Gervonta Davis se confirma como el 'heredero' de Tyson con un brutal KO sobre Martin

Mike Tyson encarnaba el miedo a ser noqueado. Durante muchos años, Iron sembró el terror en el peso pesado. Después de él ha habido muchos grandes pegadores, pero nadie logró estar a su nivel. Eso ha cambiado, su reencarnación es Gervonta Davis (30-0, 28 KO). El estadounidense, que cumplirá 30 años en noviembre, tiene un estilo diferente, pero las similitudes en su personalidad son múltiples. Tank impone y ante Frank Martin se volvió a notar. Le intimidó con su presencia y le puso a dormir, de manera brutal, en el octavo asalto. Habían pasado catorce meses de su último combate, pero nada había cambiado para el Baltimore. Hay cosas innatas que no se olvidan con el tiempo.

Davis estuvo el año pasado 44 días en prisión, lo que provocó el parón competitivo. Al salir debía reestructurar su vida. El delito (provocar un accidente y huir del lugar) no tiene punto de comparación con el que acabó con Tyson (estuvo tres años por una violación) en la cárcel, pero el aura que tienen ambos lo comparten. Gervonta se crió en los suburbios de Baltimore, los cuales salen reflejados a la perfección en la serie The Wire, y siempre ha estado rodeado de la fama de chico malo. El boxeador disfruta en la pelea. Le gusta estar en el ring y pelear. Su única función cuando se pone unos guantes es la de ejecutar a su rival. No tiene piedad. Mike Tyson o Deontay Wilder, en su prime, hacían lo mismo. El miedo que infunden les retroalimenta.

Martin se presentó ante Davis invicto y con más de un 65% de noqueados. Se podía pensar que le respetaría, pero no. Salió al ring con la guardia alta y retándole a que le enseñase su poder. Él dejó correr el reloj, pero la actitud amedrentó a su rival. Se le vio incluso esquivar y huir de amagos de Tank. Pocos logran eso. En la previa, además, Gervonta se mostró ajeno a la tensión que debía tener antes de defender el Mundial WBA del peso ligero. No fue a la recepción de la prensa a su llegada al hotel, no hizo el entrenamiento público y lo cambió por un pequeño show con entrevista… es diferente y va a su rollo. Nadie logra domarle. Antes de pelear, por ejemplo, estuvo calentando más de una hora. Cuando él empezó a su rival todavía le estaban vendando. Las cosas que hace para cualquier otro serían contraproducentes, pero su talento lo suple todo. Lo mismo que le pasaba a Tyson.

Ya en el combate, Davis parece intocable. Subir de peso le ha hecho tener que arriesgar al ser de menor tamaño que el resto, pero no tiene problema. Posee una 'mandíbula de titanio' que le hace encajar los golpes como si nada. Martin se llevó los primeros rounds ante la inactividad manifiesta de Davis y después le conectó alguna mano muy potente a la contra. Para boxear así hay que arriesgar, pero Tank no lo nota. El campeón mundial va buscando su momento y no le importa lo que suceda mientras. Este sábado, en el evento número 100 de boxeo en el MGM Grand Arena de Las Vegas, su instante llegó en el octavo round. Gervonta fue castigando a Martin, a quien encerró contra las cuerdas. Le impactó con un par de golpes de mucha potencia y cuando el aspirante empezaba a perder verticalidad le propinó una derecha que le envió al suelo. No hubo más historia, no había manera que se recuperase.

Los catorce meses de inactividad parecieron catorce semanas. Nadie notó que llevaba mucho tiempo sin pelear. Su portentoso triunfo provoca que se meta de lleno en la discusión, difícil en este momento, de quiénes son los mejores púgiles de la actualidad. Si quiere trepar en esas listas necesita grandes nombres, pero él va por libre y tampoco se fija en ello. Los carteleras de entidad los quiere por gloria y dinero. Es uno de los púgiles de mayor talento en la actualidad y verlo en acción siempre es un acontecimiento. Davis no se preocupa por el futuro, es consciente de que los contratos suculentos vendrán. El ejecutor está de regreso al boxeo.