Janibek Alimkhanuly, el "nuevo Golovkin", ante el reto de llegar al gran público
Janibek Alimkhanuly se enfrenta este sábado, en Texas, a Vicenzo Gualtieri. Ambos, desconocidos para el gran público, son campeones mundiales y unifican coronas.

"En Kazajistán, en los últimos años, ha habido muchos "nuevos Golovkins", pero sólo Janibek Alimkhanuly (14-0, 9 KO) ha logrado ser campeón mundial profesional. El luchador ha reconocido muchas veces que Gennady es como su hermano mayor. Él no quiere quedarse donde está y pretende igualarle en legado. Actualmente, el peso medio no es tan poderoso como para que Alimkhanuly no pueda repetir el éxito de GGG", afirma a Relevo Alexandr Strelnikov, editor jefe de Sports.kz, web deportiva referente en Kazajistán.
En el país asiático llevan años ansiando un recambio para la gran estrella de su boxeo. Gennady Golovkin está al borde del retiro y la savia nueva ha costado encontrarla. Janibek Alimkhanuly es el elegido para tan importante desafío. El kazajo, de 30 años, recuerda en muchos factores de su carrera a GGG, al que siempre ha tenido como referente.
Alimkhanuly proviene de la tribu minoritaria Uak, quienes se han caracterizado por su valía para las batallas y habitualmente han liderado grupos del ejército kazajo en las guerras que ha tenido el país. Al boxeo llegó con seis años debido a la gran afición de su padre y abuelo al deporte. Le viene de cuna competir, ya que al poco de comenzar a entrenar disputó su primer combate. Tuvo una dilatada, a la vez que exitosa, carrera amateur. Fue campeón mundial y asiático. Sólo le faltó la medalla olímpica, la cual rozó en Río de Janeiro 2016, cuando se quedó a un triunfo del podio.
Tras ese sinsabor, cuatro meses después decidió pasar al campo rentado. "Podemos decir que llegó a profesional en su segundo intento. En el primer hizo dos combates (con casi un año de diferencia), pero al ser en Kazajistán no tuvo mucho éxito. En 2018, comenzó a trabajar con Egis Klimas (manager, entre otros, de Usyk y Lomachenko), quien convenció a Bob Arum (presidente de Top Rank) para que le fichase. Desde ahí fue el verdadero inicio de Zhanibek en el profesionalismo", aclara Strelnikov.
De la mano de Top Rank, Alimkhanuly se asentó en Estados Unidos y realizó seis combates entre septiembre de 2018 y diciembre de 2019. Desde el primer momento recordó a Golovkin por su estilo, calcado al salir de la misma escuela, y por el miedo que infundía a sus rivales. Según crecía, menos querían pelear contra él. Ese temor fue el gran lastre de la carrera de Golovkin, quien estuvo cuatro años como campeón secundario WBA del peso medio y después pasó otros dos años hasta que empezaron a llegar los grandes carteles. Para Janibek el camino ha sido más corto ya que los elementos le favorecieron.
La WBO colocó al kazajo en la línea de su título del peso medio. Las dudas con respecto al futuro de Demetrius Andrade hicieron que WBO le diese la oportunidad de disputar el título interino en mayo de 2022. El estadounidense, finalmente, decidió subir al supermedio y Janibek fue nombrado campeón absoluto. Desde entonces ha hecho dos defensas y en ambas el denominador común en la previa fue el mismo: combate arriesgado para los grandes nombres. De hecho, Jaime Munguía fue el último gran nombre que declinó la opción.
La división del peso medio está muy parada. Jermall Charlo, campeón WBC, no pelea desde junio de 2021 y hay un campeón interino esperando su oportunidad (Carlos Adames). Mientras, el rey WBA, Erislandy Lara no defiende su corona desde mayo de 2022. A priori lo hará antes de que termine el año, pero no hay nada claro. Ante esta tesitura, Top Rank encontró un camino muy fácil. El cinturón IBF se quedó vacante tras la renuncia de Golovkin y el desconocido alemán Vicenzo Gualteri (21-0-1, 7 KO) lo alzó el pasado julio. Una unificación les cuadraba.
El combate está desnivelado. Gualteri es campeón, pero parece de transición. La oportunidad le llegó por el trabajo de su promotora con ese organismo. Estaba en el momento indicado en el lugar indicado. Janibek Alimkhanuly es el claro favorito. Debería ganar y así igualar a Golovkin, quien tardó cinco años desde que ganó el primer mundial en poder unificar dos coronas absolutas. El heredero lo tiene en su mano. La pelea no parece muy beneficiosa desde el punto de vista económico, pero es una apuesta de futuro. Un Zhanibek campeón unificado le permitirá ser mas conocido y ser la cara A ante otras posibles unificaciones. El sucesor de GGG está ante su momento de presentarse al mundo. No puede fallar.