Canelo vuelve a casa entre estrés y críticas: "No hay que ponerle atención a personas podridas de la cabeza"
El púgil peleará en México este sábado por primera vez en más de diez años. Defenderá su corona unificada del supermedio ante John Ryder.
El caso de Canelo Álvarez (58-2-2, 39 KO) es extraño. El mexicano, de 32 años, es uno de los principales deportistas de su país. En cualquier otro contexto o territorio, sería un ídolo de masas. Lo es, pero en México acumula 'hate' y cariño por partes iguales. Su estilo "poco mexicano" es uno de los argumentos esgrimidos por sus detractores. "Puede que incluso, lamentablemente, sea algo racial. Al ser blanco y pelirrojo, tristemente, hay muchos aficionados que no se sienten identificados con él", asegura a Relevo el periodista azteca Carlos Zulbarán.
Canelo peleó por última vez en México en noviembre de 2011. Fue en Ciudad México y por aquel entonces era una promesa en crecimiento. Ese día disputó la tercera defensa de su primer Mundial (WBC superwelter). En más diez años la situación ha cambiado mucho. Álvarez es una de las mayores estrellas del boxeo mundial y su regreso a casa está lejos de ser la fiesta absoluta que debía.
El esfuerzo económico del gobierno de su región natal, Jalisco, y del propio púgil, bajándose el caché, ha hecho que Canelo pueda pelear este sábado en el estadio Akron, casa de las Chivas de Guadalajara. Se esperan más de 45.000 espectadores, porque aunque destaque lo negativo, el boxeador es muy querido también y cada vez que se han puesto lotes de entradas a la venta se han repetido las colas a las puertas del estadio dónde se realizará la pelea.
Entonces, si está siendo un evento tan esperado, ¿dónde está el problema? Como es habitual, los 'haters' de Canelo hacen más ruido y han buscado el único punto en el que pueden criticar esta vez: el rival. Álvarez, tras ganar a Golovkin en septiembre, se sometió a una operación en su muñeca izquierda. La lesión la venía arrastrando desde tiempo atrás y prefirió parar y reparar el problema. Como es obvio, cualquier paso por quirófano puede penalizar, por lo que ni el mexicano ni su equipo han querido una pelea de primerísimo nivel. Deben testearse. En ese momento entró en escena John Ryder (32-5, 18 KO).
👀 FACE OFF 🔥@Canelo vs @_john_ryder_
— Matchroom Boxing (@MatchroomBoxing) May 3, 2023
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Ryder, de 34 años, es el actual campeón WBA Regular (interinato) del peso supermedio. Canelo tiene las cuatro coronas absolutas (WBC, WBA, IBF y WBO) de la división, por lo que lo único que ha hecho es tirar de la lista oficial. Es cierto que Ryder tiene poco nombre y aunque ha logrado éxitos siempre se ha quedado como un challenger. Cumple, pero nunca ha ganado a rivales de primer nivel. De hecho, de sus cinco derrotas, tres han sido contra oponentes a los que Álvarez ha noqueado (Smith, Fielding y Saunders).
Nadie duda de que Canelo es favorito, aunque el mexicano, cómo es lógico, no menosprecia a su oponente. "No hay que despreciarle. Cuando van a pelear contra mí se preparan al 200%", avisó en una entrevista a la revista Rolling Stone. En esa misma publicación, Álvarez no dudó en contestar a uno de sus mayores haters, Juan Manuel Márquez. Otra de las grandes leyendas del boxeo azteca siempre ha sido uno de los mayores críticos del Canelo. Sorprende, ya que tiene claro que su difusión hace que el odio contra el tapatío sea mayor. Márquez catalogó a Ryder como un rival "de nivel medio para abajo".
"Márquez siempre ha sido un crítico de mi carrera por envidia o no sé por qué. Son palabras que no me afectan y que no tomo mucho en cuenta. Es lastimoso que un peleador mexicano como lo fue envidie a otro que lo está siendo. Él lo sabe y no lo puede aceptar. Creo que no hay que ponerle mucha atención a personas como él que están podridas en su cabeza", replicó sin titubeos Canelo. Está ante una pelea asequible, pero el acoso y derribo al que es sometido habitualmente es desmesurado en este caso. Ha elegido a un retador oficial. No tenía mayor opción.
Canelo sufrió una parálisis facial por estrés
Sea por esas críticas o por la tensión de volver a casa y querer agradar, Canelo sorprendió a todos en una charla con Chicharito Hernández en YouTube. El púgil reveló que durante este campamento había sufrido una parálisis facial debido al estrés. El problema, ya solventado, sorprendió a su equipo. "Tengo más dinero y muchos más problemas que el resto", afirmó en esa conversación, aunque no indagó mas allá en los detalles qué le provocaron esa parálisis.
Con todos estos condicionantes, Canelo regresa al ring este sábado. En el pleito se juega mucho. Primero en el plano mental, ya que necesita reencontrar buenas sensaciones para acometer de nuevo grandes retos en su próximo combate y en segundo lugar para no perder status. Su derrota ante Bivol y su discreto triunfo ante Golovkin han hecho bajar el hype que tenía. Debe ganar, y bien, para recuperar parte del camino perdido. Calidad tiene para ello, pero el ring dictará sentencia. Dmitry Bivol es el siguiente en su mira. Quiere vengar su derrota de hace un año y el ruso aceptaría bajar al supermedio. Eso sería un todo o nada, pero antes debe ganar y disfrutar. Pese al odio en redes sociales, el baño de masas está garantizado en Guadalajara. Su público quiere verle en vivo. Él sólo quiere corresponder.