MUNDIAL DE BALONMANO

Recuperación activa y baños de hielo: el plan de los Hispanos para recuperarse de la paliza ante Noruega

El equipo de Relevo ha estado con el preparador físico de la Selección de balonmano de España, Ignacio Torrescusa.

Los Hispanos se ejercitan en el gimnasio. /RFEBM
Los Hispanos se ejercitan en el gimnasio. RFEBM
Álvaro Valdemoro García

Álvaro Valdemoro García

Tras dos prórrogas, ochenta minutos y un desgaste descomunal en el partido ante Noruega, los Hispanos vuelven este viernes a las pistas para jugarse el pase a la final frente a Dinamarca. Pero, ¿cómo se encuentra el equipo físicamente para este choque tan decisivo? ¿Cuál es el método de recuperación para el siguiente partido? Ignacio Torrescusa, preparador físico de la Selección de Balonmano, responde.

En la lucha por alzar el tercer entorchado, la bicampeona del Mundo se las verá ante su verdugo en el último Campeonato. El cuadro español afronta las semifinales con los ánimos por las nubes y en plena confianza. Y pese a que ha tenido poco tiempo, la Selección llega descansada. Un aspecto positivo es que no han tenido que desplazarse de la ciudad, todo lo contrario que su rival que ha tenido que viajar desde Suecia hasta Gdansk.

"El éxito es de todo el grupo"

Ignacio Torrescusa Preparador físico de la Selección española de balonmano

Con el pase a la penúltima ronda, España se va a asegurar nueve partidos, doce en total si contamos los partidos de preparación de cara a este evento. "Esa evolución de la carga, de la fatiga se va anotando tanto a nivel físico como mental", comenta a Relevo Torrescusa, también preparador físico del Torrelavega.

En este tipo de torneos, donde la exigencia es altísima, tener una amplia plantilla que te permita dosificar esfuerzos resulta fundamental. "Es una de las claves del estilo de la Selección, de nuestro juego y de nuestra gestión como grupo", añade Torrescusa.

La preparación previa de cara al partido de Dinamarca ha consistido en una recuperación activa, dependiendo del volumen de minutos que hayan disputado los jugadores, y baños en los pozos de agua fría con hielo. En este tramo del torneo, el trabajo es más específico e individualizado.

"Para los jugadores que jugaron mucho tiempo, como Gonzalo o Ángel Fernández, su puesta a punto es en bicicleta, en cintas de correr combinados con movilidad o el trabajo de los fisios. Para los jugadores que han jugado menos o han estado desconvocados el trabajo es diferente orientado a la potenciación", explica el preparador físico.

Sucesor de su profesor

La vida de Ignacio Torrescusa no se entiende sin el balonmano. Lleva vinculado a este deporte toda su vida. En su formación en la Universidad Politécnica de Madrid tuvo la suerte de que su mentor fuese Jesús Rivilla, antiguo preparador físico de la Selección de balonmano de España.

Su gran oportunidad vino después de los Juegos Olímpicos de Tokio, cuando Jordi Ribera le llamó para ver si quería ocupar el puesto: "Es una de las mayores satisfacciones que uno puede tener tanto personal como profesional. El trabajo que uno puede desarrollar aquí y el entorno de este equipo es un orgullo muy grande".