante unas lanzadoras que tenían que buscar mucho más sus tiros. "La defensa nos dio la confianza para ponernos por delante en el marcador y al vernos por delante nos relajamos todos un poco".

Los 10 minutos del descanso, con esa balanza de cabreo por la falta de intensidad y buscar la calma para sacar a relucir la calidad sin presión, no cabe duda que fueron claves. Las Guerreras volvieron a no fallar y terminaron certificando su plaza olímpica en los Juegos de París, donde estarán por quinta vez consecutiva en el torneo femenino de balonmano. El próximo martes conocerá los rivales de su grupo, aunque antes queda por cerrar el Preolímpico con un encuentro intrascendente ante Países Bajos, una de las selecciones más en forma del mundo y que pondrá a prueba a las de Ambros Martín como ya hizo en el Campeonato del Mundo.