BOXEO

Devin Haney, candidato a boxeador del año: borra a Progais para reinar en su segunda división

El californiano ganó todos los asaltos a Regis Prograis para convertirse en campeón mundial WBC superligero. Sandor Martín es el aspirante de Haney.

Devin Haney, tras enviar a la lona a Regis Prograis en el tercer asalto./Matchroom Boxing
Devin Haney, tras enviar a la lona a Regis Prograis en el tercer asalto. Matchroom Boxing
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

Hace más de una década, Devin Haney y su padre abandonaron San Francisco. El joven, de 14 años en ese momento, quería ganarse la vida como boxeador. Las Vegas fue la ciudad elegida para ese cometido. Lo lograron. Con 16 debutó de profesional, con 19 se hizo su propio promotor, con 21 era campeón mundial y con 23 logró ser el único campeón del peso ligero.

Este sábado, a los 25 años recién cumplidos (noviembre), The Dream regresó a su ciudad. Nunca había peleado allí como profesional y se desquitó a lo grande. Vivió una de sus mayores noches al proclamarse campeón mundial WBC del superligero después de derrotar al campeón, Regis Prograis, por clara decisión unánime (triple 120-107). Haney sigue cumpliendo metas y ya sabe lo que es reinar en dos divisiones diferentes. En la casa de los Golden State Warriors brilló como tantas veces han hecho en esa cancha los Curry y compañía. Con este triunfo, si su victoria ante Lomachenko no hubiese sido polémica, sería el boxeador del año. Con la controversia, el debate queda abierto.

El combate siempre estuvo de cara para Haney, quién demostró una vez más ser uno de los púgiles con mayor talento que existen en la actualidad. Prograis es un boxeador complejo, pero The Dream no tardó nada en leerlo. Ganó los seis primeros asaltos sin ninguna complicación. Haney tomó distancia desde el segundo uno. Pegaba y retrocedía. Cero riesgos. En los dos primeros asaltos se llevó dos manos claras aisladas. Tenía todo bajo control. Su superioridad fue mayor a partir del tercer round, cuando con una derecha recta envió a la lona al campeón. Prograis se rehizo rápido, pero la losa fue demasiado grande. Estaba fuera de distancia y si quería entrar, se encontraba golpes precisos.

Pasados esos momentos de estudio, Haney fue Haney. Boxeó pausado, madurando la pelea y sin importarle que el tiempo transcurriese. Es un boxeador diésel al que no le incomoda ir a las cartulinas. El mejor ejemplo sucedió en el sexto asalto. Haney volvió a llegar con una derecha recta clara al rostro de Prograis. El de New Orleans sintió el golpe y por poco se fue al suelo. Resistió el envite y Haney no apretó. El asalto era suyo y en ningún momento quiso arriesgar. En ese acto, los dos intentaron casi los mismos golpes (193 de Haney y 195 Prograis), pero el acierto fue muy diferente. El local tuvo un 30% de tino y el visitante se quedó con 10% (20 golpes). La diferencia era abismal.

Antes de comenzar el octavo asalto, el árbitro pidió al médico que subiese a revisar a Prograis en el minuto de descanso. Mentalmente era otra losa más. La pelea estaba claramente decantada para Haney. El campeón, si quería retener su corona, debía salir a matar o morir. No había otro camino. Desde esa ronda octava Prograis intentó dar un paso al frente, pero no le daba. Haney era muy superior. Lo controló fácil. En el noveno asalto Regis llegó con una mano clara, pero Haney conectó cuatro veces más golpes de poder. Fue un round parejo visto desde la televisión, pero los datos no dejaban dudas. Hubo tesón por parte de Prograis hasta el final, pero faltaba el resto. La diferencia era muy evidente. El nuevo rey ganó todos los rounds. The Dream fue una pesadilla para el de New Orleans.

Sandor Martín, el siguiente para el Consejo Mundial de Boxeo

Devin Haney dejó en duda su futuro en la previa del combate. El estadounidense habló de seguir subiendo de categoría tras el pleito. Es un boxeador grande y joven, por lo que parece evidente que el superligero no será su casa mucho tiempo. La gran duda estará en conocer cuánto. En un principio, su idea era ganar y subir al welter. Tras el pleito lo volvió a repetir. Eddie Hearn, promotor del evento, apuntó otros nombres en el superligero. Habrá que esperar. Las palabras deben convertirse en hechos.

Atento a todo está Sandor Martín. El español, de 30 años, es el aspirante oficial del Consejo Mundial de Boxeo para este cinturón. El organismo verde y dorado ratificó, en su última convención, que el ganador de este combate debería enfrentarse al catalán. Sandor es el siguiente sí o sí. De hecho, su turno ya debería haber sido, pero el WBC lo nombró aspirante cuando Prograis ya había iniciado las conversaciones con Haney. Les permitieron pelear, pero el mandato es claro. Si Haney decide abandonar el cinturón, el número dos en las listas WBC es el estadounidense Richardson Hitchins (17-0, 7 KO), quién podría convertirse en el rival de Martín.