BALONMANO

La hora de Sergey Hernández, el káiser navarro de los Hispanos: "Estoy listo para ir al Europeo o los Juegos, depende de mí"

El portero del Magdeburg, que este sábado disputa las semifinales del Mundial de clubes, es uno de los tres aspirantes al arco de la Selección para los grandes campeonatos de 2024.

Sergey Hernández (28), en un partido con el Magdeburg alemán. /SC MAGDEBURG
Sergey Hernández (28), en un partido con el Magdeburg alemán. SC MAGDEBURG
Andrés G. Armero

Andrés G. Armero

Pocos porteros se han merecido más una oportunidad en la cumbre del balonmano que Sergey Hernández (Kropotkin, 1995). Sus padres adoptivos, notables atletas navarros, le educaron en los valores del deporte y él supo remar, primero en Aitasuna y luego en Logroño y Lisboa, para desembocar en verano en el vigente campeón de Europa, el Magdeburg alemán. Este sábado se mide al Kielce de los Dujshebaev en la segunda semifinal del Mundial de clubes (la Super Globe) en Arabia Saudí; antes el Barcelona se enfrentará al Füchse Berlín (15:30 hora española). Ha llegado el momento del 'káiser', dos metros de sencillez, simpatía y seguridad bajo palos.

¿Qué tiene el Magdeburg para haber sorprendido a los grandes en la Champions la temporada pasada?

Pues a 18 jugadores muy buenos, que creo que a muchos equipos les encantaría tener. Cuando hay tal nivel; si uno no rinde en un partido, sale otro y va todo perfectamente. Sacas dos equipos de esta plantilla y rinden al mismo nivel.

¿Cómo te has adaptado a tu nuevo club?

A día de hoy las sensaciones son muy positivas. Al principio se me hizo un poco duro por el tema del idioma… Pero todo es superprofesional. El jugar en la mejor liga del mundo y la Champions requiere de un sacrificio extra. Estoy muy contento, la gente me ha ayudado desde el principio.

El ambiente de balonmano en Magdeburgo es de locos, ¿no?

Ver cómo se involucra esta ciudad en el balonmano es algo que nunca he visto en mi vida. Creo que en pocos sitios hay esta cultura de llenar los pabellones cada partido de liga, sea contra el primero o contra el último de la tabla. Ir al pabellón y ver a siete mil personas animándote a ti, al equipo, chillando... ¡Se te pone la piel de gallina!

¿Cómo es ese vestuario? ¿Te manejas ya en alemán?

Pasamos mucho tiempo juntos. Viajamos siempre el día de antes a cualquier sitio en autobús, esté el destino a una hora o a diez. Jugamos a las cartas, a la Play... Al principio me manejaba en inglés, pero el alemán lo entiendo ya bastante bien, aunque cuesta porque es complicado. Les pido que me hablen en alemán. Voy a clases con otro compañero, Felix Claar, aunque con tanto viaje no es fácil.

Este sábado te mides al Kielce del mago Alex Dujshebaev, que se perdió por lesión la última cita de los Hispanos. ¿Se notó mucho?

Siempre se echa en falta a Alex como es lógico. Al final es un jugador que creo que a cualquier equipo le encantaría tener. Te da ese plus en ataque. ¡Es que es muy bueno! Tampoco hay mucho que decir que no se sepa ya.

El seleccionador Jordi Ribera siempre ha confiado en ti. ¿Te ves ya como un Hispano más?

Sí, desde luego. Él me ha hecho ver que tengo una oportunidad desde que llegué, desde el día uno en 2017. Me dijo: "Mira, estás aquí porque te lo has ganado". Todo es quemar etapas y yo creo que ya he quemado las suficientes para poder dar el siguiente paso y estar en un campeonato grande: un Europeo, Mundial o incluso los Juegos.

¿De qué depende estar en el Europeo de Alemania en enero o los Juegos de París el próximo verano?

Ahora ya depende de mí. Ya sí que creo que estoy al mismo nivel que Gonzalo (Pérez de Vargas) y Rodrigo (Corrales) en cuanto a club: jugamos Champions, la mejor liga, es un equipo competitivo a más no poder... Así que ahora ya depende de mí mismo, creo yo, para hacerlo bien aquí y darle dolores de cabeza a Jordi para que piense a quién lleva a la portería.

Es increíble tener a tres porteros de máximo nivel mundial luchando por dos puestos. ¿Es el rol con más competencia en los Hispanos?

Creo que cualquier opción que elija va a estar muy bien porque los tres estamos a un nivel muy bueno, jugamos en equipos top mundiales y los tres somos capaces de hacer buenos partidos ante cualquier equipo y ayudar al grupo a conseguir sus objetivos.

La leyenda sueca Tomas Svensson, en una charla con Relevo, valoraba mucho la portería de Magdeburg. ¿Cómo te defines como arquero?

¡Joder! Que lo diga alguien como Tomas, con la trayectoria que ha tenido, es un gran halago. Me considero un portero grande, con una buena colocación y que sabe analizar los lanzamientos del rival. Todos los porteros tenemos esa intuición, pero yo diría que lo mío es ser grande (198 cm, 101 kg), colocarme bien, saber qué espacios ocupo y cuáles dejo libres y jugar con ellos.

¿Qué le faltó a los Hispanos en la Golden League de hace unos días en la que se perdió ante Dinamarca y Noruega?

Bueno, yo creo que no nos salió tan mal. El primer partido (ante Países Bajos) lo ganamos bien y luego perdimos contra Dinamarca, tricampeona del mundo, con la lesión de Adrià Figueras... Tuvieron que coger el rol de ataque compañeros que no están tan acostumbrados. Hay que ver el lado positivo de esa semana. España está bien cubierta desde la base con el gran trabajo que está haciendo Jordi desde abajo para que vengan jugadores jóvenes.

Es imposible dudar de un grupo que ha dado tanto al deporte español. ¿Cuál es el secreto de los Hispanos?

Sinceramente, que estamos siempre unidos. Para lo bueno y para lo malo. El espíritu es de familia, de amigos, de todos a una. Es lo que hace a esta selección única. Luego está el tema de calidad... Pero lo que yo creo que no tienen más selecciones es esto.

La última mano. Si en los Hispanos triunfa el mus en los ratos libres, ¿a qué jugáis en el bus del Magdeburg?

Aquí se juega a una especie de pocha, pero con cartas diferentes. No me acuerdo cómo se llama exactamente, pero es ese estilo. Cuando me lo enseñaron en el primer viaje, les dije: "A esto también jugamos en España".