BOXEO

Canelo Álvarez llega con dudas ante Charlo y tras perder privilegios

El púgil mexicano expone su corona indiscutida del peso supermedio este sábado, en Las Vegas, ante Jermall Charlo. Tuvo que retrasar dos semanas el pleito al quedarse sin sitio en la ciudad.

Canelo Álvarez, durante un entrenamiento./
Canelo Álvarez, durante un entrenamiento.
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

Desde la retirada de Floyd Mayweather (septiembre de 2015, ya que la definitiva llegó tras dos años de parón), Canelo Álvarez pasó a hacerse dueño de las fechas clave en el boxeo mundial. El mexicano era la nueva cara del deporte y por ello ocupaba Las Vegas, principal plaza de la disciplina a nivel mundial, en los fines de semana cercanos al 5 de mayo (conmemoración de la Batalla de Puebla) y 15 de septiembre (Día de la Independencia de México). Esas dos festividades hacían a muchos mexicanos viajar a Nevada para ver los mejores eventos del año y apoyar, la mayor parte de las veces, a los suyos.

Desde 2016, Canelo falló en cuatro ocasiones, todas por motivos de fuerza mayor. En mayo de 2018 dio positivo por clembuterol y fue sancionado durante seis meses. En septiembre de 2019 estaba negociando para romper su contrato con Golden Boy y en 2020 no estuvo ni en mayo ni septiembre debido a la pandemia. Todas estaban justificadas, pero este 2023 ha sido diferente. El mexicano tuvo que conformarse con el 30 de septiembre, ya que tardó tanto en decidirse que la UFC puso a una mexicana en Las Vegas y la ciudad se quedó "sin espacio para Canelo".

El palo ha sido duro para Canelo, pero también para el boxeo. Desde muchos puntos de la industria se ve a las MMA como un rival en potencia y la jugada escuece. Álvarez le restó importancia, pero en México no se ve así. "Me parece un golpe tremendo. Si Canelo, que es la cara de este deporte, no puede colocarse en esa fecha en Las Vegas… Sin embargo, si ves la baraja de posibilidades que tiene, quizá el único gran combate podría ser ante David Benavidez y Álvarez no lo quiere. Sin él, quedan los Charlo. Es lo que hay. A Canelo le están pasando factura los años. Él ve que su nivel va hacia abajo y me parece que tendrá que buscar peleas 'más cómodas' para poder seguir siendo Canelo, aunque eso tenga que repercutir en que quizá ya no pueda seguir estelarizando grandes fechas como acostumbrada", reconoce a Relevo el periodista azteca Carlos Zulbarán.

La pelea que Canelo tiene este fin de semana va mucho más allá de un combate en el que expone su corona indiscutida (Mundiales WBC, WBA, IBF y WBO) del supermedio. Su puesto como número uno de la industria está en discusión. Álvarez ha limpiado su división. Se ha quedado sin rivales o retos atractivos. La opción de una revancha contra Bivol, hombre que le ganó en mayo de 2022, parece un suicidio y él al fin lo ha entendido. La diferencia de tamaño es demasiado grande. Por todo ello, Álvarez necesitó mucho tiempo para pensar en el futuro. En mayo ganó a Ryder en México y hasta finales de junio no se pronunció sobre su nuevo acuerdo. Demasiado tiempo.

En 2019, el mexicano decidió romper el acuerdo que le unía a Golden Boy y DAZN por 11 peleas a razón de 365 millones de euros. Desde el plano económico le ha ido bien, pero es más laborioso. Desde entonces ha tenido cuatro peleas con Matchroom, una con Premier Boxing Champions (PBC), volvió a cerrar tres pleitos con Matchroom y ahora tiene un acuerdo con PBC de tres combates, el cual estrena este sábado. Fue la opción que más le convenía, pero tardó en oficializarse.

Las últimas actuaciones de Canelo dejan dudas

Canelo Álvarez y su equipo, aunque no lo conviertan en palabras, están viendo que el rendimiento que ha dado durante el último año y medio ha sido peor al habitual. Perdió contra Bivol y ganó, en una mala pelea de ambos, a Golovkin en la trilogía. Pasó por el quirófano para solventar una lesión en la mano y volvió ante John Ryder. El inglés era un boxeador menor y no fue capaz de noquearle.

El mexicano debutó como profesional con 16 años y acumula 63 combates. Con 34 años recién cumplidos es lógico que el paso del tiempo se note. Además, en México tienen claro que su actitud tampoco es la misma. "Ya consiguió lo que tenía que lograr profesional y personalmente. Es un deportista y para ellos nunca se va a acabar, pero quizá ha desviado un poco la mirada del boxeo. Sus redes sociales son un gran ejemplo. Ahora miras su Instagram y ves golf, fiestas y luego boxeo… Después de tanto tiempo creo que es lógico. Se sigue preparando al 100%, pero los años no pasan en balde", comenta Zulbarán.

Con todos esos condicionantes, encontramos a Canelo (59-2-2, 39 KO) este sábado en el T-Mobile Arena de Las Vegas. Hay dudas, legítimas, sobre su estado y habrá que comprobarlo contra un top actual. Ryder no lo era y la edad se nota bastante en el Golovkin actual. Jermell Charlo (35-1-1, 19 KO) es uno de los boxeadores más talentosos del momento, aunque también genera controversia. El estadounidense, de 33 años, es el actual campeón indiscutido (WBC, WBA, IBF y WBO) del superwelter. Es decir, es un igual con Canelo, pero no ha peleado desde mayo de 2022. Su inactividad hace que su estado sea una incógnita, aunque él se siente preparado y el hecho de que aceptase sustituir a su hermano Jermall habla bien de su ambición. Jermall no compite desde hace más de dos años y decidió declinar, con todo casi cerrado, el pleito. Jermell vio la oportunidad de hacer la pelea más lucrativa de su carrera y no dudó.

El peso es otro punto a destacar, aunque no debería ser demasiado reseñable. Charlo sube dos categorías, pero no hay que olvidar que Canelo viene subiendo desde el welter (al inicio de su carrera). Por tanto, en el supermedio no debería existir gran diferencia.

Con todas las cartas sobre la mesa, la lógica diría que Canelo es el favorito. Es así, aunque el pleito será igualado. La movilidad de Charlo, si está bien físicamente, será la clave. Hemos visto cómo a Álvarez le cuesta cerrar espacios y la desesperación puede aparecer si ve que no caza a Jermell y éste logra ir puntuando. Con la subida de peso, el mexicano ha perdido parte de su esencia y basa sus peleas en fuertes golpes para mermar al rival y acabar noqueando. Si no ha aprendido de ello y se encuentra con un rival que le hace fallar, el combate se le puede poner cuesta arriba. Esa es la clave del duelo. Canelo se lo juega todo cada vez que se sube al ring, pero este sábado un poco más. Debe despejar dudas si quiere recuperar el status que la UFC le ha quitado.